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The diving journalist
13th April 2011, 17:18
Jesús Calleja, desde algún lugar bajo las Bahamas

El aventurero leonés envía la crónica de su primer buceo con tiburones limón

Llega el momento de hacer la primera inmersión, será con tiburones limón, para adaptarnos a estos depredadores perfectos, y Jim decide que empecemos con estos escualos de entre 2 a tres metros de longitud, ¡que ya está bien!... Tiran carnaza, y con el barco a poca velocidad van atrayendo a los tiburones limón, que se concentran en decenas en la popa del barco. Hasta que llega un momento que se encuentran excitados, y justo en ese momento nos manda meternos dentro del agua. Nos tiramos por turnos, no sin antes meter las gafas de buceo primero, mirar, y después sumergirte.


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Cuando me llega mi turno, y miro dentro del agua, me aterra lo que veo. Unos 40 tiburones excitados comiendo la carnaza que les tiran desde el barco y que han sumergido en jaulas atadas a una fuerte cuerda... En esa vorágine, me tiro y desciendo a 13 metros en mitad de esa locura de tiburones.
Hay que quedarse vertical siempre, o de rodillas en el fondo, llevamos un palo para marcar nuestro territorio pero no se puede golpear a los tiburones. Me cuesta reaccionar un buen rato, estoy como una estatua de sal, sin moverme, y eso no tengo que hacerlo, tengo que vigilar en el gran azul por si aparece el tigre y de reojo vigilar a los tiburones limón, es una tarea estresante, pero hay que poner en práctica lo que nos ha enseñado Jim ¡no puede haber errores! Jim me coge de la mano y me acerca a las cajas de carnaza, y de repente veo a mi alrededor 50 tiburones limón. Me tocan, me empujan, me abren la boca, me intimidan, y yo en el medio con este personaje que está loco.
Me obliga a estar en este mogollón de tiburones excitados, y me enseña a tocarlos a acariciarlos, a masajearlos, e incluso a poner mi cara en el fondo arenoso y esperar a que los tiburones limón vengan hacia mí y pasen con sus bocas abiertas y los espectaculares dientes a tan solo 5 cm de mi cara. ¡Me he quedado pálido!
Qué sensaciones, qué barbaridad, qué locura, qué excitación, qué mezcla de terror y pasión. Sobre todo el poder embriagador que tienen: les temes pero no quieres dejarlos, es una obra perfecta de la naturaleza, y sabiendo del peligro que corres, no importa porque el espectáculo es único.
Buceamos 90 minutos, creo que hice bien todos los protocolos de seguridad y sobre todo María me vigiló las espaldas a la perfección. Llega el momento de ascender, sin duda lo más peligroso, sobre todo la parada de seguridad, (hemos estado unos 100 minutos) a 5 metros, que me obliga a estar vigilando sin cesar los 360 grados, no puedo bajar la guardia ni un segundo, y aún hay que tener más cuidado al salir del agua, pues es el lugar preferido para el ataque. Menos mal que el barco está adaptado para salir rápido, porque es muy, muy peligroso salir del agua en ese tumulto de tiburones.
Han sido los 100 minutos más excitantes que recuerdo en muchos años, y esto es sólo el comienzo, Jim dice que no estuvo mal el aperitivo, que nos preparemos que ahora viene lo bestial, lo que sólo él sabe hacer: bucear con los tiburones tigres gigantes, además de los tiburones toro y el gran tiburón martillo oceánico.
Amigos, este programa no os lo podéis ni imaginar, es salvaje, la vida más salvaje de la naturaleza, donde queremos hacer un alegato a la vida, el respeto y la prohibición de pescar esta belleza en peligro de extinción. Porque amigos, se matan entre 70 a 100 millones de tiburones al año, y casi todos para cortar las aletas y venderlas a mercados asiáticos para hacer sopa de aleta de tiburón, ¡¡qué despropósito, qué locura¡¡.
Estad atentos que os iré contando este excitante, alucinante y peligroso 'Desafío Extremo'.
Jesús Calleja desde algún lugar en mitad del océano de las Bahamas. www.jesuscalleja.es (http://www.jesuscalleja.es/)