Ruta arqueológica submarina en torno a naufragios históricos

Los buceadores podrán visitar a partir del próximo año restos de los más de 50 pecios catalogados como patrimonio cultura

Los fondos marinos de las Illas Atlánticas son un auténtico paraíso para los buceadores por su extraordinaria biodiversidad, pero a partir del próximo año tendrán un valor añadido que hará las delicias de profesionales y aficionados: la primera ruta arqueológica submarina de Galicia.

Los trabajos realizados por el arqueólogo Miguel San Claudio han permitido catalogar como patrimonio cultural del parque más de 50 pecios que hay en torno a las Cíes, Ons, Sálvora y Cortegada. Aprovechando esta circunstancia, los responsables del organismo han decidido impulsar una iniciativa que permitirá visitar (con el reglado permiso) las zonas donde tuvieron lugar naufragios que ya son parte importante de la historia de Galicia y restos de algunas de las embarcaciones hundidas.

San Claudio está convencido de que hay más barcos de los que se han inventariado. En cualquier caso, él siempre apunta que, «aunque sea un patrimonio mojado, en muchos casos es más relevante que el que pueda haber en tierra». No solamente por los pecios, sino por piezas que han hallado, como anillos romanos, anclas líticas y lingotes de hierro.

Más allá del mito del Santo Cristo de Maracaibo, el galeón que supuestamente está frente a las Cíes y que podría esconder parte del tesoro de Rande («yo casi prefiero que no aparezca porque se puede perder el encanto de la leyenda», dice el director del parque, Fernández Bouzas), en torno a las islas yacen piezas de museo, como naves musulmanas del siglo IX, el submarino General Mola, que Mussolini le regaló a Franco para combatir la República; el petrolero noruego Polycommander, que vertió doce mil toneladas de combustible 32 años antes del Prestige; o los pesqueros Ave del Mar y Marbel, protagonistas de tragedias en las que murieron 26 y 27 personas, respectivamente.

La lista engorda con los mercantes, goletas y vapores perfectamente documentados que, como parte del espacio protegido, se salvaguardarán de expolios.