Sorprendente ¡¡¡¡

Quienes hoy se sumergen a tres kilómetros de profundidad se llaman a sí mismos astronautas marinos con destino al espacio interior, aún inexplorado, oscuro y frío.
Si todos los océanos se secaran, con su sal se podría construir un muro de 280 kilómetros de altura y un kilometro y medio de ancho rodeando el ecuador.
Podría haber entre 10 y 100 millones de especies en el océano. Se descubren nuevas cada día. A las empresas farmacéuticas en busca de nuevo fármacos se le hace la boca agua sólo de pensarlo.
El tipo de vida marina depende mucho de hasta dónde penetra la luz atravesando la masa de agua. La luz de color azul es la que más abajo llega, a más de 200 metros. El ojo de un ser humano a 500 metros de profundidad recibiría un millón de veces menos luz que en la superficie.
Las plantas más profundas del planeta son algas rojas, con pigmentos para procesar la luz azul. El récord de alga lo tiene por momento una hallada a 274 metros de profundidad, según investigadores del Museo Nacional de Historia Natural de EE UU.
Ningún punto de la corteza oceánica tiene más de 200 millones de años, lo que significa que el ciclo de renovación - suelo nuevo que se crea, suelo viejo que vuelve al interior del planeta- se contempla en ese plazo de tiempo. En cambio las rocas continentales más antiguas tienen casi 4000 millones de años.
Si dejásemos caer una gamba desde la superficie de las Fosas de las Marianas, sus restos tardarían en llegar al fondo (dependiendo del peso de ésta) 25 años.
El pez más profundo del que se tiene noticia se ha visto a más de 8000 metros.
El primer humano en asomarse a las profundidades oceánicas fue el zoólogo estadounidense William Beebe, que en 1934 bajó a más de 900 metros metido en una peligrosa esfera de acero suspendida de un barco con un cable. En 1960, el batiscafo francés Trieste se metió en la fosa de las Marianas hasta 10916 metros; ninguna otra nave ha igualado su hazaña.
El océano se traga dos mil millones de toneladas de dióxido de carbono al año. Más exactamente se lo traga el fitoplancton ( plantas microscópicas) porque es su comida . Esto microorganismos son el primer eslabón de la cadena trófica marina.
Un gusano tubícula gigante ( Riftia pachptila), de más de dos metros de largo y de color rojo, es una de las sorprendentes criaturas de las aguas hidrotermales. Puede crecer un metro al año, no tiene boca ni intestino ni ano, y hasta hace nada su forma de alimentarse era un misterio. Ya se sabe que en sus células viven bacterias que dirigen los compuestos tóxicos, y el gusano se beneficia de esa digestión.