Semidan
27th December 2007, 22:34
Se constituye la Comisión de Coordinación Técnica del Plan Nacional de Arqueología Subacuática. (12-12-2007)
http://img145.imageshack.us/img145/4300/peciomarrojo250vf8.jpg
(Las provincias) Hoy, invitados por el Ministerio de Cultura, hospedados en el histórico edificio de la Universitat de València y con financiación de un proyecto de investigación de la Generalitat Valenciana, se constituye la Comisión de Coordinación Técnica del Plan Nacional de Arqueología Subacuática.
Tema para iniciados, con el escándalo de las andanzas de la compañía cazatesoros norteamericana Odyssey en aguas españolas, la protección del patrimonio cultural subacuático ha entrado en la agenda política tras demasiados años de olvido. Galeones de la Carrera de Indias expoliados, sitios arqueológicos de célebres flotas ignorados (Lepanto, la Armada Invencible o Trafalgar), obras portuarias y costeras sin suficientes estudios de impacto arqueológico, falta de control sobre determinadas artes de pesca o buceadores sin escrúpulos han ido esquilmando el patrimonio cultural subacuático español, tanto el situado en nuestras aguas como el hallado en aguas internacionales o de terceros Estados. Al menos, tras el asunto Odyssey —cuyas últimas consecuencias legales están aún por ver— los mecanismos de control y la necesidad de adoptar decisiones se están fortaleciendo y desarrollando.
El Plan Nacional de Arqueología Subacuática reinicia esta senda y, para ello, tras su presentación el pasado mes de octubre en Cartagena, constituye su Comisión de Coordinación Técnica en Valencia para poner manos a la obra en todos los sectores implicados —arqueológico, jurídico, técnicos, de seguridad, museístico, de enseñanza— y con la participación de todas las administraciones implicadas: el Gobierno central y las distintas Comunidades Autónomas. Es algo que tendría que haberse hecho mucho antes, como en el Reino Unido, Italia o Francia. Pero los sucesivos gobiernos y las diferentes autonomías no han sabido o no han querido encontrar el momento oportuno. Cada uno por su cuenta han protegido el patrimonio cultural subacuático en sus diversos ámbitos: el Ministerio de Cultura a través del Centro Nacional de Cartagena, Cataluña mediante su avanzado Centro de Arqueología Subacuática y Andalucía con su similar Centro de Cádiz. El resto de Comunidades con litoral, desde sus respectivos servicios de arqueología y direcciones generales de patrimonio no han hecho casi nada. Pese al interés de muchos de sus funcionarios y arqueólogos, no había presupuesto; es decir, no había interés.
¿Y la Comunitat Valenciana? Desde hace años sobrevive el Centro de Arqueología Subacuática de la Comunitat en unas instalaciones insuficientes en el puerto de Burriana. Con hallazgos tan importantes como el de la Albufereta de Alicante, el reciente trabajo arqueológico en el impresionante pecio romano del Bou Ferrer frente a la Vila-joiosa o algunos proyectos en las costas de Castellón, el interés por el patrimonio cultural subacuático de nuestra Comunitat es irrelevante y se mantiene gracias al tesón y profesionalidad de unos pocos. Es cierto —porque me consta personalmente— que tanto nuestro president como el Ayuntamiento de Valencia, a través de la concejal de Cultura, tienen en su ánimo afrontar esta cuestión.
Es cierto igualmente que cuando propuse a la Conselleria de Cultura sostener la reunión en Valencia de la Comisión de Coordinación Técnica del Plan Nacional, me apoyaron inmediatamente. Es cierto que desde la Dirección General de Costas han ofrecido un completo apoyo. Pero es ahora o nunca cuando hay que dar el gran salto adelante en nuestra Comunitat y en nuestra ciudad.
Ya sé que se estila más ofrecer a los ciudadanos actividades mediáticas y rentables -política y económicamente-, algunas de ellas -como la Copa América o la fórmula 1- capaces de cambiar la fisonomía de la ciudad. Acaso proponer investigación, cultura y desarrollo sea menos rentable a corto plazo. Me complace saber y confío en la voluntad cierta de convertir Valencia no sólo en un polo turístico y comercial sino también en un punto inevitable de visita cultural y de sede investigadora. Si no, la Copa pasará (¡da miedo pasear por el puerto entre semana!) y las carreras se irán al sol que más caliente. Sin embargo, cada vez más el turismo cultural se instala en las agendas de los operadores y Valencia ya está experimentando esa afluencia que no debemos cercenar.
De ahí la propuesta de participar en la regeneración activa de la dársena interior de nuestro puerto con la creación, por fin, del Museo Marítimo de Valencia, asignatura pendiente que algunos ya intentaron hacer naufragar. Pero museo acompañado de un lugar de I+D en el que participen las universidades valencianas; sede digna, además, del Centro de Arqueología Subacuática de la Comunidad; sede también del proyectado tribunal internacional arbitral comercial y marítimo, y lugar de encuentro de Valencia con el mar. Sede que ofrecer al Plan Nacional para que de ahora en adelante Valencia sea un lugar primordial para analizar el patrimonio cultural subacuático, su protección y su difusión.
http://img145.imageshack.us/img145/4300/peciomarrojo250vf8.jpg
(Las provincias) Hoy, invitados por el Ministerio de Cultura, hospedados en el histórico edificio de la Universitat de València y con financiación de un proyecto de investigación de la Generalitat Valenciana, se constituye la Comisión de Coordinación Técnica del Plan Nacional de Arqueología Subacuática.
Tema para iniciados, con el escándalo de las andanzas de la compañía cazatesoros norteamericana Odyssey en aguas españolas, la protección del patrimonio cultural subacuático ha entrado en la agenda política tras demasiados años de olvido. Galeones de la Carrera de Indias expoliados, sitios arqueológicos de célebres flotas ignorados (Lepanto, la Armada Invencible o Trafalgar), obras portuarias y costeras sin suficientes estudios de impacto arqueológico, falta de control sobre determinadas artes de pesca o buceadores sin escrúpulos han ido esquilmando el patrimonio cultural subacuático español, tanto el situado en nuestras aguas como el hallado en aguas internacionales o de terceros Estados. Al menos, tras el asunto Odyssey —cuyas últimas consecuencias legales están aún por ver— los mecanismos de control y la necesidad de adoptar decisiones se están fortaleciendo y desarrollando.
El Plan Nacional de Arqueología Subacuática reinicia esta senda y, para ello, tras su presentación el pasado mes de octubre en Cartagena, constituye su Comisión de Coordinación Técnica en Valencia para poner manos a la obra en todos los sectores implicados —arqueológico, jurídico, técnicos, de seguridad, museístico, de enseñanza— y con la participación de todas las administraciones implicadas: el Gobierno central y las distintas Comunidades Autónomas. Es algo que tendría que haberse hecho mucho antes, como en el Reino Unido, Italia o Francia. Pero los sucesivos gobiernos y las diferentes autonomías no han sabido o no han querido encontrar el momento oportuno. Cada uno por su cuenta han protegido el patrimonio cultural subacuático en sus diversos ámbitos: el Ministerio de Cultura a través del Centro Nacional de Cartagena, Cataluña mediante su avanzado Centro de Arqueología Subacuática y Andalucía con su similar Centro de Cádiz. El resto de Comunidades con litoral, desde sus respectivos servicios de arqueología y direcciones generales de patrimonio no han hecho casi nada. Pese al interés de muchos de sus funcionarios y arqueólogos, no había presupuesto; es decir, no había interés.
¿Y la Comunitat Valenciana? Desde hace años sobrevive el Centro de Arqueología Subacuática de la Comunitat en unas instalaciones insuficientes en el puerto de Burriana. Con hallazgos tan importantes como el de la Albufereta de Alicante, el reciente trabajo arqueológico en el impresionante pecio romano del Bou Ferrer frente a la Vila-joiosa o algunos proyectos en las costas de Castellón, el interés por el patrimonio cultural subacuático de nuestra Comunitat es irrelevante y se mantiene gracias al tesón y profesionalidad de unos pocos. Es cierto —porque me consta personalmente— que tanto nuestro president como el Ayuntamiento de Valencia, a través de la concejal de Cultura, tienen en su ánimo afrontar esta cuestión.
Es cierto igualmente que cuando propuse a la Conselleria de Cultura sostener la reunión en Valencia de la Comisión de Coordinación Técnica del Plan Nacional, me apoyaron inmediatamente. Es cierto que desde la Dirección General de Costas han ofrecido un completo apoyo. Pero es ahora o nunca cuando hay que dar el gran salto adelante en nuestra Comunitat y en nuestra ciudad.
Ya sé que se estila más ofrecer a los ciudadanos actividades mediáticas y rentables -política y económicamente-, algunas de ellas -como la Copa América o la fórmula 1- capaces de cambiar la fisonomía de la ciudad. Acaso proponer investigación, cultura y desarrollo sea menos rentable a corto plazo. Me complace saber y confío en la voluntad cierta de convertir Valencia no sólo en un polo turístico y comercial sino también en un punto inevitable de visita cultural y de sede investigadora. Si no, la Copa pasará (¡da miedo pasear por el puerto entre semana!) y las carreras se irán al sol que más caliente. Sin embargo, cada vez más el turismo cultural se instala en las agendas de los operadores y Valencia ya está experimentando esa afluencia que no debemos cercenar.
De ahí la propuesta de participar en la regeneración activa de la dársena interior de nuestro puerto con la creación, por fin, del Museo Marítimo de Valencia, asignatura pendiente que algunos ya intentaron hacer naufragar. Pero museo acompañado de un lugar de I+D en el que participen las universidades valencianas; sede digna, además, del Centro de Arqueología Subacuática de la Comunidad; sede también del proyectado tribunal internacional arbitral comercial y marítimo, y lugar de encuentro de Valencia con el mar. Sede que ofrecer al Plan Nacional para que de ahora en adelante Valencia sea un lugar primordial para analizar el patrimonio cultural subacuático, su protección y su difusión.