El Don Pedro. El gigante dormido

Texto y fotografía: Chano Montelongo

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Se encuentra a 1 km del puerto de Ibiza, sumergido a 43 m. 'Don Pedro', naufragado en 2007, es el gran 'destino' del buceo recreativo.



Mientras se desciende hacia la oscuridad del abismo, una figura gigantesca comienza a dejarse ver al fondo. Por un instante parece que respira, que su cuerpo se mueve, pero sólo se trata de los compactos bancos de peces que lo envuelven. Recostado sobre su lado izquierdo, el Don Pedro sólo parece dormido, como si en cualquier momento pudiera despertar y continuar su rumbo.
El enorme pecio es un carguero de 142 m de eslora que en 2007 naufragó a 1 km de la bocana del puerto de Ibiza. Hoy, el monstruo del Mediterráneo -como se le conoce- se ha convertido en una atracción turística para submarinistas de todo el mundo, no en vano se trata de uno de los mayores barcos hundidos de Europa abierto al buceo recreativo.
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Siempre es emocionante explorar un naufragio e intentar descubrir las huellas del drama que una calurosa madrugada de julio se tragó al mercante Don Pedro, tras chocar contra el islote de Es Dau Gros, a menos de una milla de la Playa de'n Bossa. Una vía de agua de siete metros de diámetro hundió en pocos minutos al carguero y ocho tripulantes tuvieron que ser rescatados en medio de la noche. El Don Pedro se llevó consigo al fondo del mar varios camiones con contenedores y un caballo, el único ser vivo víctima del naufragio. Hoy, tras ser retirados los elementos contaminantes, se ha convertido en una de las mejores inmersiones del mundo, y también en un arrecife artificial que cada año que pasa alberga mayor biodiversidad al erigirse en un importante refugio para la fauna marina de las transparentes y cálidas aguas ibicencas.
Archivo adjunto 8384
El pecio yace sobre un fondo arenoso a 43 m, una gran profundidad pero dentro de los límites del buceo recreativo. Su costado de estribor -el punto que supone la cota más alta- se encuentra a 27 m y, dada la magnitud del buque -142 m de longitud-, es casi imposible explorarlo en su totalidad en una sola inmersión. Sin duda, la parte más interesante es la de popa, donde se encuentra la enorme hélice de más de tres metros junto al timón, por la parte del casco, y la rampa de carga y el castillo de popa, en la parte superior. La escotillas han sido selladas con barras de hierro para impedir que los buceadores se internen y puedan quedar atrapados, pero desde los ojos de buey todavía es posible ver en su interior los muebles y enseres. Una visión que nos hace pensar que un día, no muy lejano, este monstruo tuvo vida...
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