The diving journalist
9th March 2011, 07:57
Las aguas costeras acogen especies comunes aunque llamativas y exóticas visitas
Frente a las costas viguesas residen numerosas poblaciones de ballenas, delfines y tiburones que convierten estas aguas en un enclave natural único y en el que todavía queda mucha riqueza por descubrir como demuestra el reciente hallazgo de un rarísimo escualo prehistórico. La aparición de estos curiosos ejemplares despierta la misma expectación que las "visitas" de otras especies foráneas como focas, tortugas o las dos orcas avistadas hace unos años entre Cíes y Ons. Todas ellas conforman el extenso álbum de nuestra biodiversidad.
A pocas horas de navegación es posible contemplar tiburones de considerables dimensiones como las tintoreras, que pueden superar los tres metros de longitud, marrajos azules, que llegan a los cuatro, y tiburones zorro, cuyos comportamientos están siendo estudiados por biólogos del Instituto de Investigaciones Marinas-CSIC.
Más allá de las aguas costeras, residen escualos de profundidad cuya existencia es bien conocida por los pescadores, quienes los denominan "pailonas" o focas, pero que, al parecer, comparten espacio con un desconocido vecino: el tiburón duende.
Las redes de un arrastrero de Marín capturaron de forma accidental en 2003 y el pasado febrero los dos únicos ejemplares gallegos de esta especie "prehistórica". Los avistamientos son muy escasos en todo el mundo por lo que apenas se manejan datos científicos.
Las poblaciones permanentes de escualos no pasan de las islas Cíes, pero más de uno se ha llevado un susto al otear las aletas de los imponentes aunque inofensivos tiburones peregrinos navegando en plena ría.
El apartado de visitas se completa con focas grises que se desvían de su itinerario –como la simpática cría bautizada "Raquel" que residió en aguas de Cíes– y tortugas originarias del Caribe que son arrastradas por las corrientes y llegan extenuadas a la costa. En los últimos meses, dos ejemplares muertos de tortuga laúd con más de trescientos kilos de peso aparecieron en Bueu y Nigrán.
Estos varamientos son registrados por los biólogos del Cemma, que también contabilizan los avistamientos de las decenas de especies de cetáceos –cachalotes, ballenas, calderones y delfines– que frecuentan nuestras aguas convirtiéndolas en un observatorio único en el mundo.
Un emplazamiento privilegiado que incluso puede presumir de poblaciones con denominación de origen como la del delfín mular después de que una bióloga viguesa demostrase recientemente que los doscientos individuos de las Rías Baixas son genéticamente diferentes a los del resto de Galicia.
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La "meiga" de las profundidades submarinas - Este retrato del tiburón de profundidad Scymnodon ringens, al que los pescadores apodan "bruja" por razones evidentes, fue obtenido por los biólogos del Oceanográfico que exploraron el verano pasado a bordo del Thalasa los fondos del Banco de Galicia, una montaña submarina a 200 kilómetros de la costa. A pesar de su aspecto, son muy vulnerables porque tienen pocas crías.
Fuente: http://www.farodevigo.es
Frente a las costas viguesas residen numerosas poblaciones de ballenas, delfines y tiburones que convierten estas aguas en un enclave natural único y en el que todavía queda mucha riqueza por descubrir como demuestra el reciente hallazgo de un rarísimo escualo prehistórico. La aparición de estos curiosos ejemplares despierta la misma expectación que las "visitas" de otras especies foráneas como focas, tortugas o las dos orcas avistadas hace unos años entre Cíes y Ons. Todas ellas conforman el extenso álbum de nuestra biodiversidad.
A pocas horas de navegación es posible contemplar tiburones de considerables dimensiones como las tintoreras, que pueden superar los tres metros de longitud, marrajos azules, que llegan a los cuatro, y tiburones zorro, cuyos comportamientos están siendo estudiados por biólogos del Instituto de Investigaciones Marinas-CSIC.
Más allá de las aguas costeras, residen escualos de profundidad cuya existencia es bien conocida por los pescadores, quienes los denominan "pailonas" o focas, pero que, al parecer, comparten espacio con un desconocido vecino: el tiburón duende.
Las redes de un arrastrero de Marín capturaron de forma accidental en 2003 y el pasado febrero los dos únicos ejemplares gallegos de esta especie "prehistórica". Los avistamientos son muy escasos en todo el mundo por lo que apenas se manejan datos científicos.
Las poblaciones permanentes de escualos no pasan de las islas Cíes, pero más de uno se ha llevado un susto al otear las aletas de los imponentes aunque inofensivos tiburones peregrinos navegando en plena ría.
El apartado de visitas se completa con focas grises que se desvían de su itinerario –como la simpática cría bautizada "Raquel" que residió en aguas de Cíes– y tortugas originarias del Caribe que son arrastradas por las corrientes y llegan extenuadas a la costa. En los últimos meses, dos ejemplares muertos de tortuga laúd con más de trescientos kilos de peso aparecieron en Bueu y Nigrán.
Estos varamientos son registrados por los biólogos del Cemma, que también contabilizan los avistamientos de las decenas de especies de cetáceos –cachalotes, ballenas, calderones y delfines– que frecuentan nuestras aguas convirtiéndolas en un observatorio único en el mundo.
Un emplazamiento privilegiado que incluso puede presumir de poblaciones con denominación de origen como la del delfín mular después de que una bióloga viguesa demostrase recientemente que los doscientos individuos de las Rías Baixas son genéticamente diferentes a los del resto de Galicia.
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La "meiga" de las profundidades submarinas - Este retrato del tiburón de profundidad Scymnodon ringens, al que los pescadores apodan "bruja" por razones evidentes, fue obtenido por los biólogos del Oceanográfico que exploraron el verano pasado a bordo del Thalasa los fondos del Banco de Galicia, una montaña submarina a 200 kilómetros de la costa. A pesar de su aspecto, son muy vulnerables porque tienen pocas crías.
Fuente: http://www.farodevigo.es