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Ver la versión completa : Trubridge, un buceador sin límites



jaribas
16th January 2011, 21:35
Bajó a 100 metros sin más ayuda que sus brazos y sus piernas

Con un entrenamiento adecuado, la resistencia del cuerpo humano puede romper muchos límites. Como el que recientemente rompió el buceador neozelandés William Trubridge que, en las aguas de Dean's Hole, en Long Island (Bahamas), batió un nuevo récord mundial de apnea al bajar cien metros sin más ayuda que sus brazos y piernas y sin usar aletas y pesos.


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Sólo otro buceador, el francés Jacques Mayol, había logrado sumergirse a esa distancia a pulmón libre. Fue hace ya treinta años, en 1980, aunque en esa ocasión Mayol usó un trineo para descender y un globo para volver a la superficie. Hace cuatro años que William Trubridge alcanzó una profundidad de 80 metros y desde entonces ha estado trabajando con intensidad para bajar veinte metros más y redondear la cifra, en una aventura tan excepcional como llena de riesgos.


El contratiempo
De hecho, es el tercer récord del mundo del neozelandés en tan sólo cuatro días. El primero fue en una inmersión de 'calentamiento' en la que Trubridge llegó hasta los 96 metros. Pero como no había ni jueces ni árbitros, el récord no se oficializó. Pero le sirvió al buceador para saber que tenía el tope mundial a su alcance. Dos días después, y con jueces controlando el intento, llegó hasta los 100,5 metros pero cometió el ¿fallo? de quitarse antes de tiempo el tapón de la nariz y los jueces no dieron validez a la marca. El contratiempo no desanimó al neozelandés, que al día siguiente volvió a intentarlo.
Pero nada más entrar en el agua empezó a tiritar de frío debido a la baja temperatura. "Mientras ventilaba para iniciar la inmersión, al darme la vuelta para empezar a bajar algo de aire pasó de mis pulmones a mi estómago, y tuve inmediatamente que abortar el intento y volví a la superficie", explicó Trubridge. Para entrar en calor se metió en un coche con la calefacción a tope y volvió a intentarlo con mayor cuidado –"pasé menos tiempo ventilando y fui con mucho cuidado al darmela vuelta para no cometer el mismo error"–, logrando finalmente el récord.


Él mismo relató sus sensaciones explicando que "después de ese momento tengo muy pocos recuerdos. Puse mi cuerpo en 'piloto automático' que tengo para estos casos, mientras se acostumbra a las grandes profundidades. Sólo recuerdo que me relajé y que me decía a mí mismo que relajara todos los músculos del cuerpo. Cuando sonó la alarma de profundidad de un pequeño aparato que marca la profundidad exacta y que estaba preprogramada a los 100 metros, cogí la etiqueta y mientras subía a la superficie sólo me decía a mí mismo que recordara el protocolo correctamente para que el intento fuera válido".