PDA

Ver la versión completa : Buceando en altitud máxima



jaribas
2nd March 2011, 08:36
En las aguas profundas y gélidas del lago Titicaca, que comparten Bolivia y Perú, se sumergen los mejores buceadores militares bolivianos, formados en una escuela única en el mundo porque opera a 3.810 metros sobre el nivel del mar, el Centro de Instrucción de Buceo en Altura (Ciba).

6372

Es la mayor altitud en la que se hace y enseña buceo profesional y militar, ya que las escuelas de submarinismo de América y Europa están a orillas del mar, aunque en Asia hay una del Ejército de la India que trabaja a 2.800 metros de altitud y tiene inscrito un récord a 3.800 metros.

"En la India tienen un récord de buceo a 3.800 metros, pero nosotros trabajamos todos los días donde ellos hicieron una marca", declara con orgullo el comandante del Centro de Instrucción de Buceo en Altura (CIBA), capitán de Fragata Hernán Crespo, para ilustrar la importancia de esta escuela de la Armada boliviana, situada en el Estrecho de Tiquina del Titicaca, a 117 kilómetros de La Paz.

La historia de la escuela es semejante a la de las gotas de agua que una a una horadan la roca por las dificultades que supone el que Bolivia no tenga una salida propia al mar. Comenzó en 1966 con la decisión de la Armada de enviar cuatro estudiantes a la Argentina para aprender buceo.

Hoy, 43 años después, el CIBA forma fuerzas militares anfibias de reacción inmediata, apoya expediciones científicas y deportivas, tiene su propia cámara hiperbárica, la única del mundo que opera a esa altitud, y en 2011 contará con los primeros cuatro especialistas en medicina subacuática.

A falta del territorio costero en el Pacífico perdido por Bolivia en una guerra contra Chile en el siglo XIX, la Armada boliviana tiene en el Titicaca una de sus bases, además de otras cinco en los ríos más grandes del país, principalmente de la Amazonia. El Titicaca es un espectacular espejo de agua de azul intenso con una superficie de 8.400 kilómetros cuadrados. Es el lago navegable más alto del mundo al tener una longitud máxima de 176 kilómetros, un ancho mayor de 70 kilómetros, con una profundidad media de 105 metros y una máxima de 283 metros.

Este cuasi mar interior está emplazado en el altiplano semiárido cerca de la cordillera de Los Andes, donde nacieron o florecieron importantes culturas prehispánicas como la Inca o Tiahuanacota. Por eso los aimaras y quechuas de Bolivia y Perú que viven a sus alrededores lo consideran un lugar sagrado.

La escuela de buceo funciona en el Estrecho de Tiquina, en la localidad boliviana de San Pedro hasta donde se llega tras dos horas de viaje desde La Paz. Para acceder al centro se atraviesa el lago en lanchas, a falta de un puente que una los 850 metros del Estrecho. Este lugar sirve además de desafío para los alumnos del centro de buceo que lo cruzan a nado y en invierno para medir su rendimiento.

SUMERGIRSE EN EL LAGO
La experiencia de bucear en altitud es diferente de la realizada a nivel del mar porque el agua es mucho más fría: en la superficie, alrededor de diez grados centígrados, que bajan a cinco con una inmersión de diez metros, pero la diferencia más importante es que la profundidad alcanzada por un buceador en zonas de altitud tienen un valor numérico más alto respecto al registro conseguido en una inmersión a nivel del mar, explica Crespo.

Si un buceador que usa aire comprimido alcanza una profundidad de 35 metros en el Titicaca es como si llegase a 56 metros a nivel mar, según las tablas de comparación de los buceadores. Los alumnos e instructores del CIBA han logrado un máximo de 45 metros en el lago, un nivel que "se sale de las tablas de comparación".

"Lamentablemente las tablas sólo vienen hasta los 57 metros a nivel del mar para las inmersiones con aire comprimido porque a esa presión parcial se vuelve tóxico por la elevación de la concentración de oxígeno", advierte Crespo, considerado el mejor buceador de Bolivia, con estudios en España, Argentina, Perú y Chile.

De forma didáctica y mientras inspecciona las instalaciones de la escuela, Crespo explica que al practicar buceo en altitudes el problema no es cuándo entrar, sino cuándo salir y con qué velocidad, porque si no se hace de forma correcta, el cuerpo puede acumular nitrógeno que satura la sangre causando graves daños o la muerte.

"Ese nitrógeno es despedido en forma de burbujas que crecen. Si salgo a nivel del mar esa burbuja va crecer un determinado tamaño, pero si salgo a 3.810 metros, donde existe menos presión, va crecer mucho más. Esa diferencia de presiones a la cual un buceador sale, hace que en altitud se simule una inmersión a mayor profundidad", explica.

"Un segundo determina el límite entre la vida y la muerte", agrega el coman-

"Un segundo determina el límite entre la vida y la muerte", agrega el Comandante del CIBA, para quien los alumnos no sólo deben cumplir con altas exigencias de rendimiento cardiológico y capacidad pulmonar, sino ante todo aprender a reconocer sus límites y evaluar los riesgos ante el peligro en el fondo del lago.

"SOY BUCEADOR, SOY EL MEJOR".
El curso para formar comandos anfibios con buceo táctico militar es el orgullo del centro porque está dirigido a agentes de elite. La exigencia física, de disciplina y salud personal es tal que de cada 30 inscritos por curso, se gradúan menos de 10. La deserción no necesariamente se relaciona con el rendimiento físico, sino con la salud ya que no cualquiera puede practicar buceo en altitud.

Los estudiantes aprenden buceo táctico, manejo de explosivos, voladura de estructuras portuarias y de obstáculos para desembarcos, demoliciones subacuáticas, salvamento y rescate en agua, además de manejo de cámaras hiperbáricas. Los cursos de tres meses son intensos, sin días tranquilos en la superficie ni en el lago, porque se trata de un grupo preparado para la reacción inmediata de un agente que deben ser capaz de ejecutar en minutos el rescate de personas en el agua o planificar el traslado de todo su equipo de buceo desde la zona andina hasta los ríos de la Amazonía.

"Soy buceador, soy el mejor", es una frase casi sagrada que los estudiantes se repiten a sí mismos para no desmayar. Ellos aseguran haber descubierto potencialidades personales que les eran desconocidas: "Hice cosas que nunca pensé que podía hacerlas como la resistencia que pude ganar al frío en el lago", dice el alférez Luis Lazo, al destacar la experiencia extraordinaria que, a su juicio, es bucear en la noche a 40 metros de profundidad, un nivel en el que ya no se ven peces, sino sólo el limo del lago.

Los alumnos saben que el curso es duro, pero prefieren quitar hierros al asunto porque al fin y al cabo se trata de formación de elite. "No es un curso fácil, tampoco difícil. Es un curso militar", afirma el sargento Simón Céspedes, mientras que el alférez Cristian Doria Medina comenta que hace falta "mucha voluntad y cariño al buceo" para no desertar.

Los estudiantes afrontan emergencias reales de salvamento y rescate en el Estrecho de Tiquina, un lugar donde precarias lanchas para personas y pontones para vehículos dan el servicio de transporte entre orillas.

Los buceadores tienen en su haber un centenar de rescates de heridos o cadáveres tanto en lagos como en otras aguas del país.

Además han reflotado vehículos, incluso camiones de 12 toneladas, hundidos en el lago junto con las embarcaciones que los transportaban.

Potencialidades y nuevos retos
Cámara hiperbárica ypremio guinnes lago titicaca
Otro emblema de la escuela es la cámara hiperbárica fabricada en España con la que cuentan desde este año, que es la única en el mundo que opera a 3.810 metros sobre el mar. La cámara, además de servir para las inmersiones simuladas de los estudiantes, servirá a la escuela para trabajar en tecnología médica para tratar el estrés, heridas en personas con diabetes, quemaduras y terapias tras cirugía estética, entre otras actividades con las que la Armada apunta a dar un servicio social.

Con el fin de aumentar su reconocimiento, la escuela planea además para el 2011, con ayuda de una organización italiana, una inmersión con escafandra a 100 metros de profundidad en el lago Titicaca, una marca para el libro Guinnes.

El capitán de Fragata Hernán Crespo cita con orgullo una inmersión de alumnos de la escuela realizada hace dos años a una altitud de 5.920 metros en una laguna del volcán Licancabur, situado en la frontera de Bolivia con Chile. De esa forma demostraron que se puede practicar cualquier deporte en altitud.

La escuela tiene además un récord de inmersión a 40 metros de profundidad en la laguna Choquetanga, ubicada en el altiplano, a casi 5.000 metros de altitud, donde funciona una generadora eléctrica, recuerda Crespo, sin precisar fecha de la proeza.

Fuente: http://www.opinion.com.bo