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Ver la versión completa : Tres mil turistas visitan cada día la isla de Tabarca durante la temporada estival



The diving journalist
10th September 2011, 08:00
Sesenta y ocho vecinos viven todo el año en la única isla habitada de la Comunitat y la menor del Mediterráneo


Tabarca es en invierno serenidad, soledad y silencio. Mide menos de dos kilómetros de longitud, y en su parte más ancha, no supera los 400 metros. Apenas nada se mueve salvo el viento, el mar y la vida tranquila de sus escasos habitantes. Sesenta y ocho, según los datos del último padrón municipal, de los cuales, 34 son hombres y 34 mujeres.
Cuentan las crónicas que sus costas albergaron en el pasado un refugio de piratas berberiscos, y que en el siglo XVIII, Carlos III ordenó fortificarla y construir sobre ella un pueblo en el que alojar a varias familias de pescadores genoveses que vivían cautivos en la isla tunecina de Tabarka. Sus moradores actuales proceden de aquellos prisioneros italianos que recobraron en Alicante su libertad.
Nueva Tabarca, su verdadero nombre, en verano es otra: puro bullicio, la playa copada de turistas, los restaurantes llenos, mucha gente moviéndose en tierra y muchos barcos en su mar. No en vano es la única isla habitada de la Comunidad Valenciana y uno de los enclaves turísticos más visitados de la Costa Blanca.
De albañiles a hosteleros

En agosto, visitan diariamente la isla una media de 3.000 personas, según el alcalde pedáneo, Vicente García Ruso. El turismo estival es el principal medio de vida de los tabarquinos, aunque la masiva afluencia de visitantes que se concentra principalmente en julio y agosto no compensa del todo la escasa actividad del resto del año.
«No da para pasar el resto del año. Queda muy justito», afirma. Fuera de la temporada estival, muchos de sus habitantes se ganan la vida trabajando como albañiles en las obras, la mayoría particulares, que se llevan a cabo en la isla. También hay vecinos que trabajan en los tres barcos dedicados al transporte, y a la carga y descarga de materiales o productos de abastecimiento. De sus orígenes como pueblo de pescadores, «algunos barcos todavía quedan, pero la mayoría vive en Santa Pola».
En Tabarca hay un total de 16 restaurantes y tres establecimientos hoteleros: La antigua Casa del Gobernador, que se ha reabierto esta semana con un total de quince habitaciones, y dos hostales con 8 habitaciones cada uno de ellos, además de las viviendas que los lugareños ponen en alquiler durante el verano.
Vicente García Ruso es alcalde pedáneo desde hace 16 años. En este tiempo afirma haber visto cambiar la isla en muchos aspectos, algunos de ellos básicos como la mejora en el suministro del agua potable y de la luz, que desde 1999 llega a la isla procedente de Santa Pola mediante un sistema de cableado submarino.
De las inversiones públicas llevadas a cabo en la isla destaca el Museo Nueva Tabarca, con su Centro de Educación Ambiental, el empedrado de las calles, cuyo proyecto finalizará tras el verano con las dos últimas vías que quedan pendientes, la plantación de palmeras o la restauración de la iglesia de San Pedro y San Pablo, aunque queda una parte por completar en su interior debido a los problemas que ocasionó la quiebra de la empresa adjudicataria de las obras.
«En 16 años esto se ha movido mucho a pesar de que hay siete administraciones implicadas en la isla que tienen que ponerse de acuerdo y eso dificulta mucho las cosas», afirma García Ruso. Echa en falta la construcción del paseo marítimo, cuyo proyecto municipal fue paralizado por la Dirección General de Costas del Ministerio de Medio Ambiente.
Las murallas de Tabarca, que rodean su núcleo urbano, tienen la declaración de Conjunto Histórico Artístico y Bien de Interés Cultural, y sus aguas están consideradas Reserva Marina del Mediterráneo, por su excelente calidad y por la biodiversidad de su flora y fauna.

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