jaribas
3rd September 2007, 18:08
Imanol Uribe vuelve a recuperar el brío y buen pulso para la acción que ya demostró en «Días contados» (1994) con esta versión cinematográfica de «La carta esférica», que ha dirigido y escrito a partir de la novela de Arturo Pérez-Reverte.
El director confiesa a ABC que al adaptarla «necesariamente he tenido que escoger entre el material de la obra, que es inabarcable. No incluí toda la acción y la violencia que hay en algunas de sus páginas, porque me centré más en los personajes. Pero introduje algunas variaciones con respecto al texto original, entre ellas, el final, porque pensé que el broche de cierre tenía que ser más optimista. Y Arturo estuvo plenamente de acuerdo con ello».
Uribe no está muy seguro de cuánto ha costado la película: «En torno a los cuatro millones de euros; puedo decir, eso sí, que tuve un cómodo rodaje de diez semanas, y he contado con unos colaboradores de primera, como el director de fotografía Javier Aguirresarobe. Cuando me preguntó qué formato de imagen quería, le dije que esta película bebe del cine de aventuras de siempre, así que scope, grandes espacios y mucho Mediterráneo; tiene que ser muy luminosa».
Al director le importa tanto la experiencia del rodaje como el resultado final. «Hemos vivido una aventura mayor. No se pueden imaginar la experiencia de filmar en un barco como "El Buenaventura". Al principio, tuvimos un momento de crisis a bordo: el foquista vomitaba entre toma y toma, e incluso tuvimos que desembarcar al equipo de eléctricos... Pero, cuando terminamos de rodar esas secuencias, todo el mundo sintió melancolía. Ha sido un rodaje inolvidable».
Lo mismo la novela que el filme hacen un retrato más bien romántico de los cazatesoros, que en cierto modo son piratas contemporáneos, y eso a pesar de la que está cayendo en España. «Yo normalmente he hecho cine relacionado con la realidad, y cuando rodaba, la realidad volvía a influir, de forma que al montar aparecían cosas que no había podido predecir al escribir el guión. Ahora me dije: "¡Qué bien, voy a hacer una ficción total!", pero, mira por dónde va y se aparece el asunto de Odyssey. La verdad es que mis piratas son más clásicos y entrañables, mucho menos tecnológicos que estos piratas modernos de verdad».
Ya en la rueda de Prensa, Pérez-Reverte admitiría que «cuando era un chaval de 18 años y buceaba, yo también participé en algún expolio, pues sacábamos ánforas y otras piezas al margen de la legalidad. Eso es algo que siempre ha estado ahí. Ocurre que en España no es como en otros países, donde se puede excavar y luego el Estado da un porcentaje de lo que se haya descubierto. Pero aquí es como el perro del hortelano, ni come ni deja comer... Y además hay mucha corrupción».
Carmelo Gómez, que ya había interpretado otro personaje del autor de la novela, el fotógrafo de «Territorio Comanche», reconoce que ésta es una de sus interpretaciones «más sinceras» y que «enseguida el mar empezó a gustarme cada vez más. Hice un curso avanzado de submarinismo para bajar al pecio real en donde filmamos, a 27 metros, aunque Imanol creía que era muy arriesgado para que luego no se me viera en pantalla. Los actores siempre tenemos la tentación de querer hacerlo todo; cuando vemos a un caballista que nos dobla, sentimos que nos está robando el papel. Yo os emplazo a todos a bucear, también al alcalde de Madrid», quien estaba presente en el Salón Real de la Casa de la Panadería.
Aitana Sánchez-Gijón se muestra encantada. «Yo sabía que estaba el proyecto en marcha y que andaban buscando una actriz por ahí fuera; afortunadamente no la encontraron. Hubiera sido más rubia, más nórdica, pero a mí me interesaba que fuera una Tánger posible... Además, Carmelo y yo ya hemos sido dos veces pareja de hecho en el cine...» «Pero siempre me rechaza —terció él—, así que después le voy a decir cuatro cosas fuera». (Risas)
Acto seguido, Pérez-Reverte piropeó a la actriz: «Aquí es muy difícil encontrar actores para interpretar a gente bien educada, de buena familia, digamos, condes o marquesas. ¡La vulgaridad reina en el cine español! Por fortuna, el papel recayó en Aitana...»
—¡Por Dios, Arturo, que vas a volver en contra mía a la profesión, y yo me llevo muy bien con todos mis compañeros!— exclamó ella, entre las risas del auditorio
El director confiesa a ABC que al adaptarla «necesariamente he tenido que escoger entre el material de la obra, que es inabarcable. No incluí toda la acción y la violencia que hay en algunas de sus páginas, porque me centré más en los personajes. Pero introduje algunas variaciones con respecto al texto original, entre ellas, el final, porque pensé que el broche de cierre tenía que ser más optimista. Y Arturo estuvo plenamente de acuerdo con ello».
Uribe no está muy seguro de cuánto ha costado la película: «En torno a los cuatro millones de euros; puedo decir, eso sí, que tuve un cómodo rodaje de diez semanas, y he contado con unos colaboradores de primera, como el director de fotografía Javier Aguirresarobe. Cuando me preguntó qué formato de imagen quería, le dije que esta película bebe del cine de aventuras de siempre, así que scope, grandes espacios y mucho Mediterráneo; tiene que ser muy luminosa».
Al director le importa tanto la experiencia del rodaje como el resultado final. «Hemos vivido una aventura mayor. No se pueden imaginar la experiencia de filmar en un barco como "El Buenaventura". Al principio, tuvimos un momento de crisis a bordo: el foquista vomitaba entre toma y toma, e incluso tuvimos que desembarcar al equipo de eléctricos... Pero, cuando terminamos de rodar esas secuencias, todo el mundo sintió melancolía. Ha sido un rodaje inolvidable».
Lo mismo la novela que el filme hacen un retrato más bien romántico de los cazatesoros, que en cierto modo son piratas contemporáneos, y eso a pesar de la que está cayendo en España. «Yo normalmente he hecho cine relacionado con la realidad, y cuando rodaba, la realidad volvía a influir, de forma que al montar aparecían cosas que no había podido predecir al escribir el guión. Ahora me dije: "¡Qué bien, voy a hacer una ficción total!", pero, mira por dónde va y se aparece el asunto de Odyssey. La verdad es que mis piratas son más clásicos y entrañables, mucho menos tecnológicos que estos piratas modernos de verdad».
Ya en la rueda de Prensa, Pérez-Reverte admitiría que «cuando era un chaval de 18 años y buceaba, yo también participé en algún expolio, pues sacábamos ánforas y otras piezas al margen de la legalidad. Eso es algo que siempre ha estado ahí. Ocurre que en España no es como en otros países, donde se puede excavar y luego el Estado da un porcentaje de lo que se haya descubierto. Pero aquí es como el perro del hortelano, ni come ni deja comer... Y además hay mucha corrupción».
Carmelo Gómez, que ya había interpretado otro personaje del autor de la novela, el fotógrafo de «Territorio Comanche», reconoce que ésta es una de sus interpretaciones «más sinceras» y que «enseguida el mar empezó a gustarme cada vez más. Hice un curso avanzado de submarinismo para bajar al pecio real en donde filmamos, a 27 metros, aunque Imanol creía que era muy arriesgado para que luego no se me viera en pantalla. Los actores siempre tenemos la tentación de querer hacerlo todo; cuando vemos a un caballista que nos dobla, sentimos que nos está robando el papel. Yo os emplazo a todos a bucear, también al alcalde de Madrid», quien estaba presente en el Salón Real de la Casa de la Panadería.
Aitana Sánchez-Gijón se muestra encantada. «Yo sabía que estaba el proyecto en marcha y que andaban buscando una actriz por ahí fuera; afortunadamente no la encontraron. Hubiera sido más rubia, más nórdica, pero a mí me interesaba que fuera una Tánger posible... Además, Carmelo y yo ya hemos sido dos veces pareja de hecho en el cine...» «Pero siempre me rechaza —terció él—, así que después le voy a decir cuatro cosas fuera». (Risas)
Acto seguido, Pérez-Reverte piropeó a la actriz: «Aquí es muy difícil encontrar actores para interpretar a gente bien educada, de buena familia, digamos, condes o marquesas. ¡La vulgaridad reina en el cine español! Por fortuna, el papel recayó en Aitana...»
—¡Por Dios, Arturo, que vas a volver en contra mía a la profesión, y yo me llevo muy bien con todos mis compañeros!— exclamó ella, entre las risas del auditorio