jaribas
16th November 2007, 06:32
La última amenaza de la flota ballenera japonesa es que están buscando ballenas blancas como la famosa Migaloo para capturarlas y descuartizarlas “por interés científico”. Son declaraciones de uno de los responsables de la pesquería nipona cuando la flota ballenera está a punto de iniciar su viaje-masacre anual de grandes mamíferos, mientras emigran hacia aguas cálidas y sus lugares de reproducción.
http://www.sensaciones.org/noticias/538.jpg
La última provocación de los japoneses ha puesto en pié de guerra a asociaciones ecologistas y entidades de defensa de los animales, que van a emprender las medidas que estén a su alcance para impedir la matanza indiscriminada que todos los años se produce ante la pasividad de quienes pueden impedirlo de forma inmediata.
El hecho de que se hable de Migaloo es porque es la única hembra albina conocida y “localizada” desde hace décadas y sus movimientos están más o menos controlados. Ahora, en su afán de masacrar en nombre de la ciencia, las ballenas albinas se han convertido en nuevo objetivo prioritario de los cazadores japoneses y Migaloo, que fue avistada hace un mes cerca de Byron Bay, en la costa norte australiana, está en el punto de mira de la sofisticada maquinaria de matar japonesa.
Sakiro Ikawanashi, dirigente de uno de los más importantes movimientos contra la caza indiscriminada de cetáceos, ha sido la primera voz en levantarse frente al Ministerio de Pesca en Tokio. En una manifestación espontánea (que se gestó nada más hacerse pública la noticia de “la caza de la ballena blanca”) y que terminó disuelta por la policía antidisturbios, declaró su “vergüenza y deshonor como ciudadano japonés, sentimientos compartidos por miles de millones de ciudadanos del mundo, ante la actuación de las mentes asesinas que gobiernan su país”.
La repercusión en los medios informativos japoneses ha sido muy escasa y sólo los más críticos y alejados del Gobierno y sus esferas de poder económico, se han permitido criticar la nueva muestra de crueldad. Al mismo tiempo, desvelan que hay grandes escisiones dentro del ejecutivo respecto a este tema, que no gusta a sus ciudadanos y que perjudica seriamente a la imagen de Japón en el mundo.
http://www.sensaciones.org/noticias/538.jpg
La última provocación de los japoneses ha puesto en pié de guerra a asociaciones ecologistas y entidades de defensa de los animales, que van a emprender las medidas que estén a su alcance para impedir la matanza indiscriminada que todos los años se produce ante la pasividad de quienes pueden impedirlo de forma inmediata.
El hecho de que se hable de Migaloo es porque es la única hembra albina conocida y “localizada” desde hace décadas y sus movimientos están más o menos controlados. Ahora, en su afán de masacrar en nombre de la ciencia, las ballenas albinas se han convertido en nuevo objetivo prioritario de los cazadores japoneses y Migaloo, que fue avistada hace un mes cerca de Byron Bay, en la costa norte australiana, está en el punto de mira de la sofisticada maquinaria de matar japonesa.
Sakiro Ikawanashi, dirigente de uno de los más importantes movimientos contra la caza indiscriminada de cetáceos, ha sido la primera voz en levantarse frente al Ministerio de Pesca en Tokio. En una manifestación espontánea (que se gestó nada más hacerse pública la noticia de “la caza de la ballena blanca”) y que terminó disuelta por la policía antidisturbios, declaró su “vergüenza y deshonor como ciudadano japonés, sentimientos compartidos por miles de millones de ciudadanos del mundo, ante la actuación de las mentes asesinas que gobiernan su país”.
La repercusión en los medios informativos japoneses ha sido muy escasa y sólo los más críticos y alejados del Gobierno y sus esferas de poder económico, se han permitido criticar la nueva muestra de crueldad. Al mismo tiempo, desvelan que hay grandes escisiones dentro del ejecutivo respecto a este tema, que no gusta a sus ciudadanos y que perjudica seriamente a la imagen de Japón en el mundo.