The diving journalist
28th June 2011, 00:39
Entre febrero y el pasado fin de semana, una decena de personas murieron en Lanzarote por ahogamiento. Pese a tratarse una cifra preocupante, las autoridades y los responsables en materia de seguridad descartan que se deba a una ola de temeridad e imprudencias. Achacan las diez pérdidas a un lamentable cúmulo de fatalidades.
Para Esteban García, portavoz del Consorcio Insular de Emergencias de Lanzarote, «no todos los casos han sido por las mismas circunstancias y el mismo problema», añadiendo que «muchos se han ahogado en playas tranquilas». Incluso hubo un percance en la piscina de un recinto turístico. No obstante, entiende García que haya saltado cierta alarma social con el fallecimiento de dos buceadores en este mes, en ambos casos por accidentes en apariencia imprevisibles. «Los dos eran submarinistas con mucha experiencia».
En igual condición se expresó ayer el director insular de la Administración General del Estado en Lanzarote, Orlando Suárez, achacando al infortunio la acumulación de fallecidos. «Estamos teniendo mala fortuna en estos últimos tiempos», dijo al respecto; reclamando como posible antídoto un aumento en los niveles de atención por parte de bañistas y buceadores. Lanzó Suárez al efecto «un llamamiento a la responsabilidad», con especial uso en espacios en apariencia con mayor peligro para la integridad física de las personas. «Nunca nos debemos confiar», explicó el director insular.
«Fruto de la desgracia». También coincidió ayer en el parecer el alcalde de Tinajo, Jesús Machín, afectado por haberse registrado en aguas de su municipio las dos últimas dolorosas pérdidas. «Han sido fruto de la desgracia», comentó, si bien puntualizando que «sé que son corrientes muy malas», las zonas en que ambos buceadores perdieron la vida. A ello se añade que se trata de espacios de muy difícil tránsito por tierra, aspecto que dificulta las labores de rescate o los posibles intentos de salir del agua sin consecuencias.
Cabe recordar que la primera de las dos pérdidas se produjo el sábado 4 de junio, siendo la víctima Julián Yáñez Silveira, gallego de 40 años de edad que era conocedor de la zona. Murió cerca de La Santa, cuando hacía buceo en solitario, siendo hallado el cuerpo a pocos metros de profundidad. Se baraja la posibilidad de que sufriera un ataque epiléptico mientras estaba en el océano.
La segunda víctima se tuvo que lamentar este pasado sábado, al ahogarse el joven guardia civil Juan José Morales Martín, quien hace pocas semanas había logrado destino en Tías. También habitual buceador y conocedor de la práctica totalidad del litoral de Lanzarote, falleció cerca de la playa del Cochino, mientras buceaba junto a un familiar.
Para Esteban García, portavoz del Consorcio Insular de Emergencias de Lanzarote, «no todos los casos han sido por las mismas circunstancias y el mismo problema», añadiendo que «muchos se han ahogado en playas tranquilas». Incluso hubo un percance en la piscina de un recinto turístico. No obstante, entiende García que haya saltado cierta alarma social con el fallecimiento de dos buceadores en este mes, en ambos casos por accidentes en apariencia imprevisibles. «Los dos eran submarinistas con mucha experiencia».
En igual condición se expresó ayer el director insular de la Administración General del Estado en Lanzarote, Orlando Suárez, achacando al infortunio la acumulación de fallecidos. «Estamos teniendo mala fortuna en estos últimos tiempos», dijo al respecto; reclamando como posible antídoto un aumento en los niveles de atención por parte de bañistas y buceadores. Lanzó Suárez al efecto «un llamamiento a la responsabilidad», con especial uso en espacios en apariencia con mayor peligro para la integridad física de las personas. «Nunca nos debemos confiar», explicó el director insular.
«Fruto de la desgracia». También coincidió ayer en el parecer el alcalde de Tinajo, Jesús Machín, afectado por haberse registrado en aguas de su municipio las dos últimas dolorosas pérdidas. «Han sido fruto de la desgracia», comentó, si bien puntualizando que «sé que son corrientes muy malas», las zonas en que ambos buceadores perdieron la vida. A ello se añade que se trata de espacios de muy difícil tránsito por tierra, aspecto que dificulta las labores de rescate o los posibles intentos de salir del agua sin consecuencias.
Cabe recordar que la primera de las dos pérdidas se produjo el sábado 4 de junio, siendo la víctima Julián Yáñez Silveira, gallego de 40 años de edad que era conocedor de la zona. Murió cerca de La Santa, cuando hacía buceo en solitario, siendo hallado el cuerpo a pocos metros de profundidad. Se baraja la posibilidad de que sufriera un ataque epiléptico mientras estaba en el océano.
La segunda víctima se tuvo que lamentar este pasado sábado, al ahogarse el joven guardia civil Juan José Morales Martín, quien hace pocas semanas había logrado destino en Tías. También habitual buceador y conocedor de la práctica totalidad del litoral de Lanzarote, falleció cerca de la playa del Cochino, mientras buceaba junto a un familiar.