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Ver la versión completa : La flota que no llego a su destino



Franci
30th September 2009, 22:13
Me parece Súper Interesante este apartado!! Os voy a aburrir con un resumen de una historia que pasó en Ceuta ya hace unos años, hay un libro (La Flota que no llego a su destino) con bastante más información que la que aquí os pongo, fue escrito por D. Juan Bravo Pérez y D. Juan Bravo Soto, investigadores durante más de 20 años del Pecio.

Se trata sobre un interesante descubrimiento, un Galeón Francés cargado de artillería, así como otras piezas de gran valor histórico.

Actualmente aun quedan varios cañones y muchos restos repartidos en un fondo entre 12 y 19 metros.

A los Submarinistas por su labor de recuperación de objetos del pasado. Sin ellos, la arqueología Submarina no tendría existencia.

(En cuanto averigüe como subir videos os pondré uno que se hizo en esa época sobre la recuperación de algunos cañones y otras piezas, los medios utilizados ya os lo podéis imaginar…)



JUAN BRAVO PEREZ Y JUAN A. BRAVO SOTO


Sin lugar a dudas, el pecio más interesante descubierto en Ceuta es hasta la fecha el localizado en los Isleos de Santa Catalina. Corresponde a uno de los navíos franceses naufragados en 1692, cuando la flota de Levante, mandada por Víctor Marie d´Estréss, surcaba las aguas del Estrecho de Gibraltar rumbo a Brest.



DESCUBRIMIENTO Y RECUPERACION


Aproximadamente en el mes de mayo de 1962, D. Ernesto Valero Narváez (http://www.ernestovalero.es) y D. Agustín Pizones Cortes, practicando pesca submarina en la playa de los corrales, frente al cementerio de Ceuta, quedaron sorprendidos ante el hallazgo, de múltiples cañones dispersos sobre el fondo a una profundidad de 14 a 20 metros.

En los días sucesivos “en Apnea”, se dedicaron a realizar una valoración aproximada del pecio, comprobaron que se componía fundamentalmente de cañones de hierro, algunos de bronce y varias anclas de hierro. En la mente de ellos estaba la idea de que, además de lo encontrado, debía haber otras piezas de más valor e iniciaron los trámites legales para su rescate.

El hallazgo fue comunicado a la Comandancia de Marina de Ceuta. Como no poseían el título de buceador contaban con la colaboración de José Luis Arbona y la mía.

Mientras se gestionaban los trámites burocráticos decidimos hacer una primera prospección con los equipos de aire comprimido. Llevábamos unas palanquetas para raspar las piezas y comprobar el material de su construcción.

Sobre un fondo de piedras y cascajos divisamos alrededor de veinte cañones y cinco anclas. A simple vista todo parecía de hierro, procedimos a raspar y de inmediato salía el típico polvo negruzco. La evidencia era clara, allí no había cañones de bronce. Esta situación nos hacia dudar entre una equivocación de los descubridores o el robo. Los hechos posteriores confirmaron esta segunda posibilidad.

Quizás por el júbilo inicial, la noticia del hallazgo llegó a oídos de personas que no tuvieron reparos en expoliar el pecio. Con esta actitud, piezas de indudable valor han desaparecido definitivamente, tal es el caso de una culebrina adornada con flores de lis (arma de los Borbones) que fue vendida a una cacharrería y posteriormente troceada y fundida.

El episodio más oscuro por la implicación de submarinistas locales, un barco de recuperación de chatarras y alguna autoridad local, fue la desaparición de dos cañones de bronce; uno con las armas de Francisco de Vendome y el otro con las de Luis de Borbón. Trasladados la puerto de Tánger fueron adquiridos en Diciembre de 1963 por el Museo de la Marina de Francia.

Estos cañones al menos en el año 1977 estaban expuestos en la ciudadela de Sainz Tropez.

Gracias a las amables gestiones de Marjolaine Mourot (jefe del servicio de estudios y documentación del Museo de la Marina en Francia) estamos en posesión de fotografías de estas piezas de artillería.

Con el paso del tiempo el pecio se convirtió en una zona donde se buceaba con frecuencia, de esta época sólo se conoce la recuperación de planchas de plomo y cobre y algunas roldadas. Paulatinamente el interés fue decayendo abandonándose la idea de sacar las piezas sumergidas.

Ocho años más tarde, en 1970, realicé un proyecto de rescate que se aceptó por la Delegación de Cultura del Ayuntamiento de Ceuta.

Para llevarlo a cabo, contaba con la colaboración de Antonio Amores Albadalejo, José Garrido Pérez, Mohamed Mustafa el Hach y Juan Antonio Bravo Soto. Ellos realizaron el trabajo submarino durante el verano de aquel año.

En lo referente al material , disponíamos de equipos de buceo cedidos por la Federación Ceutí de Actividades Subacuáticas y club Náutico C.A.S., un pequeño barco “El joselito” y la pieza fundamental: una balsa diseñada y construida con nuestros propios medios.

Consistía la balsa en un esqueleto de madera de pino en cuyo interior iban sujetos 20 bidones de 200 litros cada uno, sobre ella descansaba un puente de hierro y colgado de este un “Tractel” con un poder de arrastre de 5000 kg. A través de un orificio practicado en el centro pasábamos el gancho y el cable de acero.



El primer día que pusimos en marcha nuestro proyecto estaba intranquilo, mis colaboradores era gente joven con poca experiencia, tenia dudas sobre el bien funcionamiento de la balsa, la zona era peligrosa por las corrientes y debido a mi trabajo no podía ir con ellos.

Aprovechando la bajamar salieron a las nueve de la mañana con levante flojo, el barco con su remolque navegaba lentamente y los perdí de vista cuando alcanzaron la bocana del puerto.

Tardaron hora y media en llegar a los Isleos, una vez localizado el primer cañón se fondeó justo encima. Dos submarinistas bajaron una cadena con grilletes, se la rodearon a nivel de la caña y primer cuerpo, y el puente formado se enganchó al cable de tractel. Con posterioridad los de superficie, comenzaron a izar la pieza.

Yo no podía soportar la tensión sin saber lo que estaba ocurriendo, me fui al cementerio, sin pensarlo lié mi ropa en una bolsa de plástico y a nado me fui hasta ellos.

Mientras le dábamos a la palanca del tractel, la balsa se hundía llegándonos el agua hasta los tobillos. Durante un momento nos invadió la incertidumbre de no poderlo levantar, estaba muy adherido a las rocas. De pronto despegó ascendiendo la balsa bruscamente.

Subimos el cañón hasta tres metros de profundidad, arrastrándolo de esta forma a puerto. Allí lo depositamos de nuevo sobre el fondo y con la grúa se puso en tierra firme.

Habíamos alcanzado nuestro primer objetivo y el método funcionaba, posiblemente era el más idóneo si tenemos en cuenta la escasez de medios. Tenía el inconveniente de ser lento, en todo el proceso tardábamos de cuatro a seis horas, ya que a veces teníamos que esperar la bajamar para evitar la corriente.

Sólo sacábamos una pieza por día, en una ocasión llegamos a rescatar dos, el esfuerzo fue considerable y no lo volvimos a repetir.

A pesar de la expectación creada, aquel trabajo empezó a convertirse en rutinario. Para evitar la monotonía, una vez terminadas las maniobras de embrague y antes del cambio de marea, procedíamos a explorar los alrededores. Ocurrió lo inesperado: Antonio Amores descubrió sobre un fondo de arena un cañón de bronce, en un punto alejado setenta metros de la zona a una profundidad de diecinueve metros. La recuperación se aplazó para el día siguiente, ya teníamos uno de hierro embragado y queríamos evitar los arañazos forrando la cadena.

Cuando lo sacamos en el Muelle de España, pudimos admirar su perfecto estado de conservación y la belleza de su decorado. Destacaba dos asas en forma de delfín y dos escudos; uno representaba las armas de Francia y el otro las del Conde de Vermandois.

El interés suscitado hizo que reporteros del antiguo noticiario NO-DO con el cámara submarino enrique Pastor, se desplazaran a Ceuta para filmar las operaciones.

Como suele ser frecuente cuando se tiene interés que todo salga a la perfección, aparecen las dificultades. Se metió un viento de poniente que hacia prácticamente imposible el traslado al lugar del pecio, estuvimos varios días esperando el cambio pero la mejoría no llegaba.

La estancia de los reporteros en nuestra ciudad tocaba a su fin y no habían filmado ni un metro bajo el agua. En un acto quijotesco decidimos ir con estas condiciones atmosféricas.

Durante la travesía no tuvimos problemas a pesar del viento y el oleaje; sin embargo, estos factores unidos a la corriente nos dificultó la maniobra de fondeo.

Para completar el cúmulo de contratiempos, el agua estaba turbia. Esta eventualidad no nos desanimó y los submarinistas comenzaron el trabajo; mientras tanto, Enrique Pastor les filmaba sin perder detalle. Resultaba curioso verlos andar torpemente hacia el cañón, con la cadena sobre los hombros y dando trompicones con las aletas.

Debido al incremento de la corriente, todas las maniobras bajo el agua se hicieron con mucha celeridad. Cuando salieron a superficie había aumentado el viento y las olas golpeaban con energía los costados de la balsa, pasando el agua por encima de ella. Hubo un momento que estuvimos a punto de perder parte del equipo de inmersión y una de las cámaras submarinas. Por fortuna todo quedó en la perdida de un cinturón de plomo y un tubo respirador.

Con estas circunstancias era imposible arrastrar la balsa hasta el puerto, decidimos dejarla fondeada con el cañón y cuatro anclas en espera de una mejoría del tiempo, dimos la vuelta a la Almina y por la bahía sur llegamos al C.N. C.A.S. completamente derrotados.

Al dejarla allí, tuve el presentimiento de que el temporal la destrozaría y me imaginaba sus tablas y bidones dispersos por la playa. Al amanecer el tiempo había cambiado, me acerqué al cementerio y la observé flotando en el sitio exacto donde la dejamos el día anterior.

Habíamos conseguido con mucho esfuerzo la filmación submarina de nuestro trabajo, meses más tarde pudimos verla en las pantallas comerciales.

En la campaña realizada en el año 1970 recuperamos 14 cañones de hierro, uno de bronce y un ancla. Este material quedó a disposición del Ayuntamiento de Ceuta.

Pasado algún tiempo, mientras rodábamos algunas escenas submarinas con una cámara súper-8, dimos con un cañón de hierro en una zona alejada de los Isleos: la situada entre la playa de los Corrales y las piedras del Saucito. En aquel momento no le dimos importancia debida a este hallazgo.


Finalizado nuestro proyecto perdí contacto con lo ocurrido en el pecio durante doce años. Tuve noticias de inmersiones en las que se recuperaron objetos de cerámica (platos, escudillas, jarras, una taza, etc.…) y varias roldanas de bronce.

Un día de 1983 al leer unos datos sobre el Conde de Vermandois se reavivó mi interés en proseguir las investigaciones. En esta ocasión el planteamiento sería diferente, pretendía averiguar el nombre del navío naufragado, fecha de hundimiento y hechos históricos asociados. En colaboración con mi hijo y su esposa, comenzamos a dibujar, fotografiar y ordenar todas las piezas recuperadas, incluyendo los dos cañones de bronce expoliados en 1963 y el material perteneciente a colecciones particulares. Para ello establecimos múltiples contactos y afortunadamente en la mayoría de las ocasiones dimos con buena disposición.

En otra línea, era primordial la investigación en archivos y bibliotecas. Partimos de datos iniciales ofrecidos por D. Carlos Posac Mon que se han ido completando a medida que progresaba el estudio.

También considerábamos oportuno realizar una valoración del estado del pecio. Como en esta ocasión no disponíamos de ayuda económica y material a pesar de haber presentado un proyecto que fue rechazado por la sección de Excavaciones de la Dirección General de Bellas Artes y Archivos (Ministerio de Cultura), tuvimos que comprar dos bibotellas, una zodiac y un fueraborda de 15 HP.

En Julio de 1984 decidimos realizar un esquema a escala de las piezas sumergidas y de esta forma tener una idea exacta de su distribución

Preparamos una serie de boyas numerándolas y añadiéndole veinticinco metros de nylon liados en pequeños carretes. Se colocaron, tensado los cabos, en los extremos de cañones y anclas. De esta forma habíamos proyectado sobre la superficie la disposición de las piezas en el fondo. Con una brújula muy precisa a la que habíamos acoplado un telescopio y un trípode, tomamos rumbo a las boyas desde dos puntos señalados en la carta marina, cruzándolos, obtuvimos la imagen de la figura.

Para confirmar los datos obtenidos con el procedimiento señalado, se tomaron medidas de las piezas, sus ángulos, distancias entre ellas y profundidad.

En estos días descubrimos una piedra horadada, fragmentos de tinajas y dos aros de hierro de 60 cm. de diámetro muy adheridos a las rocas. Tras la consulta de diversas fuentes tuvimos el conocimiento del naufragio en nuestras costas de los navíos L´Assuré y Le Sage, La fecha del hundimiento difiere según el documento estudiado, Horque de Hamecourt lo hacen en Abril de 1692. Nosotros damos por cierta esta fecha, pues, los acontecimientos históricos relacionados ocurrieron entre Marzo y Junio de ese mismo año.

Uno de los barcos quedó destrozado contra los Isleos de Santa Catalina, el otro encalló en las piedras del Saucito. Del primero se hundió toda la artillería aunque se recupero en parte en 1694, del segundo se salvaron prácticamente todos los cañones.

Con los datos señalados y las características de las piezas recuperadas nos parece razonable la hipótesis de que el pecio estudiado desde 1963 corresponde a uno de estos navíos. Tratando de ir más lejos en nuestra teoría, basándonos en la descripción del naufragio de Horque de Hamecort y Correa de Franca, es posible, que los restos del pecio Isleos de Sta. Catalina correspondan a L´Assuré, en tal caso el cañón de hierro hallado cuando filmábamos entre la playa de los Corrales y los escollos de Saucito, debía pertenecer a Le Sage. Durante el verano de 1985, tratando de localizarlo, hicimos seis inmersiones de dos horas cada una, pero el propósito fue inútil y no conseguimos dar con él.

Llegados a este punto éramos conscientes de haber agotado las posibilidades de seguir las exploraciones con nuestros propios medios. Hubiera sido interesante insistir len la búsqueda debajo de cascajos, arena y piedras para localizar más objetos y quizás restos del maderamen, para ello tendríamos que acotar y aspirar con manga de succión. Esta labor no era realizable por un equipo de tres personas que, además, no recibían subvención alguna.

ENLACES RELACIONADOS





http://www.elfaroceutamelilla.es/content/view/6505/60/ (http://www.elfaroceutamelilla.es/content/view/6505/60/)



http://www.elfaroceutamelilla.es/content/view/2314/60/ (http://www.elfaroceutamelilla.es/content/view/2314/60/)



http://www.elpueblodeceuta.es/200707/20070722/200707226101.html (http://www.elpueblodeceuta.es/200707/20070722/200707226101.html)



http://www.**********.com/articulos/reportajes-buceo/isleos-santa-catalina-navios-franceses_3349.htm (http://www.**********.com/articulos/reportajes-buceo/isleos-santa-catalina-navios-franceses_3349.htm)

jaribas
1st October 2009, 14:27
Muchas gracias por este relato, es super interesante.. has buceado en el?.. has hecho fotografias?

Nuevamente gracias por compartir este relato.

(Si necesitas ayuda para lo de los videos... aqui estamos)

CreX
1st October 2009, 16:17
Muy interesante. Al final me va a empezar a gustar la chatarra historica.

Gracias por compartirlo.Un saludo y bienvenido al foro.:047:

Martín Ynestrillas
1st October 2009, 16:43
No lo dudes!!



Muy interesante. Al final me va a empezar a gustar la chatarra historica.

Gracias por compartirlo.Un saludo y bienvenido al foro.:047:

Franci
1st October 2009, 18:17
Muchas gracias por este relato, es super interesante.. has buceado en el?.. has hecho fotografias?

Nuevamente gracias por compartir este relato.

(Si necesitas ayuda para lo de los videos... aqui estamos)


Hola, gracias y me alegro que os guste, he tenido la suerte de poder bucear en bastantes ocasiones (mi padre, Ernesto Valero (http://www.ernestovalero.es), junto a otro compañero fueron los descubridores ), así como recuperar bajo la dirección de especialistas numerosas e interesantes piezas que hoy se encuentra depositadas en el Museo de la Ciudad, descubrir un nuevo cañón el cual no estaba catalogado, asi como toda la munición que aun no se habia dado con ella.
Estoy preparando un reportaje con imagenes actuales del pecio mezcladas con imagenes de la epoca, incluso imagenes de dos cañones de bronce (expoliados en su día ) que se encuentran en el Museo Naval de Francia, etc...

Como se pueden insertar imagenes desde mi pc?

jaribas
1st October 2009, 20:26
Puedes adjuntarlas a tu mensaje, siguiendo los limites que indica el foro. creo que 800x600 y no recuerdo ahora el limite de kb.

Otra opcion es subirlas a un servidor gratuito como imageshack y luego copiar el enlace aqui.

Cuando tengas ese reportaje, si quieres me lo envias y lo publico en SENSACIONES, famoso no te harás, pero mas de 10.000 amigos podran disfrutar de el. Por supuesto con tus creditos, los de tu padre o centro.

salu2

capi
1st October 2009, 22:39
Muchas gracias por el relato Franci. Y por los enlaces.
He podido leer algo sobre tu padre, D. Ernesto Valero Narváez, sin duda alguna "Una vida para recordar".
Saludos.

Rande_1702
6th October 2009, 18:23
:eek: :eek: Gracias por los datos, los ignoraba.

Buen trabajo :wink: