The diving journalist
28th February 2011, 08:44
El pasado el 21-22 de agosto de 2008 se celebró una reunión internacional en Oranjemund (Namibia) para tratar sobre el descubrimiento y recuperación de un barco localizado en dicha localidad el pasado mes de abril. Participaron los representantes de los ministerios implicados (Minas y Energía, Comunicación, Juventud y Cultura), los técnicos de responsables de la excavación procedentes de Zimbawe y Sudáfrica, junto con técnicos de instituciones de otros países (Portugal, España y EE.UU.).
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Tras esa reunión, el Gobierno de Namibia invitó al Ministerio de Cultura de España a participar en el proceso de recuperación y excavación del pecio. A este fin se desplazaron hasta allí dos técnicos de Museo Nacional de Arqueología Marítima: Rocío Castillo Belinchón, del área de arqueología subacuática, y Juan Luís Sierra Méndez, del laboratorio de conservación de maderas.
Durante su estancia en Oranjemund, entre el 6 y el 9 de octubre de 2008, ambos técnicos pudieron visitar el yacimiento e integrarse en el equipo multinacional que estaba realizando la segunda fase de la intervención, que comenzó a mediados del mes de septiembre y tenía prevista su finalización el 10 de octubre.
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Para la excavación del pecio, que originalmente estaba a 7 m bajo el nivel del mar, se ha mantenido desecada una amplia zona a su alrededor mediante el continuo empleo de potentes bombas de succión que elevan el agua hasta el nivel del mar. Este sistema de bombeo tiene un alto coste económico en sí mismo, al que se une el de la paralización de las operaciones mineras de explotación de diamantes interrumpida desde abril. Todo ello implica la urgencia en terminar las tareas de la excavación de salvamento y la recuperación del pecio. Así pues, se trabajaba a contra reloj para poder cumplir los plazos impuestos para la finalización.
Una vez acabada la excavación, se van a dedicar 3 semanas a iniciar el inventario de los materiales para identificarlos y preparar la fase posterior de estudio, en colaboración con distintos especialistas internacionales. En estos momentos, se debería elaborar un plan o proyecto de conservación de la totalidad de los objetos orgánicos, metálicos y cerámicos, ya que por la premura de la excavación se carece de infraestructuras y personal especializado, por lo que los objetos recuperados no tienen garantías de conservación.
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Se trata de un barco naufragado en la costa de Oranjemund, probablemente en torno al segundo cuarto del s. XVI según la información aportada por el conjunto monetario hallado (unas 2500-3000 monedas, de las que el 70% son excelentes de oro de los Reyes Católicos y el resto monedas de plata de Juan II y Manuel I). Seguramente se trataría de un barco de origen portugués que circunvalaba las costas africanas. Llevaba un cargamento de 13 toneladas de lingotes de cobre, con marcas de la familia Fugger de Ausburgo, numerosos lingotes de estaño y más de 50 colmillos de elefante. Junto a
este cargamento, se han encontrado seis cañones de bronce, munición, bolas de cañón de hierro, de piedra, cepillos de limpieza de mecha de cañón y numerosas espadas; así mismo instrumentos de navegación (3 astrolabios, 1 compás), vajilla de cocina y mesa (sartenes de cobre y calderos de bronce, jarras y platos de peltre,..), objetos de la tripulación (navajas, peines, juego de pesas, etc.) y restos óseos, algunos de ellos humanos. Por otra parte, se han documentado varios elementos de la estructura del
barco (tracas y cuadernas de madera, clavos de hierro y clavijas de madera, algún cabo, etc.). Las dimensiones de estos restos hacen suponer que el barco tendría al menos una eslora de 30 m.
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La documentación y el estudio de este excepcional pecio, el más antiguo localizado en el área Subsahariana, que se ha conservado totalmente intacto y que está siendo estudiado por la comunidad científica internacional, es un importante hito en el devenir de la colaboración internacional para la preservación y conocimiento del patrimonio cultural subacuático como un patrimonio de la humanidad.
Fuente:
MUSEO NACIONAL DE ARQUEOLOGÍA MARÍTIMA Y CENTRO NACIONAL DE INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS SUBMARINAS
http://museoarqua.mcu.es
http://museoarqua.mcu.es/web/uploads/ficheros/ViajeNamibia.pdf
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Tras esa reunión, el Gobierno de Namibia invitó al Ministerio de Cultura de España a participar en el proceso de recuperación y excavación del pecio. A este fin se desplazaron hasta allí dos técnicos de Museo Nacional de Arqueología Marítima: Rocío Castillo Belinchón, del área de arqueología subacuática, y Juan Luís Sierra Méndez, del laboratorio de conservación de maderas.
Durante su estancia en Oranjemund, entre el 6 y el 9 de octubre de 2008, ambos técnicos pudieron visitar el yacimiento e integrarse en el equipo multinacional que estaba realizando la segunda fase de la intervención, que comenzó a mediados del mes de septiembre y tenía prevista su finalización el 10 de octubre.
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Para la excavación del pecio, que originalmente estaba a 7 m bajo el nivel del mar, se ha mantenido desecada una amplia zona a su alrededor mediante el continuo empleo de potentes bombas de succión que elevan el agua hasta el nivel del mar. Este sistema de bombeo tiene un alto coste económico en sí mismo, al que se une el de la paralización de las operaciones mineras de explotación de diamantes interrumpida desde abril. Todo ello implica la urgencia en terminar las tareas de la excavación de salvamento y la recuperación del pecio. Así pues, se trabajaba a contra reloj para poder cumplir los plazos impuestos para la finalización.
Una vez acabada la excavación, se van a dedicar 3 semanas a iniciar el inventario de los materiales para identificarlos y preparar la fase posterior de estudio, en colaboración con distintos especialistas internacionales. En estos momentos, se debería elaborar un plan o proyecto de conservación de la totalidad de los objetos orgánicos, metálicos y cerámicos, ya que por la premura de la excavación se carece de infraestructuras y personal especializado, por lo que los objetos recuperados no tienen garantías de conservación.
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Se trata de un barco naufragado en la costa de Oranjemund, probablemente en torno al segundo cuarto del s. XVI según la información aportada por el conjunto monetario hallado (unas 2500-3000 monedas, de las que el 70% son excelentes de oro de los Reyes Católicos y el resto monedas de plata de Juan II y Manuel I). Seguramente se trataría de un barco de origen portugués que circunvalaba las costas africanas. Llevaba un cargamento de 13 toneladas de lingotes de cobre, con marcas de la familia Fugger de Ausburgo, numerosos lingotes de estaño y más de 50 colmillos de elefante. Junto a
este cargamento, se han encontrado seis cañones de bronce, munición, bolas de cañón de hierro, de piedra, cepillos de limpieza de mecha de cañón y numerosas espadas; así mismo instrumentos de navegación (3 astrolabios, 1 compás), vajilla de cocina y mesa (sartenes de cobre y calderos de bronce, jarras y platos de peltre,..), objetos de la tripulación (navajas, peines, juego de pesas, etc.) y restos óseos, algunos de ellos humanos. Por otra parte, se han documentado varios elementos de la estructura del
barco (tracas y cuadernas de madera, clavos de hierro y clavijas de madera, algún cabo, etc.). Las dimensiones de estos restos hacen suponer que el barco tendría al menos una eslora de 30 m.
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La documentación y el estudio de este excepcional pecio, el más antiguo localizado en el área Subsahariana, que se ha conservado totalmente intacto y que está siendo estudiado por la comunidad científica internacional, es un importante hito en el devenir de la colaboración internacional para la preservación y conocimiento del patrimonio cultural subacuático como un patrimonio de la humanidad.
Fuente:
MUSEO NACIONAL DE ARQUEOLOGÍA MARÍTIMA Y CENTRO NACIONAL DE INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS SUBMARINAS
http://museoarqua.mcu.es
http://museoarqua.mcu.es/web/uploads/ficheros/ViajeNamibia.pdf