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The diving journalist
28th November 2011, 19:07
La población de la isla sigue esperando lo peor del volcán submarino
El fenómeno, que ha suscitado el interés de la comunidad científica, ha llevado la ruina al sur de una zona que vivía del turismo y la pesca

Nadie ha visto de cerca todavía al nuevo volcán de Canarias de más de 120 metros de alto y 700 de diámetro, que emerge en el fondo del mar de Las Calmas. En tan solo unas semanas, el fenómeno ha cambiado la vida de los habitantes de la isla de El Hierro, muchos de los cuales están abocados a la ruina por el cierre de sus negocios de hostelería, submarinismo o pesca.
Todo empezó el pasado 17 de julio, cuando los habitantes de El Hierro comenzaron a sentir terremotos. Los seísmos, habituales en el archipiélago, sorprendieron por su frecuencia. Hasta este fin de semana han sido contabilizados cerca de 11.100 movimientos.
Los continuos seísmos comenzaron a ser un problema por los desprendimientos en varios municipios del valle de El Golfo, así como en el túnel de Los Roquillos, que une Frontera con Valverde, la capital isleña. Esto motivó a finales de septiembre los primeros desalojos, la suspensión de las clases en los colegios y el cierre de esta vía de comunicación.
Geólogos y volcanólogos acudieron de inmediato para estudiar qué pasaba y el diagnóstico fue unánime: El Hierro podía ser escenario de una inminente erupción. Iba a ser la primera en España tras 41 años, cuando estalló el Teneguía, en la vecina isla de La Palma. A finales de septiembre, el Ministerio de Defensa envió los primeros efectivos de la Unidad Militar de Emergencias para ayudar a los desalojos.
Días después, el sábado 8 de octubre se produjo un terremoto que alcanzó los 4,3 grados, el mayor hasta ese momento. No fue uno más de los que delataban que el magma «estaba recolocándose», como explican los científicos. Ese fue el momento en el que la lava rompió el fondo marino a unas tres millas al sur de El Hierro y empezó a brotar al exterior, a una profundidad de 300 metros. El volcán había comenzado.
La erupción provocó la alarma entre los vecinos de la localidad más próxima, La Restinga, y devolvió la calma a Frontera. Como medida de seguridad, el 11 de octubre se ordenó evacuar La Restinga, núcleo turístico por excelencia. Muchos de los vecinos dejaron sus casas con lo puesto para ser alojados en albergues y domicilios de familiares en Valverde. El pueblo se convertía en una localidad fantasma que, con el paso de los días, comenzó a oler a azufre y ver sus aguas teñidas de verde.
Sin saber hasta cuándo
Al cabo de un mes de la erupción, todavía no se ha visto la 'cara' al volcán, aún sin nombre. Los científicos del buque oceanográfico 'Ramón Magalef' inspeccionan el fondo y miden el tamaño del 'edificio' volcánico, pero debido a la turbiedad del agua no han podido filmarlo. En tierra, los terremotos han vuelto a sacudir con intensidad el norte de la isla. El miedo hace mella en los herreños, que esta semana han presenciado el mayor desembarco realizado por la UME desde su creación. Los militares tienen el objetivo de crear un centro de realojo para 1.200 personas, los vecinos del valle de El Golfo.
En el sur, los seísmos también se sienten y muchos de sus habitantes han renunciado a regresar allí. Bares vacíos, hoteles sin clientes y las empresas de buceo, verdadero atractivo del turismo en El Hierro, cerradas. Algunos han optado por trasladar sus barcos a otros puertos, pero allí no pueden ofrecer el rico fondo de la Reserva Marina del Mar de Las Calmas.
Asimismo, la pesca está prohibida en toda la reserva, caladero en que faenaban una treintena de barcos con base en La Restinga y que han sido trasladados a otros puertos lejos de la erupción._Los científicos, además, han constatado que la toxicidad de las aguas ha puesto en fuga a casi el 95% de las especies submarinas en un radio de dos millas alrededor del foco. El resto ha muerto.
Pese a que los biólogos apuntan que, una vez concluida la erupción, se recuperarán de manera inmediata las especies de rápido crecimiento, la pregunta entre pescadores y empresas de buceo es ¿hasta cuándo durará esta situación? Nadie es capaz de ponerle fecha y las administraciones llaman a que los vecinos sigan su vida con normalidad y sin miedo, «pero estando atentos a lo que digan los científicos». Decenas de familias no saben qué va a ser de ellos y, mientras reciben las promesas de ayudas por parte de los gobiernos canarios y central, sus días pasan viendo cómo siguen surgiendo burbujas frente a las costas de su pueblo.

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