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Ver la versión completa : La Guardia Civil apresa un barco de Odyssey cuando abandonaba Gibraltar



jaribas
16th July 2007, 12:51
Londres protesta a Madrid por la detención del Ocean Alert en aguas en disputa

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La empresa norteamericana Odyssey Marine Exploration (OME) provocó ayer un incidente diplomático entre los gobiernos de España y Reino Unido, al forzar el apresamiento de su barco Ocean Alert cerca de Gibraltar, justo en un punto cuyas aguas son motivo de controversia entre Londres y Madrid desde hace décadas.

La presencia en el puerto de Gibraltar de este barco —junto a la joya de OME, el Odyssey Explorer—, era cada vez más incómoda para la compañía estadounidense, ya que los tenía amarrados en la dársena naval del Peñón desde el pasado 6 de junio, cuando un juzgado de La Línea de la Concepción ordenó el apresamiento de los dos barcos por expoliar presuntamente una treintena de pecios en aguas territoriales españolas.

Dicha orden fue asumida por la Guardia Civil y el propio Ministerio de Defensa, que envió una patrullera a vigilar la zona ante cualquier tentativa de huida. Colocado entre la espada y la pared, Odyssey prefirió descargar hace unas semanas la principal carga del Explorer, el vehículo controlado a distancia (ROV) para la extracción de objetos del fondo marino, cuya confiscación por las autoridades españolas hubiera supuesto casi la ruina de la empresa debido a su altísimo coste.

Y ayer por la mañana, finalmente, decidió que el Ocean Alert levantara anclas y saliera del puerto gibraltareño. Odyssey montó a bordo a su abogado español, José Luis Goñi, y a un periodista del diario The Gibraltar Chronicle para que relataran esta particular odisea. La salida fue comunicada a las autoridades españolas por radio con las primeras luces del día y luego, poco antes de las 09:00 horas, el barco más pequeño de OME fue apresado por una embarcación de la Guardia Civil, mientras la patrullera militar española vigilaba a corta distancia.

Agentes de Salvamento Marítimo subieron a bordo del Ocean Alert y presentaron al patrón la orden de detención y traslado del buque al dique norte del puerto de Algeciras, para proceder a su atraque y posterior registro ante la posibilidad de que Odyssey haya incurrido en un delito contra el patrimonio histórico español.

Lo previsible es que en el interior del barco no haya documentación sensible, ni tampoco monedas del pecio hundido del que los cazatesoros estadounidenses sacaron más de 500.000 monedas, la mayoría de plata y algunas de oro, supuestamente de aguas internacionales, pero la embajada británica no tardó en reaccionar.

Primero con una conversación telefónica y luego con una nota verbal, según pudo saber LA GACETA, Londres subrayó al Ministerio español de Asuntos Exteriores que el apresamiento, a 3,5 millas del Peñón, se produjo en aguas internacionales y que por tanto España “no tiene jurisdicción” para una acción de este tipo, salvo que tenga el permiso del país de bandera del buque —en este caso, Panamá—, algo que no parece que haya ocurrido.

A falta de una respuesta oficial española, un portavoz del departamento de Miguel Ángel Moratinos recordó que España ha reiterado en numerosas ocasiones que no reconoce ninguna jurisdicción de aguas británicas en torno a Gibraltar, ya que el famoso Tratado de Utrecht de 1713 limita únicamente la soberanía inglesa a las aguas del puerto gibraltareño.

Al final, Odyssey se ha salido con la suya y ha provocado este roce diplomático entre Londres y Madrid, algo que no quería el Gobierno español por la citada disputa histórica de las aguas más próximas a Gibraltar. En el pasado, el Ejecutivo accedió a negociar con la empresa estadounidense en el caso del Sussex británico justamente para evitar que un incidente de este tipo provoque la disputa de las aguas de esta parte del Estrecho, con patrulleras de uno y otro país de por medio.

Por el momento, la Royal Navy no ha escoltado a ningún barco que salga de la Roca, pero ¿qué pasará con el Odyssey Explorer cuando decida salir también del puerto? En el pasado, cuando ya se sospechaba de las intenciones de la compañía estadounidense, militares británicos ya subieron a bordo de este barco a modo de disuasión. Las espadas siguen en alto, mientras la embajada de Estados Unidos mantiene un intrigante silencio.

Fuente: la gaceta de los negocios