SENSACIONES
6th December 2008, 08:14
El equipo ecuatoriano de apnea, compuesto por Katty Macías (foto) y Gilda Rivadeneira, emergió del mar de Acapulco con el tercer lugar en el Panamericano de Actividades Subacuáticas.
http://www.larompiente.com/imagenes/noticias/noticia2311.jpg
Esta vez la brújula marcó como destino las playas de Acapulco, para que las apneistas (buzos a pulmón), Katty Macías y Gilda Rivadeniera se sumergieran en las oscuras aguas del balneario tropical mexicano y emergieran con el tercer lugar para el Ecuador en la II Copa CMAS Zona Americana.
El sol azotaba a unos pocos cuerpos que buscaban dorarse sobre la arena al medio día, mientras Gilda nadó aproximadamente 15 metros hasta llegar al lugar donde estaba ubicada la pista de 10x15, en las profundidades del mar azteca, para competir en la modalidad de Jump Blue, que consiste en dar la mayor cantidad de vueltas al rectángulo.
“Las condiciones con respecto a Ecuador eran diferentes, el agua estaba caliente, sumamente turbia, oscura, prácticamente no había visibilidad a más de tres metros, por ende los buzos de seguridad tenían que estar bajando para ver si estábamos bien y todo”, comenta la ingeniera comercial, quien aguardó su turno sentada en una panga -bote-.
“Yo salí en octavo lugar, fui la penúltima. A nivel competitivo eso es una ventaja porque sabes lo que ya han hecho tus rivales, entonces tienes chance de dar un poquito más”, confiesa la deportista, quien revela que, al contrario de la mayoría, no necesita de mucho tiempo de concentración.
“Yo soy una persona demasiado nerviosa. Antes de competir, por lo general, no puedo llegar a un grado de concentración; a mí me tienen que estar hablando. Con mi entrenador -Freddy Toledo-, me pongo a conversar hasta del pajarito que pasa”, cuenta esbozando una pícara sonrisa, ahora sentada sobre un partidor de la piscina Olímpica, donde entrena todas las mañanas a partir de las seis.
Sostiene que cuando el juez le indicó que tenía tres minutos para prepararse comenzó a hiperventilarse -técnica que consiste en hacer ingresar la mayor cantidad de aire al estómago y a los pulmones-.
Inició la cuenta regresiva 3-2-1, top time y Gilda, manifiesta que partió dejando una estela de burbujas tras sumergirse con su monoaleta -aleta en la que se colocan los dos pies juntos-. En el trayecto su entrenador la acompañó para verificar que todo saliera bien.
“Durante todo el recorrido, me iba repitiendo: todo está bien, todo está bien. Para ser sincera iba rezando todo el camino, para que no me pase nada. Mi profesor me iba siguiendo y eso me dio seguridad”, comparte esta fanática de los mariscos.
“Cuando yo salí me pusieron una boya y me agarré de ella. Alcancé a ver a mi entrenador, que estaba a unos 5 metros. Él esperó a que yo diera el OK -señal con la mano que indica que el deportista llegó sin síntomas de asfixia- y de ahí bajó inmediatamente a verificar mi metraje”.
La otra ecuatoriana que participó en el panamericano fue Katty Macías. La apneista, quien el año pasado se trajo la medalla de bronce del Mundial efectuado en Italia, esta vez obtuvo plata en la modalidad de dinámica con equipos, prueba que consiste en recorrer la mayor distancia posible sin respirar, usando una monoaleta. Esa modalidad se efectuó en la piscina del Comité Olímpico Mexicano, en el D.F.
“Yo sí necesito concentrarme, por eso practico la gnosis -tipo de meditación basada en técnicas de respiración- antes de la prueba. Comienzo a canalizar mi propia energía y a mandarla a mis piernas o al resto del cuerpo para poder tranquilizarme”, asevera Macías, quien es una amante confesa del agua; sus aretes en forma de estrellas de mar la delatan.
Sin embargo, a esta estudiante de Cultura Física, las marcas en la piscina le jugaron una mala pasada.
“Estaba relajada, pero en un momento me desconcentré allá abajo. Uno en la piscina de acá está acostumbrado solo a ver una raya negra, una T cuando está cerca de la pared, en cambio allá había dos rayas y me confundí. Comencé a dar la vuelta en la primera rayita, o sea unos dos o tres metros antes de los primeros 50”, cuenta aún contrariada Katty, quien obtuvo el cuarto lugar en Jump Blue.
“Ahí me desconcentré, ya lo mío era asegurar una medalla; ya no iba a hacer los 150 metros o más que quería”, asegura Macías, quien al final avanzó 142,10 metros con su monoaleta.
El bronce de Gilda y la plata de Katty le dieron a Ecuador el tercer lugar en la general. En el panamericano participaron también apneistas de México, Chile, Venezuela y Cuba.
En junio del próximo año la brújula marcará como destino el Mundial de Actividades Subacuáticas en Túnez, para estas amantes de las profundidades.
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Esta vez la brújula marcó como destino las playas de Acapulco, para que las apneistas (buzos a pulmón), Katty Macías y Gilda Rivadeniera se sumergieran en las oscuras aguas del balneario tropical mexicano y emergieran con el tercer lugar para el Ecuador en la II Copa CMAS Zona Americana.
El sol azotaba a unos pocos cuerpos que buscaban dorarse sobre la arena al medio día, mientras Gilda nadó aproximadamente 15 metros hasta llegar al lugar donde estaba ubicada la pista de 10x15, en las profundidades del mar azteca, para competir en la modalidad de Jump Blue, que consiste en dar la mayor cantidad de vueltas al rectángulo.
“Las condiciones con respecto a Ecuador eran diferentes, el agua estaba caliente, sumamente turbia, oscura, prácticamente no había visibilidad a más de tres metros, por ende los buzos de seguridad tenían que estar bajando para ver si estábamos bien y todo”, comenta la ingeniera comercial, quien aguardó su turno sentada en una panga -bote-.
“Yo salí en octavo lugar, fui la penúltima. A nivel competitivo eso es una ventaja porque sabes lo que ya han hecho tus rivales, entonces tienes chance de dar un poquito más”, confiesa la deportista, quien revela que, al contrario de la mayoría, no necesita de mucho tiempo de concentración.
“Yo soy una persona demasiado nerviosa. Antes de competir, por lo general, no puedo llegar a un grado de concentración; a mí me tienen que estar hablando. Con mi entrenador -Freddy Toledo-, me pongo a conversar hasta del pajarito que pasa”, cuenta esbozando una pícara sonrisa, ahora sentada sobre un partidor de la piscina Olímpica, donde entrena todas las mañanas a partir de las seis.
Sostiene que cuando el juez le indicó que tenía tres minutos para prepararse comenzó a hiperventilarse -técnica que consiste en hacer ingresar la mayor cantidad de aire al estómago y a los pulmones-.
Inició la cuenta regresiva 3-2-1, top time y Gilda, manifiesta que partió dejando una estela de burbujas tras sumergirse con su monoaleta -aleta en la que se colocan los dos pies juntos-. En el trayecto su entrenador la acompañó para verificar que todo saliera bien.
“Durante todo el recorrido, me iba repitiendo: todo está bien, todo está bien. Para ser sincera iba rezando todo el camino, para que no me pase nada. Mi profesor me iba siguiendo y eso me dio seguridad”, comparte esta fanática de los mariscos.
“Cuando yo salí me pusieron una boya y me agarré de ella. Alcancé a ver a mi entrenador, que estaba a unos 5 metros. Él esperó a que yo diera el OK -señal con la mano que indica que el deportista llegó sin síntomas de asfixia- y de ahí bajó inmediatamente a verificar mi metraje”.
La otra ecuatoriana que participó en el panamericano fue Katty Macías. La apneista, quien el año pasado se trajo la medalla de bronce del Mundial efectuado en Italia, esta vez obtuvo plata en la modalidad de dinámica con equipos, prueba que consiste en recorrer la mayor distancia posible sin respirar, usando una monoaleta. Esa modalidad se efectuó en la piscina del Comité Olímpico Mexicano, en el D.F.
“Yo sí necesito concentrarme, por eso practico la gnosis -tipo de meditación basada en técnicas de respiración- antes de la prueba. Comienzo a canalizar mi propia energía y a mandarla a mis piernas o al resto del cuerpo para poder tranquilizarme”, asevera Macías, quien es una amante confesa del agua; sus aretes en forma de estrellas de mar la delatan.
Sin embargo, a esta estudiante de Cultura Física, las marcas en la piscina le jugaron una mala pasada.
“Estaba relajada, pero en un momento me desconcentré allá abajo. Uno en la piscina de acá está acostumbrado solo a ver una raya negra, una T cuando está cerca de la pared, en cambio allá había dos rayas y me confundí. Comencé a dar la vuelta en la primera rayita, o sea unos dos o tres metros antes de los primeros 50”, cuenta aún contrariada Katty, quien obtuvo el cuarto lugar en Jump Blue.
“Ahí me desconcentré, ya lo mío era asegurar una medalla; ya no iba a hacer los 150 metros o más que quería”, asegura Macías, quien al final avanzó 142,10 metros con su monoaleta.
El bronce de Gilda y la plata de Katty le dieron a Ecuador el tercer lugar en la general. En el panamericano participaron también apneistas de México, Chile, Venezuela y Cuba.
En junio del próximo año la brújula marcará como destino el Mundial de Actividades Subacuáticas en Túnez, para estas amantes de las profundidades.