jaribas
23rd August 2007, 08:42
La foca común de 90 kilos llegada hace 26 días a la costa occidental se refugia ahora en las aguas del río más largo de Asturias
Lleva 26 días de veraneo en la desembocadura del Nalón y ha pasado inadvertida para todos, menos para los vecinos de la zona y para la Coordinadora para el Estudio y la Protección de las Especies Marinas (Cepesma), que vigila sus pasos a diario. Se trata de un ejemplar de foca común, previsiblemente hembra, que navega sin rumbo fijo, aunque ya ha encontrado sus rincones favoritos en la ría.
Esta 'phoca vitulina' ha viajado mucho hasta llegar a Asturias. Su primer avistamiento en la costa occidental del Principado tuvo lugar el 24 de julio. Pero no es una especie propia del Cantábrico. Su hábitat natural son las aguas subárticas del Atlántico y Pacífico Norte. Por eso, los expertos creen que la foca podría proceder «del casquete Polar, del Norte de Europa».
Sea islandesa, del Polo o natural de Escocia, parece que la foca se encuentra a gusto en el río más largo de Asturias. Pesa 90 kilos y su estado de salud, de momento, es bueno. Un equipo del Cepesma controla la evolución del animal desde que hace casi un mes recibiera la llamada de aviso del personal de una empresa que instalaba tendido eléctrico junto al cauce del Nalón.
Pese a que no corre peligro, la coordinadora teme que la expectación que puede generar su estancia en la región aumente su ansiedad. En este caso, prácticamente se vería abocada a un traslado a un lugar más seguro, lejos de la curiosidad humana, como ha ocurrido en ocasiones similares con algunas de sus 'parientes', trasladadas a aguas irlandesas para garantizar su seguridad. Lo que antaño era una sorpresa se ha convertido en tradición en el Nalón. Según manifestó ayer a este periódico Luis Laria, máximo responsable del Cepesma, «todos los años entra alguna, la diferencia es que antes entraba una cada dos o tres años y ahora entran diez o doce. El año pasado llegaron once y hubo tres recuperaciones». Sobre las causas del fenómeno, señala dos hipótesis que podrían confluir en este caso: «El tan comentado cambio climático y la alteración de las corrientes marinas».
Preocupación
Como animal propio de aguas frías, la foca común no es una residente habitual del Cantábrico. En todo el mundo viven unos 300.000 ejemplares, según la ONG Greenpeace. «Ocupa principalmente las zonas de agua poco profunda como playas, marismas y estuarios. Incluso llega a remontar algunos ríos, instalándose aguas arriba», explica la organización.
A lo mejor su gusto por el agua dulce provoca que la foca llegada a Asturias y afincada en el Nalón por el verano decida pasar una larga temporada en la región. Cepesma no tiene ningún plan específico para ella a corto plazo, tan sólo seguir controlando su estado de salud y defenderla de la expectación que puede levantar su presencia.
Esta es una de las principales preocupaciones de la coordinadora. Sus responsables confían en que en los próximos días no se vean especialmente alteradas las condiciones de vida del animal. En caso contrario, actuarían de inmediato y se la llevarían a un lugar seguro. Tampoco se descarta que la foca abandone por iniciativa propia su 'residencia' de verano para volver a su lugar de origen.
Lleva 26 días de veraneo en la desembocadura del Nalón y ha pasado inadvertida para todos, menos para los vecinos de la zona y para la Coordinadora para el Estudio y la Protección de las Especies Marinas (Cepesma), que vigila sus pasos a diario. Se trata de un ejemplar de foca común, previsiblemente hembra, que navega sin rumbo fijo, aunque ya ha encontrado sus rincones favoritos en la ría.
Esta 'phoca vitulina' ha viajado mucho hasta llegar a Asturias. Su primer avistamiento en la costa occidental del Principado tuvo lugar el 24 de julio. Pero no es una especie propia del Cantábrico. Su hábitat natural son las aguas subárticas del Atlántico y Pacífico Norte. Por eso, los expertos creen que la foca podría proceder «del casquete Polar, del Norte de Europa».
Sea islandesa, del Polo o natural de Escocia, parece que la foca se encuentra a gusto en el río más largo de Asturias. Pesa 90 kilos y su estado de salud, de momento, es bueno. Un equipo del Cepesma controla la evolución del animal desde que hace casi un mes recibiera la llamada de aviso del personal de una empresa que instalaba tendido eléctrico junto al cauce del Nalón.
Pese a que no corre peligro, la coordinadora teme que la expectación que puede generar su estancia en la región aumente su ansiedad. En este caso, prácticamente se vería abocada a un traslado a un lugar más seguro, lejos de la curiosidad humana, como ha ocurrido en ocasiones similares con algunas de sus 'parientes', trasladadas a aguas irlandesas para garantizar su seguridad. Lo que antaño era una sorpresa se ha convertido en tradición en el Nalón. Según manifestó ayer a este periódico Luis Laria, máximo responsable del Cepesma, «todos los años entra alguna, la diferencia es que antes entraba una cada dos o tres años y ahora entran diez o doce. El año pasado llegaron once y hubo tres recuperaciones». Sobre las causas del fenómeno, señala dos hipótesis que podrían confluir en este caso: «El tan comentado cambio climático y la alteración de las corrientes marinas».
Preocupación
Como animal propio de aguas frías, la foca común no es una residente habitual del Cantábrico. En todo el mundo viven unos 300.000 ejemplares, según la ONG Greenpeace. «Ocupa principalmente las zonas de agua poco profunda como playas, marismas y estuarios. Incluso llega a remontar algunos ríos, instalándose aguas arriba», explica la organización.
A lo mejor su gusto por el agua dulce provoca que la foca llegada a Asturias y afincada en el Nalón por el verano decida pasar una larga temporada en la región. Cepesma no tiene ningún plan específico para ella a corto plazo, tan sólo seguir controlando su estado de salud y defenderla de la expectación que puede levantar su presencia.
Esta es una de las principales preocupaciones de la coordinadora. Sus responsables confían en que en los próximos días no se vean especialmente alteradas las condiciones de vida del animal. En caso contrario, actuarían de inmediato y se la llevarían a un lugar seguro. Tampoco se descarta que la foca abandone por iniciativa propia su 'residencia' de verano para volver a su lugar de origen.