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Ver la versión completa : Texto: Esqueletos de historia bajo el mar



jaribas
29th January 2007, 08:57
Fuente: Eduardo Rolland www.farodevigo.es (http://www.farodevigo.es)

Si el mar se retirase de la Ría de Vigo, el largo valle desde Cíes hasta San Simón dejaría al descubierto los restos de decenas de buques. Galeones, mercantes romanos, submarinos, pesqueros, cargueros de acero asomarían sobre el lodo y la arena, con sus cuadernas como costillares abiertos, guardando una leyenda. Investigadores diversos han buceado en los pecios de la ría, cuya importancia va desde la arqueología submarina hasta su explotación como atractivo turístico para los buceadores.


"Los pecios son como cápsulas del tiempo, donde se guardan secretos de la historia", resume el arqueólogo submarino Javier Luaces. De otra parte, son "un imán para los submarinistas, lugares rodeados de misterio, que cobijan todo tipo de vida marina y que son un reclamo para atraer visitantes", como explica Javier García de la Peña, director de la Escuela de Buceo "Caldeirón", que organiza excursiones para visitar barcos hundidos.

Entre la historia y la oportunidad de negocio, los pecios son una riqueza más de la Ría de Vigo, pendiente de mayor atención.
"Para empezar, Vigo conserva uno de los conjuntos de barcos hundidos más importantes del mundo", explica Javier Luaces, "los galeones de Rande son conocidos en todo el planeta y confiemos en que algún día logremos que se reflote alguno".

Ensenada de San Simón
El conjunto de Rande está situado en la ensenada de San Simón e integrado por los restos de los buques hundidos en la Batalla de Rande, conocida internacionalmente como la "Batalla de la Bahía de Vigo", librada en octubre de 1702 entre una escuadra franco-española y una anglo-holandesa.

Aunque existe disparidad de criterios sobre el número de pecios, el último estudio cifra en trece las embarcaciones. La investigación fue desarrollada por el buceador vigués Edelmiro Martínez Novo y el vasco Ignacio Iturregui, que localizaron los barcos entre los 8º 39´ 36´´ de Longitud Oeste y los 42º 17´19´´ de Latitud Norte.

En su trabajo, que prolongaron durante 18 años, desde 1984 hasta que entregaron a la Xunta, en 2002, un documento con sus hallazgos, los buceadores dicen haber localizado emblemáticos galeones como el Santísima Trinidad y buques de línea franceses como el Solide o el Le Fort.
En la campaña de búsqueda, hallaron cerámica, cañones, monedas o pipas de fumar. Y dejan algo claro: "Si no procedemos pronto a conservar estos pecios, no quedará nada de la Batalla de Rande", explica Iturregui Peña.
Antes que ellos, se sucedieron las expediciones a la islas de San Simón. No sólo la que imaginó Julio Verne en el capítulo "En la bahía de Vigo" de su obra "Veinte mil leguas de viaje submarino", sino también las muy ambiciosas del belga Robert Stenuit y el americano John Potter en los años sesenta.

Pero ni el tercer centenario de la batalla, celebrado en 2002, logró atraer la atención de las administraciones hacia estos pecios. "Hoy hace falta un permiso especial para bucear en esta zona", explica el submarinista Javier García, "y parece que no interesa hacer una campaña oficial que sería interesante históricamente, pero también para el turismo, porque no sería difícil reflotar un pecio".

Los galeones de Rande, el bien histórico más preciado de la Ría, siguen así sin ser explotados para el turismo, "cuando en otros puntos de Europa los estarían vendiendo como un atractivo fundamental".

Pero la Ría de Vigo no son sólo sus galeones. Porque existen restos de buques mucho más antiguos. El arqueólgo Javier Luaces ha descubierto lo que parece ser el pecio de un buque romano de mediados del siglo I después de Cristo. El lugar está situado en Cabo de Mar, donde hoy se levanta el Museo del Mar.

"El barco, por supuesto, no está, porque en esa zona de rompiente no podría aguantar dos mil años", explica Luaces, "pero sabemos que existió, que naufragó en esta zona, que lo hizo chocando contra unos arrecifes próximos y que iba cargado de mercancías rumbo a la zona de Areal".
Este mercante romano misterioso se vela gracias a la gran cantidad de cerámica y ánforas descubiertas en las aguas de la zona.
"Encontramos muchísimas ánforas, sobre todo del modelo Haltern 70, que es muy conocido, una especie de envase estándar que se utilizaba para transportar vino desde la Bética, lo que hoy sería Andalucía", asegura Luaces.

Existen vestigios de otro pecio romano frente a Bouzas, además de uno en la curva de San Gregorio, "donde debió haber otro naufragio por la cantidad de restos de ánforas que hallamos frente a Barreras", asegura el arqueólogo submarino.

Los temibles U-Boot
Casi dos milenios más tarde, otro conjunto de pecios de importancia histórica vino a depositarse en los fondos de Vigo. En realidad, fue la RAF, la Royal Air Force británica, la que los mandó a las profundidades. Se trata de los temibles submarinos U-Boot, las "manadas de lobos" que el almirante Döenitz creó como su gran arma de guerra en el mar durante la Segunda Guerra Mundial.

La Ría de Vigo fue refugio de estos submarinos durante la contienda entre la Alemania de Hitler y los aliados. Aquí se abastecían de combustible, embarcaban víveres y se daba descanso a las tripulaciones. Desde Vigo, los U-Boot salían a acosar a la marina mercante americana e inglesa en el Atlántico Norte.

Pero, en una ciudad convertida en un nido de espías, no faltaban informantes que avisaban a los aliados de los movimientos de los submarinos nazis. Y la RAF acudía a barrerlos en cuanto dejaban atrás las islas Cíes.

Así, están documentados cuatro submarinos nazis hundidos frente a las islas.

El primero es el U-506, que el 12 de julio de 1943 fue hundido en la posición 42.30 Norte y 16.30 Oeste, por siete cargas de profundidad lanzadas por un bombardero estadounidense B-24 "Liberator". Sólo hubo seis supervivientes, mientras que 48 tripulantes aún están en el fondo, en su ataúd de acero.

El 24 de agosto de 1943, fue hundido frente a Cíes el U-134 por un avión de la RAF. Mueren todos sus tripulatnes. Al día siguiente, el 25 de agosto, se va al fondo el U-523, bombardeado por la corbeta HMS Wallflower y el HMS Wanderer, de la Marina británica. Por último, el 8 de septiembre del mismo año, se hunde el U-760.

Estos pecios se encuentran a gran profundidad, pues el lecho del mar se abisma al poco de abandonar las islas Cíes. Por esta razón, los submarinistas no pueden descender a visitarlos. "Se necesitaría un robot o un batiscafo para llegar a ellos", explica el buzo Javier García.
A poca profundidad

Sí, en cambio, pueden visitarse restos del célebre petrolero Polycommander, siniestrado junto a las Cíes en 1971, que provocó una gran marea negra en aguas de la ría. También puede bucearse en los varios pesqueros hundidos frente a la costa del Morrazo. O el mercante que, cargado de platos de porcelana, está en los fondos frente a Cabo Home.

Sin embargo, el pecio por excelencia para los aficionados al submarinismo en Vigo es el Antártico, un mercante italiano que se hundió en Os Farallóns, frente a Baredo, en septiembre de 1987.

"El Antártico está a sólo catorce metros de profundidad y se conserva perfectamente", explica el monitor de submarinismo Javier García, "es un buque muy bueno, porque se ve entero, hay buena luz y visibilidad, y es el primero al que llevamos a la gente que quiere ver barcos hundidos".
También destaca el Yvi, un mineralero de bandera libia que encalló en las islas Estelas en 1977. Quebrado en dos grandes trozos, el mercante es visitable y se encuentra a sólo 18 metros de profundidad.

"En la ría hay muchos barcos más, pero lo difícil es saber sus nombres", cuenta Javier García, que se dedica con pasión a investigar sobre pecios, "el problema es que sus nombres están borrados y que es muy difícil identificarlos".

En cualquier caso, todos serían un atractivo turístico importante. "Tendríamos mucho que aprender del Mediterráneo y de su capacidad para hacer negocio del buceo en pecios", explica el presidente del club "Caldeirón".

El submarinismo atrae a turistas de alto poder adquisitivo, "que no sólo vienen a bucear, sino que también van a hoteles, cenan, salen, gastan su dinero aquí", asegura Javier García.

En algunos puertos del Mediterráneo se ha llegado a hundir buques para facilitar las inmersiones a los que se inician en este deporte.
Cargados de historia, la Ría guarda en sus fondos los restos de grandes buques que son historia y, también, podrían ser un reclamo de negocio.
Fuente: Eduardo Rolland www.farodevigo.es (http://www.farodevigo.es)