jaribas
10th April 2007, 07:29
La carta de un empresario británico afincado en Estados Unidos que al embarcarse en el Titanic fue testigo de un incidente que pudo ser premonitorio de la catástrofe será subastada próximamente en el Reino Unido y se espera que se paguen hasta 90.000 euros por ese manuscrito y otros documentos.
Según Andrew Aldridge, de la casa de subastas Henry Aldridge y Sons of Devizes, en el condado de Wiltshire, la carta es única ya que las de otros pasajeros describen sobre todo el lujo del transatlántico, que parecía un palacio flotante. Sin embargo, la escrita por Alfred Rowe, un hombre de negocios británico de 59 años, a su esposa, Constance, tiene un tono completamente distinto, informa hoy el diario "The Times".
Rowe, que se dirigía a su rancho de Texas (EEUU), confesó a su esposa que habría preferido un barco más pequeño como el Mauritania o el Lusitania y describe cómo el fuerte oleaje producido por el Titanic en el momento de zarpar hizo que se rompieran las amarras de otro paquebote: el New York. De no haber sido por un remolcador que logró contener al "New York", éste habría hecho un boquete en el casco del "Titanic", explica Rowe. Pese a su premonición, Rowe confiesa disfrutar de las comodidades a bordo y explica haber tomado un "baño turco", que le ayudó a curarse un resfriado, aunque al mismo tiempo se queja de que el buque es sencillamente demasiado grande y es difícil orientarse en él.
La carta del empresario fue puesta en el correo en Queenstown, cerca de la ciudad irlandesa de Cork, la última escala del Titanic, el 11 de abril del 1912, y tres días más tarde, ese barco, orgullo de los mares, chocó contra un iceberg y se hundió. Según se informó entonces, Rowe consiguió nadar hasta un trozo de hielo, donde murió de congelación, y su cadáver fue rescatado por otro barco y devuelto a Liverpool. La carta, que ocupa dos hojas por los dos lados, se ha publicado ahora por primera vez, después de que los descendientes del empresario decidieran ponerla a la venta junto al diario de su viuda y una carta escrita a su hermano.
Fuente: **********.com
Según Andrew Aldridge, de la casa de subastas Henry Aldridge y Sons of Devizes, en el condado de Wiltshire, la carta es única ya que las de otros pasajeros describen sobre todo el lujo del transatlántico, que parecía un palacio flotante. Sin embargo, la escrita por Alfred Rowe, un hombre de negocios británico de 59 años, a su esposa, Constance, tiene un tono completamente distinto, informa hoy el diario "The Times".
Rowe, que se dirigía a su rancho de Texas (EEUU), confesó a su esposa que habría preferido un barco más pequeño como el Mauritania o el Lusitania y describe cómo el fuerte oleaje producido por el Titanic en el momento de zarpar hizo que se rompieran las amarras de otro paquebote: el New York. De no haber sido por un remolcador que logró contener al "New York", éste habría hecho un boquete en el casco del "Titanic", explica Rowe. Pese a su premonición, Rowe confiesa disfrutar de las comodidades a bordo y explica haber tomado un "baño turco", que le ayudó a curarse un resfriado, aunque al mismo tiempo se queja de que el buque es sencillamente demasiado grande y es difícil orientarse en él.
La carta del empresario fue puesta en el correo en Queenstown, cerca de la ciudad irlandesa de Cork, la última escala del Titanic, el 11 de abril del 1912, y tres días más tarde, ese barco, orgullo de los mares, chocó contra un iceberg y se hundió. Según se informó entonces, Rowe consiguió nadar hasta un trozo de hielo, donde murió de congelación, y su cadáver fue rescatado por otro barco y devuelto a Liverpool. La carta, que ocupa dos hojas por los dos lados, se ha publicado ahora por primera vez, después de que los descendientes del empresario decidieran ponerla a la venta junto al diario de su viuda y una carta escrita a su hermano.
Fuente: **********.com