Tarragona: Vertederos en el fondo del mar

El club Subkro recogió seis sacos de desechos en tres horas de limpieza del fondo marino en el Miracle. Es el inicio de una iniciativa para cuidar las costas del Cap Salou, L’Ametlla o Tarragona


Plásticos, compresas, tampones, hojas de afeitar o cigarrillos conviven con algas o erizos de mar. La riqueza ambiental del fondo del Miracle se da de bruces con la porquería del tarraconense medio que, industria mediante, intoxica los lechos marinos. El fondo arenoso y de roca del Miracle, una playa urbana con enorme impacto ambiental y afluencia de gente, padece especialmente la invasión de residuos, un mal que afecta a otros rincones marítimos de la ciudad.
En tres horas de limpieza, el club submarinista Subkro llenó seis grandes sacos de basura. Y lo que se quedó en el lecho marino. «Impresionaba ver tanta vida moviéndose entre la basura, peces mezclándose entre los plásticos de la superficie y comiendo de los montones de porquería que se forman entre las rocas. Es una pena», cuenta Silvia Marcos, bióloga de Ecologistes en Acció en Tarragona y una de las submarinistas que realizó la inmersión, entre voluntarios y amneistas. «Entre los residuos más abundantes destacan los de la higiene íntima y las colillas de los cigarros», explica Silvia.
Con motivo del día mundial del medio ambiente se llevó a cabo esta iniciativa, un oasis entre la desidia de la administración por mantener impoluta la costa. «Hacemos lo que podemos. Nadie se está haciendo cargo de esto, ni el Ayuntamiento ni la Autoritat Portuària. Nos hemos puesto en contacto con ellos y nadie ha dado respuesta. Ni siquiera para dejarnos material», cuenta Silvia.
La diversidad ambiental, muy rica en entornos como el Miracle, se ve perjudicada por la acción del hombre. «Los residuos que nos encontramos tienen una vida muy larga. El mar se autodepura pero estos restos se tienen que retirar porque no se deshacen. Se trasladan. Residuos que han podido salir de Salou llegan a Torredembarra», explica.
Salmonetes, meros, congrios o pulpos se las tienen que ver con desperdicios de la vida cotidiana. «Hay una variedad increíble. Da lástima ver comer basura a peces que aún no han llegado a la etapa reproductiva y que no podrán tener descendencia», explica Silvia. En una profundidad que alcanza los 25 metros y en lugares como el Miracle y la escullera, se aglutinan estrellas, esponjas de mar o coral e incluso en una zona donde está hundido un barco se han avistado peces luna. «Ese barco impide que pueda proliferar la vida en esa zona. Se necesitan unos biótopos para que pueda crecer la vida en ese sitio», cuenta esta bióloga, que valora muy positivamente la labor realizada. «La gente vino muy motivada y con ganas de trabajar pero necesitamos más voluntarios. Todo el apoyo que recibamos es poco. Los voluntarios son personas que actúan de manera desinteresada porque tienen ganas de cambiar el mundo».
Tan importante como la limpieza en los fondos del mar es la concienciación. «En estas sesiones aprovechamos para hacer una tarea de sensibilización, informando a la gente que se acerca a preguntar qué estamos haciendo. Es muy importante educar a la gente y que todos tomemos consciencia del mal que podemos hacer lanzando tanta basura al agua», denuncia Silvia.
Los voluntarios de Subkro llenaron seis sacos de basura: cuatro de material obtenido bajo el agua, otro del recopilado en la superficie por los amneistas y un último con basura de las rocas cercanas. La labor ecologista de este colectivo no ha hecho más que empezar en la costa tarraconense. Los submarinistas, con el apoyo de Riky Sub en el suministro de material, preparan una actuación cerca del Fortí de la Reina, en el Cap Salou y en zonas como L’Ametlla de Mar o Calafat. «Ahí podemos encontrar posidonias, que son de una gran riqueza y que deben ser conservadas», concluye Silvia.



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