PDA

Ver la versión completa : Piratas del Estrecho: así se hizo el expolio



jaribas
15th June 2007, 21:31
Entre las noticias que Odyssey Marine Exploration (OME) ha difundido después de anunciar el 18 de mayo la extracción de un fabuloso tesoro, se cuenta una alianza con Disney para contar sus aventuras en una película. Por si el proyecto no llega a feliz término, y en todo caso para el lector que se haya perdido los primeros capítulos, aquí tienen una versión, quizá algo diferente...

¿Piratas en el siglo XXI?
¿Se han preguntado el por qué del éxito de las películas de los Piratas del Caribe? El deseo de vivir a su aire, sin obedecer a leyes, realizar aventuras soñadas desde la infancia, ganar dinero fácil y hasta hacer un poco (o mucho) el bestia es innato... Pero un pirata necesita un barco, una tripulación, armas, un tesoro que capturar, y hasta una isla Tortuga donde refugiarse. Quedan pocos paraísos salvajes en la tierra, y pocos mares desconocidos... pero aún quedan los fondos de los mares y, en ellos, fabulosos tesoros.

Éste es al menos el razonamiento de una mente infantil, porque quienes estudian científicamente los fondos de los mares saben que, si de lo que hablamos es de galeones y navíos hundidos en la época en que España extraía metales preciosos de América (siglos XVI hasta comienzos del XIX), hay un dato aplastante: nadie ha encontrado uno de estos barcos en pleno océano, y aun aquéllos cuyo hundimiento fue visto y documentado desde la costa, rara vez se encuentran. El mar es más grande que un sueño infantil.

¿Arqueólogos o piratas?
La polémica entre arqueólogos —que pretenden conservar los restos (pecios) submarinos para que “nos hablen” de cómo vivían nuestros antepasados— y cazatesoros —que buscan metales preciosos— es interminable. No por ser la labor de los arqueólogos desinteresada hay que pensar que los cazatesoros no aprecian el pasado y quieren hacerse ricos: los piratas (volviendo a la comparación) no fueron nunca un ejemplo de buena gestión económica.

Greg Stemm fundó Odyssey en 1994 con el industrial John Morris, con un objetivo general y otro más particular. El general era tomar el relevo a los británicos en la exploración de pecios a grandes profundidades. El particular, encontrar el tesoro del navío inglés HMS Sussex, hundido en 1694 cerca de Gibraltar con 100 toneladas de plata y 10 de oro. Este segundo objetivo se mostraría ilusorio, pero el primero tenía más miga.

El relevo de Ballard
Stemm no necesitaba dinero: había sido un exitoso relaciones públicas, representante del cómico Bob Hope. Un hombre con buenas relaciones con sucesivos presidentes y políticos tanto demócratas como republicanos. De la gestión económica podían encargarse otros: para eso cotiza Odyssey en bolsa desde 1997 (bajo las siglas OMR) y tiene cuatro presidentes (aparte los dos cofundadores: Stemm y Morris), uno de ellos David J. Saul, que fue ministro de Finanzas y primer ministro de Bermuda. Por cierto, que OME ha dado siempre pérdidas, salvo en 2004, tras encontrar el tesoro del SS Republic, valorado en 75 millones de dólares (otras estimaciones doblan su valor). John Edwards, que aspira a ser candidato presidencial demócrata en 2008 es el principal accionista de la empresa.

Durante décadas destacó en el fondo de los mares el ex oficial de la Royal Navy Robert Ballard, descubridor del Titanic (1985, lo llevaba buscando desde 1973), el Bismarck (1989) y el Yorktown (1998). En abril de ese último año, Stemm y el marino norteamericano retirado J. Ashley Roach, afirmaban en Maritime Heritage Magazine que "el público por lo general no se da cuenta de que las aventuras de Ballard son, en su mayor parte, cortesía de la Armada de EEUU". A partir de ese momento, Ballard desapareció de escena y apareció Stemm.

Odyssey tiene su sede en la misma ciudad que el Mando Unificado (CENTCOM) de todas las fuerzas armadas norteamericanas: Tampa, Florida. Stemm sigue siendo un maestro de las relaciones públicas: su portavoz en Gibraltar era Ali Knesser, que antes fue enlace militar nortemericano con las fuerzas británicas allí (por error, el jueves mencionamos a su predecesor, Corn M.).

'Sussex', el gran error
Ballard se limitó a buscar pecios no históricos (con menos de 100 años) en alta mar, pero Stemm pensó que la tecnología lo resuelve todo y se lanzó a su sueño de juventud. En 2001, realizó en aguas españolas frente a Gibraltar (sin permiso) extracciones en un pecio del que, en la memoria que presentó al Ministerio de Defensa británico, dijo ser el Sussex. Fuera por devolver favores al amigo americano o por el atractivo del tesoro (valorado en más de 3.000 millones de euros), Inglaterra firmó con Odyssey en septiembre de 2002 un acuerdo de reparto.

El Sussex se resistía a aparecer y el trozo de cañón que OME entregó a España era holandés. La resistencia de España era otro factor con el que Stemm no contó. Pero en Gibraltar estaba a buen resguardo: la ciudad es teóricamente autónoma, pero sus autoridades nunca protestarán por lo que haga un invitado del Reino Unido, ya que el gobierno británico es el garante del nivel de sueldos de la colonia. Para colmo, hay que dar trabajo a cientos de civiles despedidos de la base naval.

Con la táctica de afirmar propósitos distintos ante distintos interlocutores —denunciada por Joe Bossano en la entrevista que publicamos el día 31—, Inglaterra debió prometer al Ministerio de Exteriores español notables mejoras en el contencioso sobre Gibraltar: el 23 de marzo de 2007 se llegaba a un acuerdo a tres bandas (incluyendo al Ministerio de Defensa británico y la Junta de Andalucía) para permitir a Odyssey localizar (que no extraer de momento) el Sussex.

Para entonces, sin embargo, el buque Odyssey Explorer ya había terminado de extraer todo lo que quería llevarse, y sólo necesitaba un plan y alguna coartada para llevarse el tesoro. El 18 de mayo era su asamblea anual de accionistas y fue el día elegido para aterrizar en Tampa.

¿Reparto o devolución?
España cuenta con un buen abogado, James Goold, dispuesto a ir hasta el final contra Stemm, no sólo por la nacionalidad (española) del barco o barcos y las monedas que OME ha extraído; sino por la forma como ha actuado: quiere acusarle por la vía criminal de haber realizado un expolio, es decir, de haber extraído el material de aguas españolas y sin permiso. De momento, el Gobierno español no ha mostrado la misma resolución que su abogado. El pasado fin de semana, un soplo permitió a Odyssey evitar la captura de sus dos barcos por la Guardia Civil.

Si muchos (como George Lambrick, representante de los arqueólogos británicos) protestaron porque Inglaterra encargara a estos aventureros la recuperación del Sussex, aún más extraña es la flema con que mantienen el acuerdo de búsqueda (cuyo punto 9.2 preveía que expiraba si el pecio encontrado era otro barco) ya anulado por España; y otro de amarre y reposte en la base (interpretado tan ampliamente que llega a los túneles de la Roca). Los piratas tienen suerte y de vez en cuando un as en la manga. De momento, la fiesta continúa y en Gibraltar Volvo y Disney mantienen para el próximo fin de semana un espectáculo de promoción de Piratas del Caribe 3: salir en el Odyssey Explorer y encontrar un objeto que, como el Cisne Negro cuyo tesoro dicen haber hallado casualmente, está en "aguas internacionales".