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Ver la versión completa : Extremadura forma a la nueva élite de buceo de la Guardia Civil



The diving journalist
13th May 2011, 08:46
Diez agentes buscan superar el curso para formar parte de la prestigiosa unidad subacuática, con 223 integrantes en España


Son 223 en toda España. Forman parte del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (Geas) de la Guardia Civil, una de las unidades de élite de los cuerpos de seguridad del Estado. El Geas ha elegido este año el pantano de Alange, a 16 kilómetros de Mérida, para desarrollar uno de los cursos de formación de los que van a salir los nuevos especialistas, imprescindibles para servicios de socorro o rescate en ríos, cuevas, pozos, pantanos y mares. Pero no solo están para eso. Los integrantes del Geas realizan las tareas de investigación de Policía Judicial para ayudar a determinar la autoría de asesinatos que, a primera vista, parecen imposibles de resolver.
Esta unidad subacuática, más conocida como la de los buzos de la Guardia Civil, está dirigida por un teniente coronel extremeño, el cacereño Santiago Almeida. Desde el año 2000 es el máximo responsable de unos guardias que en esta especialidad gozan de un enorme prestigio en Europa. Sus intervenciones han llegado también a ser requeridas por países del norte de África. Y también actúan como formadores de otras unidades de buceo de países como Portugal o Mauritania. «Sin ser presuntuosos y mirándolo de forma objetiva posiblemente somos los mejores preparados en cuanto a respuesta rápida e intervención eficaz en el agua», señala Almeida, quien admite que se siente orgulloso del trabajo detallista y de enorme dificultad de estos agentes.
En Extremadura, la agrupación estable de los Geas se encuentra en Badajoz, en Caya, con un equipo formado por ocho agentes. La unidad central está en el cuartel madrileño de Valdemoro.
El impresionante pantano de Alange, con casi 900 metros cúbicos de agua embalsada, su récord histórico, acoge desde hace diez días un curso que empezaron 86 agentes. Ahora quedan 10. Todos han tenido que superar un filtro previo de gran exigencia. Para empezar, no se puede presentar cualquiera, solo los guardias con dos años, como mínimo, en el Cuerpo. La formación dura cuatro meses.
Ejercicios
Pertrechados con trajes de neopreno, un caucho sintético que tiene como principal característica la resistencia a disolventes orgánicos y al frío; equipados con botellas de aire comprimido de hasta 6 kilos de peso; utilizando embarcaciones que oscilan entre los 3,80 y 12 metros de largo, los buzos se mueven por un territorio hostil. Aguas enfangadas, cuevas casi inaccesibles, corrientes marítimas, ríos traicioneros... Su preparación es muy dura. Física y anímicamente. «Si te pones nervioso en el agua entras en una espiral de pánico. El 80% para resolver bien nuestro trabajo pasa por la tranquilidad», explica el teniente coronel.
El buceo en cuevas es lo más complicado, aunque el extremeño Almeida advierte de las trampas que ofrece el río Tajo y, en España, los acantilados de Galicia. En Alange, donde la profundidad máxima alcanza los 51 metros, la formación se desarrolla en aguas estancadas, con un parte práctica muy definida. Ayer, el equipo del diario HOY pudo comprobar uno de sus ejercicios, de una media hora. Se trataba de buscar, a 21 metros de profundidad, un cuchillo, superando la falta de visibilidad a los pocos metros de entrar en una agua por cierto muy oscura por las abundantes lluvias. Para eso, como paso imprescindible se cuadriculó (acotó) el terreno de búsqueda y sobre él se desarrolló la búsqueda. «Todo debe ser sistemático, metódico. Es la clave», concreta el jefe de los Geas.
Gracias a esa fórmula, la unidad subacuática ha conseguido recuperar un cadáver en la cueva de Francia, en Girona. El principal mérito estribó en hacerlo sin estar cartografiada. En Valladolid, los Geas tuvieron que recuperar el cuerpo de un niño de 12 meses que estaba en un río. En el mismo pantano de Alange, los agentes vivieron el lunes una práctica real, aunque para ser sinceros muy fácil. Una pareja se había quedado aislada en una de las islas de la presa porque se les estropeó la barca. «Eso es de lo más fácil que nos puede tocar hacer y, desde luego, no es lo habitual», bromea Santiago Almeida.

Fuente: http://www.hoy.es