Oceana afirma que el ' Don Pedro podría ser un arrecife artificial
La organización conservacionista Oceana considera que el buque ' Don Pedro’, que se hundió a una milla y media del Puerto de Ibiza el pasado 11 de julio, no podría ser un arrecife artificial a menos que se le retiren todos los productos tóxicos que alberga en su interior, además del combustible.
Así lo manifestó a Europa Press hoy el presidente de Oceana, Xavier Pastor, quien puntualizó que, además de eliminar todo rastro de petróleo y el aceite de los motores en el carguero de la naviera Iscomar sumergido -operación que ya se está realizando-, deberían retirarse otros elementos "menos obvios" que también contienen agentes contaminantes.
Concretamente, Pastor aludió a la pintura que lleva plomo en su composición y a los numerosos cables eléctricos, que contienen PVC y otros plásticos altamente tóxicos; para lo cual, el ' Don Pedro’ debería ser "extraído del mar y llevado a un astillero", donde se le podrían realizar los trabajos de limpieza "a cargo de empresas especializadas", matizó.
Pastor precisó que, si se realizan correctamente esos trabajos, Oceana "no es que apruebe" la reinmersión del buque para que constituya un arrecife artificial que atraiga la vida marina y, al mismo tiempo, a los amantes del buceo, sino que "no tenemos inconveniente". Y, a este respecto, recordó que el Ministerio de Medio Ambiente se ha mostrado en otras ocasiones contrario a medidas de este tipo.
Cabe recordar que hace escasos días, la agrupación ecologista ' Amics de la Terra’ instó a los responsables de decidir el futuro del ' Don Pedro’ a reflotar el barco, ya que "los nuevos vertidos de combustible desmienten las declaraciones de la compañía Iscomar", que afirmaban que había sido totalmente descontaminado, según dijo la entidad.
A este respecto, ' Amics de la Terra’ coincidió con lo que ahora manifiesta Oceana de que existen otros agentes contaminantes que también deberían ser retirados del carguero para evitar que afecten en el futuro a la avifauna y la fauna marina pitiusa.
Entre estos componentes de alta toxicidad, los ecologistas destacan también otros menos conocidos, como el mercurio que contienen los tubos fluorescentes o los productos radioactivos empleados en los detectores de humo.