Canciones desde el fondo del mar'

No todos los accidentes terminan en tragedia; a veces la suerte está al lado de los marinos.

En 1973, dos ingleses fueron rescatados de un sumergible atrapado en el fondo del Atlántico a unas 100 millas de la costa de Irlanda. Los hombres, Roger Mallison y Roger Chapman, estaban a bordo del Pisces III ayudando a tender un cable telefónico trasatlántico entre Inglaterra y Canadá.

El capitán Leonardo Edwards, del Vickers Voyager, el buque nodriza explicó lo que había pasado.

Parece que, mientras aun estaba en la superficie, la guindaleza arrancó una compuerta atmosférica, al agua inundó un tanque de inmersión y el submarino se hundió. Cuando estuvo a û50 metros de profundidad, la guindaleza se desgarró por completo y el submarino cayó sin remisión hasta el fondo.
Allí se detuvo el Pises III, atascado en los sedimentos del fondo oceánico, a 385 metros de la superficie y con una reserva de oxigeno para sólo 72 horas.

Para empeorar las cosas (como suele ocurrir siempre que pasa una catástrofe...) una galerna, grandes olas y una Ínfima visibilidad en el fondo del mar obstaculizan gravemente al equipo de rescate que buscaba el aparato e tan solo seis metros de longitud. Casi la única cosa a favor de los hombres atrapados es que pudieron mantener el contacto por radio con la superficie.

Usaron oxigeno valioso en esos momentos para mantenerse en la radio, para guiar al sonar hacia el aparato cantando salomas irlandesas y el yelow sumbarine, la canción de los beatles.

Mallison celebró su 35 cumpleaños en el Pises III cantando literalmente por su vida.'