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Ver la versión completa : Inquietud en relación al etiquetaje de la Marine Stewardship Council



SENSACIONES
29th November 2009, 16:03
El plan de ecoetiquetaje pensado para animar a la gente a comer pescado procedente de fuentes sostenibles está recibiendo críticas por parte de los ecologistas. La colaboración entre el grupo por la conservación World Wide Fund for Nature (WWF) y Univeler, uno de los mayores menoristas de pescado del mundo, actualmente entrega su sello de aprobación a 1,5 billones de comercios cada año. Sin embargo, existen temores de que la etiqueta azul que se pone en los envases se está entregando a pesquerías cuyos stocks no están siendo gestionados de manera adecuada o donde el ecosistema está resultando dañado.
El plan fue establecido hace diez años por la Marine Stewardship Council, con sede en Londres. Actualmente existen 58 pesquerías certificadas y 114 se encuentran en proceso de evaluación. El plan está destinado a beneficiar a los pescadores asegurando la sostenibilidad a largo plazo de sus sustentos y aumentar el precio de sus capturas.
En Nueva Zelanda, la pesquería de hoki, un pez de ojos saltones de aguas profundas y que una vez empleó el McDonald’s Filet O’Fish, fue una de las primeras pesquerías que se certificaron en 2001. Los stocks se colapsaron rápidamente y en 2007 la cuota pasó de las 250000 toneladas a las 90000 toneladas.
Sin bien la industria de hoki cita la reducción de cuota como de ser un indicador de la buena gestión preventiva, los ecologistas advierten que existen problemas con la ciencia en la forma en cómo se evalúan los stocks como sostenibles.
Lo mismo ocurre al otro lado del Pacífico con el abadejo, ingrediente para la elaboración de los tronquitos de pescado en Gran Bretaña. La pesquería de abadejo de Alaska, con certificación de la MSC, tiene un valor de 1 millón de dólares al año, sin embargo las evaluaciones del stock son polémicas pese a estar rigurosamente gestionadas por el Servicio de Pesquerías Marino Nacional. Desde 2004 la población ha mermado a la mitad y el año pasado las cuotas se recortaron en casi un 20 por ciento. Jeremy Jackson, de la Scripps Institution of Oceanography en San Diego, California, decía: 'La presión económica para seguir pescando a ritmo alto ha abrumado el sentido común.'
El MSC se enorgullece de su transparencia y proceso de objeciones bien regulados, sin embargo, existen sospechas de que no está cumpliendo con su función. A principios de este año la pesquería de merluza del Pacífico se encontraba en la fase final de certificación. El Acuario de la Bahía de Monterey y Oceana, un grupo para la conservación marina, presentaron una objeción que indicaba que el stock se encontraba en su nivel más bajo jamás observado, por debajo casi del 90 por ciento desde la década de los 80, sin embargo la reclamación fue rebatida.
Hasta la fecha, ninguna objeción ha provocado el rechazo de una solicitud, únicamente se ha rechazado la pesquería de langosta en aguas británicas después de pagarse por una evaluación. La MSC cuenta con empresas independientes para que evalúen las pesquerías, situación que los críticos consideran deja la puerta abierta a ‘acuerdos especiales’ entre ellos y aquellas compañías pesqueras que pagan para su evaluación. Las tasas suelen situarse entre las 9000 y 72000 libras.
La Moody Marine Internacional realiza prácticamente la mitad de todas las certificaciones de la MSC en todo el mundo. Al igual que otras certificadoras, Moody proporcionara a las pesquerías una evaluación previa que evalúa las probabilidades de ser aceptadas. Pero tal como admite Andrew Hough, uno de los evaluadores de Moody, 'a medida que el mercado incrementa, hemos de hacer más consultas para la prevaloración y la mayoría conducen a una plena certificación.'
'No diré que todas huelan a rosas…. Cada pesquería tiene algún punto débil.'
Un informe de la Consumer Focus, antiguamente conocida como National Consumer Council, añade criticas al esquema actual diciendo que no está convencido que los supermercados ofrezcan la información que los vendedores precisan para decidir si el pescado procede de stocks sostenibles.