Descenso al 'Nuevo Pepita Aurora'

Descenso al 'Nuevo Pepita Aurora'
Un equipo de buzos pudo ayer descender hasta el Nuevo Pepita Aurora, el pesquero de Barbate (Cádiz) naufragado el pasado 5 de septiembre a causa de un temporal. El cerquero pudo ser izado y trasladado a 0,8 millas al sur de Punta de Gracia, frente a las costas de Atlanterra, donde la profundidad es sólo de 29 metros.
Desde el accidente, los operativos de salvamento habían intentado acceder al pesquero, pero el temporal que azotaba la zona los primeros días y, después, el hecho de que el barco se hundiera a más de 130 metros habían imposibilitado el trabajo de los buzos. Los efectivos de rescate habían centrado sus esfuerzos en llegar al barco para inspeccionar su interior en busca de alguno de los cinco marineros desaparecidos. Al menos, el cuerpo de uno de ellos sí se encuentra en el barco. Uno de los robots que intervinieron en el rescate captó imágenes de un cadáver dentro del baño de cubierta, y los buzos confirmaron este hecho ayer. El paradero del resto de pescadores se desconoce por el momento.

Durante toda la jornada, los equipos de salvamento se dedicaron a soltar los cabos que habían permitido el arrastre del Nuevo Pepita Aurora a una plataforma marítima de menos profundidad. Tres parejas de buzos de Salvamento Marítimo cumplieron estas labores por turnos, ya que los trabajos de inmersión necesitan de periodos de descanso largos para evitar problemas físicos a quienes se sumergen. Antes de acceder al Nuevo Pepita Aurora fue necesario, además, limpiar la superficie del barco, ya que las algas, redes y cuerdas que cubrían el cerquero hacían muy difícil llegar a su interior.

En el operativo desplegado colaboró también el buque de salvamento Clara Campoamor. Este navío fue el encargado de transportar el material de trabajo: una cámara hiperbárica y equipos de buceo con un dispositivo umbilical para garantizar la seguridad de los submarinistas. El instrumental fue transbordado posteriormente al buque Don Inda, que ha servido de base para las operaciones. El barco se mantuvo durante toda la tarde de ayer fondeado a pocos metros del lugar en el que se encontraba sumergido el Nuevo Pepita Aurora, fijado con dos anclas para no perder la localización.

El avance en el operativo de rescate inundó ayer de esperanza la Casa del Mar, donde los familiares de los desaparecidos aguardan desde hace días noticias de los suyos. Los parientes más directos de los marineros siniestrados han aportado muestras de ADN para que el Instituto Anatómico Forense de Cádiz compruebe de forma rápida si los restos que se puedan encontrar pertenecen a los suyos. "Sabemos que se ha visto a uno en el servicio de cubierta. Los demás, con el corazón, quiero pensar que están dentro", deseó Sergio Lebrón, cuñado de uno de los pescadores.

La inspección del cerquero por parte de un equipo de buzos había sido el objetivo de los efectivos de rescate desde que el temporal lo hizo volcar hace 13 días, cuando regresaba de faenar frente a las costas de Larache, en Marruecos. El mal tiempo, primero, y las corrientes marinas y la profundidad a la que había quedado el barco, después, habían impedido el trabajo de los buzos.

Finalmente, los tres robots contratados por el Ministerio de Fomento lograron, en la madrugada de ayer, izar el buque, que permanecía a 137 metros de profundidad desde que se hundió mientras era trasladado del lugar del naufragio a una zona más resguardada. El Subatlantic Cherokee, junto al Argos y el Sealion, los dos robots del buque noruego Siem Danis, que se sumó el lunes a las labores de rescate, engancharon un cable por la popa y otro por la proa del pesquero. De esta forma, el buque Don Inda pudo izar el cerquero y remolcarlo.

A las 21.20 de ayer se suspendieron las labores de búsqueda, a la espera de ser retomadas a primera hora de la madrugada de hoy, miércoles.