The diving journalist
9th June 2011, 12:26
El recinto amurallado es Bien de Interés Cultural y la isla está considerada como Zona de Protección de Aves
El entorno de la isla de Tabarca, una superficie de aproximadamente 1.400 hectáreas, fue declarado reserva marina en el año 1986, y se convertía así en la primera que obtenía esta declaración en España. Una medida que cumple este año el 25 aniversario, y que ha permitido convertir este amplio espacio marino en un magnífico ejemplo de la conservación del hábitat y la biodiversidad mediterránea. La declaración de la reserva marina ha contribuido a que en los fondos en los que se instalaron arrecifes artificiales que se formaron con cascos de barcos pesqueros que se hundieron para facilitar la reproducción de numerosas especies de fauna y también de flora, se haya convertido en un ecosistema que actualmente goza de muy buen salud.
El control y protección que se ha ejercido durante estos 25 años, en los que se ha prohibido la pesca de arrastre y recreativa en todas las aguas de la plataforma marina, ha dado como resultado un importante desarrollo de la pradera de posidonia oceánica y de otras especies de flora marina. El crecimiento de la pradera de posidonia ha servido especialmente para la oxigenación de las aguas y contribuye al equilibrio de este ecosistema pues constituye un refugio para la cría y reproducción de muchas especies. Entre las más beneficiadas por el carácter protegido de sus aguas destacan peces como el mero el dentón, la dorada, el sargo real y la gallina. También se han visto favorecidos los grandes crustáceos, especialmente la langosta que ha aumentado considerablemente su población.
Pero no solo el medio marino se ha protegido en Tabarca. Además, está considerada como Zona Especial de Protección de Aves, lo que le convierten en un enclave de gran interés ecológico que convierten a la isla en la 'joya de la corona' de las pedanías de Alicante. Un espacio que también cuenta con una amplia superficie de vegetación autóctona, que contribuye a preservar la fauna existente.
Régimen de protección que también se extiende al casco urbano fortificado del siglo XVIII, declarado conjunto histórico artístico en agosto de 1964, y que está catalogado como Bien de Interés Cultural por la Ley de Patrimonio de la Generalitat. Una medida que se recoge en el catálogo de bienes y espacios protegidos del nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), y que incluye la iglesia de San Pedro y San Pablo, como Bien de Relevancia Local.
Una construcción que, como recuerda el alcalde pedáneo, ha sido sometida a proceso de restauración que se ha visto truncado por la quiebra de la empresa, por lo que espera que se reanuden cuanto antes para acabar la poca obra que queda y poder abrir el templo. Mientras el resto de construcciones o elementos arquitectónicos se han calificado como bienes de interés cultural en el PGOU.
La isla está sujeta a un plan de especial protección, que no está aprobado definitivamente pese a que se está tramitando desde hace al menos 17 años. Un retraso que pone en entredicho la voluntad de las administraciones y los numerosos ministerios, consellerias y concejalías que tienen competencia en la isla para determinar una actuación encaminada a preservar la isla. Intervención que pondría poner fin a las construcciones que se han permitido realizar en este enclave y que inciden negativamente no solo desde un punto de vista de imagen de la isla sino también urbanístico o ambiental .
http://www.laverdad.es/
El entorno de la isla de Tabarca, una superficie de aproximadamente 1.400 hectáreas, fue declarado reserva marina en el año 1986, y se convertía así en la primera que obtenía esta declaración en España. Una medida que cumple este año el 25 aniversario, y que ha permitido convertir este amplio espacio marino en un magnífico ejemplo de la conservación del hábitat y la biodiversidad mediterránea. La declaración de la reserva marina ha contribuido a que en los fondos en los que se instalaron arrecifes artificiales que se formaron con cascos de barcos pesqueros que se hundieron para facilitar la reproducción de numerosas especies de fauna y también de flora, se haya convertido en un ecosistema que actualmente goza de muy buen salud.
El control y protección que se ha ejercido durante estos 25 años, en los que se ha prohibido la pesca de arrastre y recreativa en todas las aguas de la plataforma marina, ha dado como resultado un importante desarrollo de la pradera de posidonia oceánica y de otras especies de flora marina. El crecimiento de la pradera de posidonia ha servido especialmente para la oxigenación de las aguas y contribuye al equilibrio de este ecosistema pues constituye un refugio para la cría y reproducción de muchas especies. Entre las más beneficiadas por el carácter protegido de sus aguas destacan peces como el mero el dentón, la dorada, el sargo real y la gallina. También se han visto favorecidos los grandes crustáceos, especialmente la langosta que ha aumentado considerablemente su población.
Pero no solo el medio marino se ha protegido en Tabarca. Además, está considerada como Zona Especial de Protección de Aves, lo que le convierten en un enclave de gran interés ecológico que convierten a la isla en la 'joya de la corona' de las pedanías de Alicante. Un espacio que también cuenta con una amplia superficie de vegetación autóctona, que contribuye a preservar la fauna existente.
Régimen de protección que también se extiende al casco urbano fortificado del siglo XVIII, declarado conjunto histórico artístico en agosto de 1964, y que está catalogado como Bien de Interés Cultural por la Ley de Patrimonio de la Generalitat. Una medida que se recoge en el catálogo de bienes y espacios protegidos del nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), y que incluye la iglesia de San Pedro y San Pablo, como Bien de Relevancia Local.
Una construcción que, como recuerda el alcalde pedáneo, ha sido sometida a proceso de restauración que se ha visto truncado por la quiebra de la empresa, por lo que espera que se reanuden cuanto antes para acabar la poca obra que queda y poder abrir el templo. Mientras el resto de construcciones o elementos arquitectónicos se han calificado como bienes de interés cultural en el PGOU.
La isla está sujeta a un plan de especial protección, que no está aprobado definitivamente pese a que se está tramitando desde hace al menos 17 años. Un retraso que pone en entredicho la voluntad de las administraciones y los numerosos ministerios, consellerias y concejalías que tienen competencia en la isla para determinar una actuación encaminada a preservar la isla. Intervención que pondría poner fin a las construcciones que se han permitido realizar en este enclave y que inciden negativamente no solo desde un punto de vista de imagen de la isla sino también urbanístico o ambiental .
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