The diving journalist
22nd March 2011, 09:19
Científicos evalúan formas de vida muy diferentes en aguas someras y profundas
Submarino Deep See ayudará a conocer fauna a 300 m de profundidad
sla del Coco es el único punto emergido, y por lo tanto, el más alto, de una cordillera volcánica que resguarda sus secretos bajo las aguas del océano Pacífico.
La cordillera volcánica del Coco se extiende a lo largo de 780 kilómetros y se calcula que tiene unos 100 colosos. Algunas de sus montañas están a menos de 1.000 metros bajo el nivel del mar.
Los picos o cúspides de esta cordillera sirven a los organismos como base para moverse o trasladarse de un lado a otro. “Se pasan de una montaña a otra como si fueran piedras para cruzar un río y es muy probable que a la isla lleguen algunos organismos marinos que se mueven por estas montañas submarinas”, comentó Jorge Cortés, quien es científico del Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología (Cimar-UCR).
Cortés es uno de los pocos costarricenses que se han sumergido en las profundidades de la Isla del Coco. gracias al submarino Deep See, propiedad de la empresa de buceo Undersea Hunter, aliada del Cimar en estos estudios.
Aunque tiene capacidad para bajar hasta los 400 metros, la mayoría de las inmersiones que realiza el Deep See son de entre los 100 y 300 metros.
Durante las inmersiones se han hecho fotografías y videos de especímenes. Gracias a un brazo mecánico, el submarino ha permitido tomar muestras de corales muertos o rocas recubiertas por pequeños seres del mar.
Según reportan Cortés y el científico Scmulik Blum en la Revista de Biología Tropical, allí se han registrado peces carnívoros (como el Lophiodes spilurus), coloridas medusas (de la clase Scyphozoa) y corales oscuros.
Vida a profundidad.
La Isla del Coco es la cúspide de un volcán. Si se le ve de perfil, esta parece que tiene dos grandes gradas, explicó Cortés.
La primera es una plataforma de 18 kilómetros de largo, con una orientación suroeste-noreste. Se ubica a 180 metros de profundidad.
Cuando esta termina, se ve una pendiente que cae unos 2.000 metros hasta la base del volcán. A esta se le conoce como “la pared”.
En el océano, el agua está estratificada: el agua caliente está arriba y el agua fría está abajo.
Por eso, conforme el submarino desciende, los investigadores logran distinguir dos capas de agua muy diferentes.
En el Coco, esta división ocurre a los 50 metros, en la llamada termoclina, zona donde se produce un cambio drástico de temperatura del agua. Pasar de 28 °C a 15 °C.
La termoclina divide la columna de agua en dos “pisos”: aguas someras (superficiales) y profundas. Cada piso tiene sus organismos.
En las aguas someras, se han identificado 1.400 especies.
“En las aguas profundas es otra fauna diferente. Es probable que haya muchas especies nuevas, pero aún las estamos estudiando”, reconoció Cortés.
Muy cerca del Coco, a una profundidad de 165 metros, se hallan los llamados Picos del Coco o Las Gemelas. Según Cortés, es como ver la Isla del Coco, pero hundida. Allí sobresalen dos picos y hay un valle de arena. “Esos picos no son más que montañas que no llegaron hasta la superficie”, dijo.
Ahí habitan otros organismos que despiertan la curiosidad de los expertos. Como ejemplo, un molusco que es común en las aguas someras de Baja California, en México.
Fuente: www.lanacion.com
Submarino Deep See ayudará a conocer fauna a 300 m de profundidad
sla del Coco es el único punto emergido, y por lo tanto, el más alto, de una cordillera volcánica que resguarda sus secretos bajo las aguas del océano Pacífico.
La cordillera volcánica del Coco se extiende a lo largo de 780 kilómetros y se calcula que tiene unos 100 colosos. Algunas de sus montañas están a menos de 1.000 metros bajo el nivel del mar.
Los picos o cúspides de esta cordillera sirven a los organismos como base para moverse o trasladarse de un lado a otro. “Se pasan de una montaña a otra como si fueran piedras para cruzar un río y es muy probable que a la isla lleguen algunos organismos marinos que se mueven por estas montañas submarinas”, comentó Jorge Cortés, quien es científico del Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología (Cimar-UCR).
Cortés es uno de los pocos costarricenses que se han sumergido en las profundidades de la Isla del Coco. gracias al submarino Deep See, propiedad de la empresa de buceo Undersea Hunter, aliada del Cimar en estos estudios.
Aunque tiene capacidad para bajar hasta los 400 metros, la mayoría de las inmersiones que realiza el Deep See son de entre los 100 y 300 metros.
Durante las inmersiones se han hecho fotografías y videos de especímenes. Gracias a un brazo mecánico, el submarino ha permitido tomar muestras de corales muertos o rocas recubiertas por pequeños seres del mar.
Según reportan Cortés y el científico Scmulik Blum en la Revista de Biología Tropical, allí se han registrado peces carnívoros (como el Lophiodes spilurus), coloridas medusas (de la clase Scyphozoa) y corales oscuros.
Vida a profundidad.
La Isla del Coco es la cúspide de un volcán. Si se le ve de perfil, esta parece que tiene dos grandes gradas, explicó Cortés.
La primera es una plataforma de 18 kilómetros de largo, con una orientación suroeste-noreste. Se ubica a 180 metros de profundidad.
Cuando esta termina, se ve una pendiente que cae unos 2.000 metros hasta la base del volcán. A esta se le conoce como “la pared”.
En el océano, el agua está estratificada: el agua caliente está arriba y el agua fría está abajo.
Por eso, conforme el submarino desciende, los investigadores logran distinguir dos capas de agua muy diferentes.
En el Coco, esta división ocurre a los 50 metros, en la llamada termoclina, zona donde se produce un cambio drástico de temperatura del agua. Pasar de 28 °C a 15 °C.
La termoclina divide la columna de agua en dos “pisos”: aguas someras (superficiales) y profundas. Cada piso tiene sus organismos.
En las aguas someras, se han identificado 1.400 especies.
“En las aguas profundas es otra fauna diferente. Es probable que haya muchas especies nuevas, pero aún las estamos estudiando”, reconoció Cortés.
Muy cerca del Coco, a una profundidad de 165 metros, se hallan los llamados Picos del Coco o Las Gemelas. Según Cortés, es como ver la Isla del Coco, pero hundida. Allí sobresalen dos picos y hay un valle de arena. “Esos picos no son más que montañas que no llegaron hasta la superficie”, dijo.
Ahí habitan otros organismos que despiertan la curiosidad de los expertos. Como ejemplo, un molusco que es común en las aguas someras de Baja California, en México.
Fuente: www.lanacion.com