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jaribas
24th April 2007, 14:16
El Instituto de Oceanografía plantea proteger un área marina frente a Ribadesella
Estado, Principado y cofradías negocian restringir la pesca en El Cachucho

Francisco Sánchez Delgado.

Gijón, M. C.

Investigadores del Instituto Español de Oceanografía han propuesto convertir el caladero de El Cachucho, 65 kilómetros al norte de Ribadesella, en un área marina protegida debido al valor ecológico de la zona. Ministerio de Medio Ambiente, Principado y cofradías de pescadores están participando en reuniones con técnicos del Instituto para decidir qué tipos de artes y en qué períodos del año se van a permitir en ese caladero una vez que se le otorgue la protección planteada. Se trataría de la primera zona marina del Cantábrico protegida y la primera de España fuera de la plataforma continental. El caladero es una zona de cría para varias especies comerciales, algunas escasas en el Cantábrico.

El Cachucho (nombre que recibe por los cachuchos o palometas rojas) es una montaña submarina situada a 25 kilómetros de la plataforma continental. La cima de esta montaña submarina está 450 metros bajo el agua. Su cara norte es una pared vertical que desciende hasta los 4.800 metros. Por el Sur está unida a la plataforma continental por una cuenca que tiene una profundidad menor, de unos 800 metros, y que también habría que proteger, según explicó ayer Francisco Sánchez Delgado, responsable del equipo investigador.

Además de palometa roja, en El Cachucho también hay pixín, cabra de altura, bacaladilla y brótolo (o locha). Estas tres últimas especies son muy escasas en el mar Cantábrico. La protección del caladero permitirá que éstas y oras especies comerciales se multipliquen en la zona, pasando luego a la plataforma continental.

Pero ése no es el único motivo para proteger ese ecosistema, añade Sánchez. El Cachucho es un ecosistema singular debido a su proximidad a la plataforma continental, en el que conviven especies propias de la plataforma con otras de zonas más profundas. Hasta la fecha, las investigaciones realizadas por el Instituto Español de Oceanografía han permitido catalogar 539 especies animales, incluidos corales de aguas frías y esponjas centenarias. En El Cachucho se han descubierto hasta la fecha tres especies animales nuevas; dos de crustáceos y una lapa.

Entre las 75 especies de peces que pueblan el caladero (la mayoría no son aprovechables comercialmente) se encuentran especies amenazadas o en declive, como el atún rojo, el tiburón peregrino, el reloj anaranjado y la raya noriega.

«Es un punto caliente de biodiversidad, con muchas especies vulnerables por su lento crecimiento y tardanza en la reproducción; alguna, como el reloj anaranjado, no hace su primera puesta hasta los 35 años y viven más de 100», explica Francisco Sánchez, quien recuerda que España va retrasada en la protección de zonas marinas para integrarlas en una red de la Unión Europea que debe estar completada en 2010, con el 10% de la plataforma continental. Si España incumple, será sancionada por la UE, advierte el científico, para quien, «si no se realizan este tipo de medidas de protección, muchas pesquerías tradicionales tienen fecha de caducidad» debido a la sobreexplotación pesquera, que se une a los efectos sobre los ecosistemas marinos del cambio climático.

La protección de esta zona marina no será tan conflictiva como las de la plataforma continental que se propongan salvaguardar en el futuro. Se trata de un caladero alejado y con escasa rentabilidad. Actualmente sólo faenan ocasionalmente en el mismo diez barcos de Bustio y Avilés para la pesca de pixín con rasco; de brótola y palometa roja, con palangre de fondo, y de cigala, con nasas. También han efectuado exploraciones arrastreros, un arte que se prohibiría debido a sus efectos dañinos en el fondo del caladero