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Ver la versión completa : Bichos raros en el buceo. 9ª ENTREGA: "CUALQUIER MAÑANA"



Albatros Diving
17th November 2010, 13:06
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Estaba solo, a media mañana, en la recepción del centro de buceo. El barco había salido con el patrón, un par de guías y los clientes; los instructores estaban con sus alumnos y una chica estaba en el aula contigua haciendo el examen final del curso Open Water Diver. Le había dicho que si tenía alguna duda y no entendía las preguntas que viniera y yo se las aclararía.<o:p></o:p>
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Desde la ventana de la oficina vi a una pareja septuagenaria de aspecto británico, sentada a la mesa que tenemos fuera. Pensé que eran los padres o los abuelos de algún buceador esperando la vuelta del barco de buceo.<o:p></o:p>
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Sonó el teléfono.<o:p></o:p>
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- Buenos días, quisiera hablar con el gerente.<o:p></o:p>
- Soy yo ¿Quién es, por favor?<o:p></o:p>
- Buenos días señor, gusto en saludarle, mi nombre es Yurisleidis y le llamaba por si quería pagar menos por su factura de teléfono. ¿Puede decirme su nombre para poder dirigirme a usted?<o:p></o:p>
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Le dije mi nombre. Estoy a la espera de que algún partido político en el gobierno tome medidas sobre el acoso al que todos estamos sometidos por parte de las compañías telefónicas que llaman a cualquier hora del día hasta las diez o las once de la noche interrumpiendo la siesta, una cena familiar o cualquier otro momento privado. Mientras que esto no sucede me limito a tratarles como ellos me tratan a mí cuando necesito llamarles por alguna deficiencia en sus servicios: les hago esperar.<o:p></o:p>
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- Si, Yurisleidis, no se retire por favor, en seguida le atiendo.<o:p></o:p>
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En ese momento dejo el teléfono a un lado y sigo con mi trabajo.<o:p></o:p>
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Al cabo de unos minutos y como la pareja de la terraza miraba insistentemente alrededor como buscando algo, salí para informarles de que el barco aun tardaría un par de horas en llegar.<o:p></o:p>
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- Buenos días -me dirigí a ellos en inglés- ¿En qué puedo ayudarles?<o:p></o:p>
- Dos tes con leche, huevos fritos, tostadas con mermelada y salchichas –dijo el señor.<o:p></o:p>
- Y habichuelas – dijo la señora, en voz baja al señor.<o:p></o:p>
- Y habichuelas, por favor – repitió el señor.<o:p></o:p>
- Para eso es mejor que se sienten en una de esas mesas de aquí al lado –les dije mientras señalaba las mesas de la terraza contigua, un bar inglés donde efectivamente, sirven desayunos ingleses.<o:p></o:p>
- No, no, -dijo el señor- estamos bien aquí.<o:p></o:p>
- Pues me temo que no podré servirles lo que desean.<o:p></o:p>
- ¿Y eso por qué, si se puede saber? Preguntó el señor con el ceño fruncido, disgustado.<o:p></o:p>
- Pues porque no tenemos nada de eso.<o:p></o:p>
- ¿Y qué tienen?<o:p></o:p>
- Nada de desayunos, señor, no somos un bar, somos un centro de buceo, el bar está ahí al lado, cualquiera de esas mesas.<o:p></o:p>
- ¿Un centro de buceo? ¿Y qué es eso?<o:p></o:p>
- Enseñamos a la gente a bucear bajo el agua y a los que ya saben les llevamos a conocer los fondos de por aquí.<o:p></o:p>
- ¿Bajo el agua? ¿Y para qué puñetas querría alguien ir bajo el agua? –preguntó riendo como si le estuviera tomando el pelo.<o:p></o:p>
- No se imagina la cantidad de gente que es aficionada al buceo, ahí abajo hay paisajes increíbles y toda clase de criaturas extraordinarias.<o:p></o:p>
- La señora se dirigió en privado a su marido: “Yo prefiero ir a desayunar”<o:p></o:p>
- El señor se levantó mientras me decía: “Gracias joven, vamos a desayunar primero y mientras nos pensamos lo del buceo”<o:p></o:p>
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Vi cómo se sentaban a la mesa del bar y repetían su comanda. Me llamó la atención una pareja de mujeres que estaban sentadas a la mesa contigua. Una anciana señora de unos ochenta años, con el pelo cano y otra señora que debía de ser su madre o su abuela. Aparcado junto a la mesa estaba el andador de la más joven, ese soporte de acero con cuatro patas que se utiliza a modo de cuádruple bastón. La mayor estaba sentada directamente en su silla de ruedas. <o:p></o:p>
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La conversación que tenían se podía oír en toda la calle, ya que la señora más anciana solo oía cuando se le hablaba a gritos y a pocos centímetros de su oído. La más joven le estaba explicando a la mayor qué era ese extraño brebaje negro en una botellita extravagante y ondulada que se veía en algunas mesas.<o:p></o:p>
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- Eso es una Coca-Cola, mamá.<o:p></o:p>
- ¿Una Coca-Cola? ¿Y qué es eso de la Coca-Cola?<o:p></o:p>
- Es una bebida que han inventado los americanos para que los niños no duerman.<o:p></o:p>
- ¿Y por qué iban los americanos a querer que los niños no duerman?<o:p></o:p>
- Tu sabes, el estilo de vida de ellos, que ya no tienen tiempo para nada, solo piensan en ganar dinero y se ve que les acostumbran desde pequeñitos a no dormir y así pueden trabajar más y ganar más dinero.<o:p></o:p>
- ¡No me lo puedo creer! Cómo son los americanos, por Dios, y pensar que de pequeñitos yo os ponía ginebra en el biberón y dormíais como benditos, tú y tus hermanos…y menos mal, porque era el único momento del día en que me podía sentar a coser tranquila.<o:p></o:p>
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Tuve que abandonar la conversación a medias porque entraba en el centro un chico de aspecto carcelario, sin afeitar, pelo engominado, torso desnudo, musculoso, gruesos anillos de oro, lleno de tatuajes de mala calidad, hecho por algún aficionado sin la carrera de Bellas Artes acabada: en el centro del pecho un enorme rostro de hombre con melena y barba que parecía una careta de goma del Cristo de Medinaceli que hubieran sacado del barro. Como posiblemente poca gente lo reconocía, se había añadido posteriormente un texto aclaratorio: “Camarón de la Isla”. En los brazos había calaveras, una serpiente rodeando una copa, el símbolo de la legión enlazado con el del Real Madrid, la palabra MAMA, el logotipo de Nike, una cabeza de un animal rugiente híbrido de león y koala y una columna con cuatro nombres de mujer, de los cuales los tres primeros estaban tachados; creo recordar que era algo así:
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<S>FLAQUI</S>


<S>YESI</S>


<S>CHONI</S>


LAMARITOÑI
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Venía acompañado de una chica prematuramente envejecida, muy delgada, senos desinflados, con unas mallas rojas muy ceñidas y una camiseta sobre la que había unas grandes mariposas hechas con lentejuelas metálicas de colores. Su pelo había sufrido sin éxito varios intentos de tinte haciendo de esa amalgama de nudos de color irreconocible una penosa maraña semejante al esparto después de haber servido para limpiar restos de cemento. La única parte de su cuerpo donde abundaba la carne era un gran michelín en su vientre y se había anudado la camiseta por encima para mostrarlo bien. Le faltaban dos dientes de delante. Supuse que sería Lamaritoñi.<o:p></o:p>


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Cogí el teléfono que estaba sobre la mesa y dije: “¿Sigue usted ahí Yurisleidis?, Por favor no se retire”.<o:p></o:p>
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Buenos días –le dije a la pareja- Siéntense ¿En qué puedo ayudarles?<o:p></o:p>
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El hombre habló:<o:p></o:p>
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- Flaqui, siéntate ahí. Na, que he visto eso que pone ahí fuera de buseá y yo quería probarlo.<o:p></o:p>
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Les explique en qué consistía el bautismo de buceo, el precio y la disponibilidad para los próximos días.<o:p></o:p>
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- ¿Bueno y eso a cómo de hondo se baja?<o:p></o:p>
- La primera vez bajamos a ocho o diez metros más o menos.<o:p></o:p>
- ¿Ocho metros na más, y entonse pa qué te pone la bombona, si eso lo bajo yo sin bombona ni ná?<o:p></o:p>
- Hombre, la diferencia es que con la botella se puede quedar más tiempo.<o:p></o:p>
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La chica que venía con él habló:<o:p></o:p>
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- Oye cari, eso es mu caro pa ocho metro, picha, ámono y arquilamo una moto de agua.<o:p></o:p>
- Tu cállate, que estoy recopilando informasión. ¿Y qué es lo que se ve?<o:p></o:p>
- Bueno, depende: peces, pulpos, morenas, barracudas…<o:p></o:p>
- Los purpo mola. Y lo listo que son. No vea si son listo. Ya me gustaría a mí ve un purpo. Con lo que los purpo son de inteligente. ¿Qué no?<o:p></o:p>
- Bueno, hay bastantes posibilidades de ver un pulpo, pero no lo podemos garantizar.<o:p></o:p>
- Quillo, cari, -interrumpió “Flaqui”- amo arquilá una moto de agua y me monta detrá.<o:p></o:p>
- ¿Te quiere callá? ¡Anda que no es pesaíta ni ná con la moto de agua! ¿No ve que estoy hablando con er señó?<o:p></o:p>
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Se levantaron para irse mientras decía:<o:p></o:p>
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- Po me lo pienso si eso. Hasta luego. Tira pa fuera Flaqui, ámono.<o:p></o:p>
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Mientras se iban pude ver en su espalda un gran campo de fútbol tatuado con la alineación completa de la selección española en sus respectivas posiciones y en el centro la copa del mundo sostenida en alto por cuatro de los quince tentáculos del pulpo Paul. <o:p></o:p>
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En ese momento entraba desde el aula la chica que estaba haciendo el examen de Open Water Diver. Había tenido muchos problemas con ella porque era más bien lentita procesando datos y si se me permite seguir con el símil informático, digamos que su disco duro se formateaba cada media hora olvidando todo lo que había aprendido anteriormente. Me costó sudores hacerle comprender los conceptos más básicos del buceo. Cuando le explicaba las relaciones entre profundidad y presión y los efectos sobre el volumen y la densidad de los gases me miraba con los mismos ojos que mi perra cuando le explico el concepto de dialéctica de Hegel.<o:p></o:p>
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- Perdona, es que tengo una duda, es sobre eso de la parada de seguridad.<o:p></o:p>
- Si. Recuerda que te lo expliqué, la parada se seguridad que se hace a cinco metros, los tres minutos ¿No te suena?<o:p></o:p>
- Si bueno, para mí una parada de seguridad es que mientras que estás buceando hay que pararse cada cinco metros y mirar para atrás y alrededor durante tres minutos a ver si todo está seguro y luego sigues, pero no me coincide con ninguna de las respuestas del examen.<o:p></o:p>
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Le expliqué de nuevo en qué consiste una parada de seguridad y por qué se hace y se retiró a seguir con el examen.<o:p></o:p>
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Vaya día, pensaba yo mientras cogía de nuevo el teléfono para decirle a Yurisleidis: “Por favor no se retire, en seguida le atenderemos” y me senté frente al ordenador a contestar e-mails.<o:p></o:p>
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Al cabo de un rato una señora entraba en el centro. Tampoco correspondía con el perfil típico del buceador: tan ancha como alta, zapatillas de deporte sobre medias bajas con los elásticos dados de sí y enrollados alrededor de su tobillo, con un carrito de la compra y un gran monedero en la mano.<o:p></o:p>
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- Buenos días ¿En qué puedo ayudarla?<o:p></o:p>
- Chocos. Kilo y medio.<o:p></o:p>
- ¿Perdón?<o:p></o:p>
- Kilo y medio de chocos.<o:p></o:p>
- Aquí no vendemos chocos.<o:p></o:p>
- ¿Y qué tiene de oferta? ¿A como están las pijotas?<o:p></o:p>
- Señora, me parece que se confunde, esto no es una pescadería.<o:p></o:p>
- ¿A no? ¿Y porque está todo lleno de fotos de pescados?<o:p></o:p>
- Esto es un centro de buceo, señora, buceo, el deporte, ya sabe…<o:p></o:p>
- Pues no sé que tendrá que ver el boxeo con el pescado, dijo mientras se daba la media vuelta para irse.<o:p></o:p>
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Seguí con mis e-mails y al cabo entró un chico de unos veinticinco años.<o:p></o:p>
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¡Hombre! –pensé- alguien normal. Le dije que se sentara y le pregunté en que podía ayudarle.<o:p></o:p>
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- Sukeldumine –dijo- y siguió hablándome en un extraño idioma que yo no conocía. Probé a dirigirme e a él en inglés, francés y alemán. No reaccionaba ante ninguno de ellos.<o:p></o:p>
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- Eesti. – me decía mientras se señalaba a sí mismo –Eesti ainus.<o:p></o:p>
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Me quedé esperando a ver si me daba más pistas mientras me encogía de hombros dándole a entender que Eesti ainus o sukeldumine desgraciadamente no formaba parte de mi limitado léxico habitual.<o:p></o:p>
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- Eesti qué? Don’t understand “eesti”.<o:p></o:p>
- <?xml:namespace prefix = st1 ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:smarttags" /><st1:country-region w:st="on"><st1:place w:st="on">Estonia</st1:place></st1:country-region>. Me <st1:place w:st="on"><st1:country-region w:st="on">Estonia</st1:country-region></st1:place>.<o:p></o:p>
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Bien, habíamos avanzado algo, ya sabía que era estonio y que solo hablaba estonio. <o:p></o:p>
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Estupendo.<o:p></o:p>
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- Sukeldumine –me decía mientras se señalaba a sí mismo y señalaba una foto de un buceador en un folleto y repetía “sukeldumine” mientras se tapaba la nariz y bajaba por detrás de la mesa diciendo “glu-glu-glu-glu-glu” hasta que no se le veía más que la parte alta de su pelo. <o:p></o:p>
- Sukeldumine -Su voz salía sorda de debajo de la mesa. La entonación nasal denotaba que seguía pinzándose la nariz.<o:p></o:p>
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Bien, no hay que ser muy inteligente para adivinar que quería bucear –reconozco que ayudaba el contexto donde nos encontrábamos- así que tras esperar unos minutos le hice salir de debajo de la mesa, le dije que podía quitarse la mano de la nariz y le invité por gestos a que se sentase de nuevo. Faltaba saber si quería un curso o si era buceador que solo quería hacer una excursión. Sin embargo las posibilidades de comunicación eran nulas, en ese momento de la temporada me encontraba corto de instructores de buceo que dominaran el estonio y no veía otra posibilidad de darle servicio que si traía su propio interprete.<o:p></o:p>
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Busqué el traductor de Google en Internet y escribí en la casilla español “traer traductor” y le di a la opción de traducir al estonio.<o:p></o:p>
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- Tuua tõlkija -le dije.<o:p></o:p>
- Tõlkija, kui, kui -me contestó.<o:p></o:p>
- Tõlkija, sí, traete un tõlkija y miramos a ver...<o:p></o:p>
- Tänu -me dijo mientras salía por la puerta con cara de decepción.<o:p></o:p>
- Tänu, tänu -contesté yo sin saber con certeza si era gracias, adiós o una mención especial a mis ancestros.<o:p></o:p>
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La chica que estaba haciendo el examen estaba allí de nuevo, esperándome.<o:p></o:p>
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- Perdóname otra vez, es que tengo otra duda.<o:p></o:p>
- ¿No hablarás estonio, no?<o:p></o:p>
- ¿Estonio yo? ¡Que va, si me ha quedado el inglés!<o:p></o:p>
- ¿Sabes lo que es el estonio? –pregunté sorprendido.<o:p></o:p>
- Si, supongo que es uno de esos idiomas nuevos de los países donde antes se hablaba unionsoviético.<o:p></o:p>
- Tú dirás. ¿Qué duda tienes?<o:p></o:p>
- Es que hay una pregunta sobre los tipos de corrientes y a mí me suena que solo había dos tipos, la continua y la alterna.<o:p></o:p>
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En el momento en que salía el estonio entraba una gitana. De esas grandes, grandes, pero sin ramitas de laurel. En el exterior esperaba otra mujer y media docena de chiquillos. Miraba los expositores de material de buceo y preguntó<o:p></o:p>
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- ¿Qué es lo que se vende aquí?<o:p></o:p>
- Pues lo que está viendo, material de buceo.<o:p></o:p>
- ¡Ah! de buceo, vale, vale ¿Y esto qué es? -dijo señalando una máscara.<o:p></o:p>
- Es una máscara de buceo.<o:p></o:p>
- ¡Ah! Una máscara de buceo ¿Y cuánto cuesta?<o:p></o:p>
- Veintiocho euros.<o:p></o:p>
- ¡Válgame, que caro! ¿Y no tiene nada más baratito?<o:p></o:p>
- Depende, ¿Usted que necesita?<o:p></o:p>
- ¿Esto que vale? –dijo señalando un tubo.<o:p></o:p>
- Diez euros.<o:p></o:p>
- Eso me vale, me llevo uno, es que tengo que hacer un regalo de una comunión. ¿Para qué sirve?<o:p></o:p>
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Mientras me decía eso se sacaba del monedero y me tendía un billete de cien euros hecho con papel de fotocopias.<o:p></o:p>
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La miré y le dije mientras cogía el teléfono que seguía descolgado:<o:p></o:p>
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No tengo cambio de cien pero espere un momentito que tengo al teléfono a mi hermano que vive aquí arriba y en seguida me baja cambio. Es guardia civil pero no está de servicio. Es un segundo solo.<o:p></o:p>
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- Déjelo, no importa, no le moleste, guárdemelo que después vengo a buscarlo.<o:p></o:p>
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Se remangó la falda y en menos de diez segundos estaba todo el comité al otro lado del puerto subiendo, por la puerta trasera, a un destartalado furgón.<o:p></o:p>
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Al tener el teléfono en la mano, me acordé de Yurisleidis. Ya empezaba a darme pena. Cogí el teléfono y dije: ¿Sigue usted ahí, señora? <o:p></o:p>
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- Si,- me contestó- y perdóneme las disculpas de mi atrevimiento pero llevo un rato escuchándole y veo que eso es un centro de buceo. ¿Podría por favor hacerme un favorcito?<o:p></o:p>
- Si está en mi mano…<o:p></o:p>
- Es que mi novio hace pesca submarina y estamos buscándole un trabajito con contrato para que se pueda venir a España. Néstor Erniquillo se llama. Bueno en realidad se llama Néstor Enrique. Es un chico muy formal y muy aseado. ¿No necesitan ustedes un buceador honesto y simpático que les eche una manita? Si se toma las pastillas casi nunca busca pelea y además puede cambiar el aceite del coche y dar clases de salsa.<o:p></o:p>
- …/…Por favor, no se retire.<o:p></o:p>
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Me volví hacia la pantalla del ordenador y vi el barco de vuelta enfilando la bocana, a través de la webcam del puerto y añoré los tiempos en que cada día podía salir al mar con buceadores, cuando mis problemas eran de otra índole.



Si te ha gustado puedes leer el resto de la serie en mi blog: http://albatros-diving.blogspot.com/
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patillas
19th November 2010, 16:40
saludos!!!!!!!
anda que te aburres tu en el club................................... jodeeeeeeeeeeeeeeeee
hasta el numero 10, nos leemos