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Ver la versión completa : Investigadores de la Universidad de Zaragoza colaboran en ´Al filo de lo imposible´ en los ibones.



The diving journalist
7th April 2011, 13:12
Los ibones, esos lagos de origen glaciar que salpican los Pirineos, comienzan a acostumbrarse a los rodajes. Hace solo unos meses, en noviembre pasado, fueron las cámaras del documental Montañas de agua (se puede ver en www.vimeo.com) las que fijaron su objetivo en los ibones de Sabocos y Baños para mostrar la contaminación que amenaza sus delicados ecosistemas. Varios investigadores de la Universidad de Zaragoza y la Federación Aragonesa de Actividades Subacuáticas (FARAS) colaboraron en la tarea.
Ahora muchos de ellos han regresado con las cámaras, aunque esta vez no son las propias sino las del veterano programa de Televisión Española Al filo de lo imposible. De nuevo el ibón de Sabocos se transformó el pasado fin de semana en un plató televisivo para acoger al equipo, que plantea novedades en la nueva temporada. Durante seis episodios el piragüista Antxón Arza será el conductor del espacio que dedicará sus contenidos a un especialista con larga trayectoria en el programa.
El primero será el rodado en terrero aragonés y con colaboradores de la Universidad de Zaragoza. Porque los deportes extremos y la ciencia también tienen un punto de unión. Alfonso Pardo, de la Escuela Politécnica Superior de Huesca; Tomás Arruebo, del Departamento de Geografía y Ordenación del Territorio; Carlos Rodríguez, del Departamento de Didáctica de la Ciencias Experimentales de la Facultad de Educación, y Javier Lanaja, del Laboratorio de Calidad de Aguas y Medio Ambiente, han sido los anfitriones del equipo de televisión en el ibón de Sabocos.
El especialista de larga trayectoria será en esta ocasión el buceador técnico y camarógrafo subacuático Josep María Castellví. Además de su presentación, el programa ilustrará cómo los deportes de riesgo también puede ser una herramienta para diferentes disciplinas.
Desde hace años, como explica Alfonso Pardo, estos investigadores realizan "catas" cuatro veces al año para hacer un seguimiento del impacto humano en los ibones. Además de los impactos directos, como puede ser el abandono de basuras en los propios ibones o en su entorno, estos científicos tratan de detectar los indirectos, provocados por vertidos procedentes de la ganadería, las zonas hoteleras o las estaciones de esquí cercanas, entre otros.
Pese a que las catas son complicadas todo el año, las de invierno cuentan con dificultades especiales. La superficie de los ibones se congela y los accesos se complican. Es en este momento cuando los investigadores realizan las inmersiones bajo hielo. "Siempre resulta más interesante bajar que enviar una draga, la toma de muestras es más completa y podemos observar directamente cómo están los fondos" asegura Pardo. En todo caso se trata de una práctica "muy técnica". A las precauciones básicas que se deben tomar a la hora de bucear, hay que sumar que "se trata de un espacio confinado (una capa de 5 centímetros de hielo ya no se puede atravesar), si hay nieve sobre el hielo la inmersión se realiza a oscuras y además las bajas temperaturas del agua pueden llegar a provocar congelaciones".
El impacto humano sobre los ibones tiene, según los datos recogidos, ciertos componentes estacionales, por lo que es importante realizar el trabajo en todas las estaciones del año. Los trabajos de este grupo, todos miembros de la Fundación Boreas, comenzaron en 2002. Pese a sus planteamientos iniciales, en los que ya imaginaban el impacto en los más accesibles, los resultados son peores de lo esperado. "Aún estamos buscando un ibón en el que el impacto sea mínimo para poder comparar, pero aún no hemos dado con ninguno ´puro´", subraya Pardo.



Fuente: http://www.elperiodicodearagon.com