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jaribas
26th July 2007, 09:09
Los expertos piden que la zona entre los cabos Vidío y Peñas se declare área marina protegida


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Una expedición científica confirma a El Cachucho como criadero de especies pesqueras comerciales. El Gobierno prohibirá antes de marzo la pesca de arrastre

«En Europa llama la atención la escasa protección de fondos marinos de España». El profesor de Ecología de la Universidad de Oviedo, José Rico, cree que el suelo marino merece figuras que garanticen su conservación similares a las que se dan en tierra firme. El experto recalcó ayer en el Congreso Europeo de Ficología la necesidad de más espacios preservados y pidió que la zona comprendida entre los cabos Vidío y Peñas se declare área marina protegida.

Rico cree que «se merece una protección, lo que no implica que se prohíba la pesca, pero sí que se realice una explotación sostenible». La particularidad de ese tramo de litoral radica en que es el punto de convergencia de dos hábitats marinos distintos y valiosos. «Asturias está en una zona de transición, porque de Peñas al Oeste el fondo marino es igual al que se puede ver en la costa de Irlanda, y de Peñas al Este, se parece al del Sur de la Península», explicó el profesor del Departamento de Biología de Organismos y Sistemas.

Por eso, Rico valoró la creación del área protegida de El Cachucho: «A los expertos nos parece imprescindible, porque si en la superficie de Asturias hay muchos espacios naturales protegidos, bajo el mar también los hay de gran valor».

Precisamente una expedición científica a este caladero riosellano patrocinada por la Obra Social de La Caixa hizo públicas ayer sus conclusiones tras varios días de estudio en El Cachucho. La más destacada es la constatación de ese peculiar ecosistema como zona de cría para numerosas especies pesqueras, incluidas las comerciales, como pueden ser el rape o los besugos, así como otras que no tienen aprovechamiento en las lonjas, como el tiburón de profundidad, según indicó el biólogo y coordinador del programa, Álex Lorente.

Un caladero único

Las características de El Cachucho, con cañones y taludes verticales que llegan a más de 3.000 metros de profundidad y una meseta a 400 metros de profundidad de unos 64 kilómetros de largo por 17 de ancho, le hacen único. Y una de esas peculiaridades, según Lorente, es la gran generación de nutrientes y plancton con los que se alimentan numerosas especies, no sólo marinas sino incluso aves. Así, los científicos pudieron constatar la riqueza de esas aguas con la abundante presencia de un ave oceánica, protegida por su vulnerabilidad, como es el paíño europeo, que se alimenta de plancton.

El responsable de este proyecto científico -que se llevó a cabo en el velero Vell Marí- considera, además, que la futura declaración de zona marítima protegida de El Cachucho, con las restricciones de utilización de artes pesqueras que ello supondrá -el Gobierno prohibirá antes de marzo próximo la pesca de arrastre en el caladero y sólo se podrán usar las artes artesanales y de superficie-, beneficiará a los barcos que faenen en las inmediaciones del caladero, ya que la abundancia de pescado sobrepasará los límites protegidos. Las condiciones geomorfológicas e hidrodinámicas de la zona hacen que sea uno de los puntos de mayor biodiversidad de las aguas peninsulares, lo que también supone un riesgo, pues cuenta con la presencia de hábitats y especies muy frágiles, sobre todo ante la actividad pesquera.

Lorente cree que esta zona, ubicada a unos 65 kilómetros al norte de Ribadesella, «es de vital importancia para el ecosistema cantábrico, un lugar fundamental para la reproducción de muchísimas especies. Aunque en su momento hubo una explotación pesquera muy intensiva que mermó el caladero, estamos convencidos de que en pocos años se puede volver a recuperar».

Pero esta investigación científica fue mucho más allá, pues se realizaron varios recorridos lineales por el área a proteger para la detección de cetáceos, bien por avistamientos o utilizando hidrófonos. Álex Lorente indicó que fueron avistados delfines mulares y comunes, mientras que los micrófonos sumergidos captaron sonidos procedentes de cachalotes y rorcuales comunes. Este científico dio especial importancia a la detección del cachalote, pues «caza a mucha profundidad y se alimenta de calamares gigantes, que suponemos abundan en El Cachucho».

Entre Gijón y Tazones

Otro de los objetivos de la campaña de investigación del velero Vell Marí fue el análisis, utilizando un robot submarino, de la plataforma continental asturiana. Los mayores problemas fueron detectados a profundidades cercanas al centenar de metros, donde la actividad de pesqueros de arrastre degradaron zonas antaño abundantes en corales y gorgonias. Los investigadores analizaron cinco puntos entre Gijón y Tazones, a unas profundidades comprendidas entre los 85 y los 200 metros. Las zonas rocosas, ubicadas a menor profundidad, presentaban las peores condiciones de conservación, mientras que a partir de los 150 metros de profundidad pudieron comprobar la elevada biodiversidad de animales adaptado a la vida en lugares poco estables, como las arenas y los sedimentos.

En la presentación de estos datos participaron también José Luis Ovies, director de la oficina principal de La Caixa en Gijón; Felip Fontova, de la Obra Social de la entidad, y Borja Heredia, del Ministerio de Medio Ambiente, quien aseguró que el Gobierno de la nación «está decidido a impulsar la declaración del área marina protegida de El Cachucho, que será la primera del país alejada del litoral». Para ello, se está trabajando con colaboración con autoridades de Marina Mercante, Defensa y Pesca. En principio, la declaración de zona protegida será durante esta legislatura.