Estudio para medir la capacidad auditiva de las belugas
(ABC) Son los cetáceos con mayor repertorio acústico y el menos conocido, por eso cualquier avance sobre su comportamiento comunicativo puede ser muy importante para su conservación tanto en cautividad como en el medio natural. Es por ello que el Oceanográfico de Valencia, el único parque submarino de toda Europa que acoge en sus instalaciones a belugas, se ha convertido en un centro de referencia en la investigación sobre esta especie.
El último paso en los trabajos científicos que se están llevando a cabo lo han dado conjuntamente el equipo de investigación del parque valencianos y los científicos del Hawaii Institute of Marine Biology de Estados Unidos, que están midiendo la capacidad auditiva de las belugas a través de métodos de electrofisiología.
Ruido «humano»
Este trabajo permitirá definir los sonidos que mejor perciben estos animales bajo el agua. Para ello, cuatro miembros del «Marine Mamma Research Program» de Hawai se encuentran en el Oceanográfico hasta el próximo sábado para participar en este proyecto, cuyos resultados se podrán aplicar a la conservación de esta especie en su medio natural, ya que permitirán evaluar como afecta a la comunicación de las belugas los distintos tipos de ruido que han sido introducidos en el océano por las actividades humanas.
Esta investigación forma parte del proyecto que desarrolla el Oceanográfico desde el año 2003 y que tiene como objetivo el análisis detallado del comportamiento acústico de las belugas y el impacto de la contaminación en su comunicación. Mediante este análisis a largo plazo de las vocalizaciones sociales y la sensibilidad auditiva de estás ballenas blancas se contribuirá, entre otros aspectos, a conocer mejor la biología de esta especie y a desarrollar estrategias para su conservación.
En este sentido, un equipo bioacústica han registrado durante los últimos años más de treinta vocalizaciones diferentes en las dos especies del Oceanográfico, que están asociadas a determinados comportamientos.
En todo este tiempo han conseguido grabarlas y determinar las que se repiten con mayor frecuencia. Esto les ha permitido concluir qué tipo de sonidos emiten cuando se encuentran contentos o cuando tienen hambre. También se han estudiado los sonidos que emitió a hembra tras el nacimiento de su cría.
El Oceanográfico también ha desarrollado unos equipos que registran los sonidos que las belugas emiten para orientarse, tal y como también hacen los murciélagos, y que próximamente se probarán en el Ártico para ayudar a detectar la presencia de estos mamíferos y colaborar en la conservación de esta especie.
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