jaribas
10th November 2010, 11:36
COZUMEL
5236 5238 5237
En esta isla, el visitante se topa con vegetación selvática junto a las banquetas como parte del paisaje urbano; se encuentra con iguanas, aves y otros animales como algo cotidiano.
Las islas tropicales tienen un ambiente particular, como si fueran un territorio aparte, con su propia cultura, historia y costumbres. Y de hecho lo son.
Al contrario de Cancún o la Riviera Maya -otros de los grandes destinos turísticos de Quintana Roo-, en Cozumel el pueblo es parte del atractivo, lo que habla de raíces y un pasado. Las decenas de motonetas que utiliza la gente y que se ven por todos lados; la carencia de edificios altos; la vegetación selvática que el visitante encuentra junto a las banquetas como parte del paisaje urbano; toparse con iguanas, aves y otros animales, con la naturalidad con la que un citadino a diario ve limpiaparabrisas en los semáforos; observar que por las tardes el mar cercano se convierte en un estacionamiento de agua y no de concreto, donde las embarcaciones, desde los arrogantes cruceros hasta las sencillas pangas de los pescadores, descansan del trajín del día, haciendo de esta isla un mundo diferente.
5239
Malecón de la Isla
5240
San Miguel de Cozumel, desde la playa del muelle
También las principales calles estrechas que corren siguiendo la línea de la playa, sin casas, solamente con comercios de todo tipo para los turistas: alquiler de motos, bicicletas, lanchas, equipo de buceo, algunos pequeños hoteles, clubes de playa con sus canchas de voleibol en la arena, bar y camastros; restaurantes y fondas, tiendas de recuerdos donde los colores vivos de los sarapes de Saltillo y los estampados tropicales de tucanes, guacamayas y exageradas flores de rojos, verdes y amarillos encendidos jalan irremediablemente la mirada de los turistas que caminan con la calma que sólo aquí se encuentra, con el lento ritmo que impone el perezoso reloj insular controlado por el calor vitalicio que todo lo envuelve y la exagerada humedad que flota, quizá porque es una tierra sitiada por el mar, sin protección alguna.
Las camionetas, que son fondas móviles donde se ofrecen mariscos y comida rápida yucateca, igualmente son parte de la postal y una opción para ahorrar y comer con sabor casero.
5241
El Museo de Cozumel, antes Hotel Playa
En Cozumel, sus habitantes todo el tiempo se encuentran a alguien conocido en la calle y se saludan como si la coincidencia fuera una gran casualidad que pocas veces sucede. Algo similar les pasa a los visitantes, que después de la primera caminata comienzan a toparse de nuevo con otros viajeros que ya habían visto horas antes y se saludan cuando sus ojos se encuentran con los del otro, como si ya se conocieran.
Todo esto hace a la isla -la más grande habitada de México-, muy distinta de cualquier otro destino de playa continental. Y más aún cuando vemos que Cozumel es la puerta de entrada del sol al país, que sin remordimiento alguno le roba los ocasos a Cancún, donde el sol se mete en la tierra.
Aquí los atardeceres terminan en el horizonte líquido. Aquí el sol se sumerge, no se entierra. Aquí el sol no duerme nunca. Simplemente, al acercarse la noche se zambulle en este mar Caribe para ir a irradiar a los peces y a los corales milenarios. Por eso en el día su agua es tan transparente y luminosa, no porque los rayos del cenit la penetren y enciendan, sino porque en el agua se guardan las luces que el sol les regala cuando cada tarde se hunde para bucear en libertad y gozar también él de este regalo de la naturaleza.
El cielo y las estrellas… de mar
5242
Faro de Punta Celaráin
Cozumel es la típica isla caribeña, con su mar sorprendentemente transparente de ese inverosímil color turquesa que lo caracteriza, y con gigantescos cruceros siempre estacionados en el muelle, ciudades itinerantes que se vacían al atracar, alimentando la economía de San Miguel de Cozumel, nombre oficial de la ciudad.
Su mayor fama radica en que es uno de los cinco mejores lugares del mundo para bucear y esnorquelear a través de sus arrecifes de coral, sus cuevas sumergidas y su fauna marina que, además de una gran variedad de especies multicolores, incluye tortugas y mantas, además de peces como el Ángel o el Mero y alguno endémico de la isla como el Pez sapo.
Por eso, una mañana zarpamos en "El Príncipe", la lancha que comanda Fernando y que nos recoge en el embarcadero privado del hotel Presidente InterContinental. Bordear la isla desde el mar es mirar una línea interminable de árboles, palmeras y manglares cortada, de vez en cuando, por los hoteles que están en la playa. La naturaleza aún predomina, ya que sólo siete por ciento de su superficie está urbanizada, según afirman las autoridades.
La vista es de mar y cielo, dividida por una franja verde. Desde una ínsula, la óptica es diferente: el horizonte no es una lejana línea recta que forman la unión del océano y el firmamento, sino un surco circular que parece envolver a la isla y siempre perseguirnos paralelamente, confirmando su definición de un pedazo de tierra rodeado por agua y convirtiendo al cosmos en una bóveda cóncava.
5243
Playa al sur de la isla
Una hora con quince minutos después llegamos a El Cielo, un trozo poco profundo del Caribe en cuyo lecho habita una colonia de estrellas de mar y de ahí su nombre. Hundirse para llegar a ellas y mirarlas de cerca, vivas y en su hábitat, es una diversión que convierte a los adultos en niños que emergen con el asombro en el rostro, como la tarde en que Aurelio Buendía conoció el hielo.
Después vendría más esnórquel en la zona conocida como Arrecife Colombia Bajo, de mayor profundidad y con colonias de corales, donde la gran sorpresa fue la aparición de una enorme tortuga solitaria y majestuosa. Contrario a lo que son en tierra, el quelonio dejó ver que en el agua pueden ser tan rápidas como cualquiera.
Para terminar, nos trasladamos al arrecife llamado Jardines de Palancar, otra área cuajada de corales.
Los principales arrecifes de la isla son Santa Rosa, Palancar, Chankanaab, Paraíso, Punta Sur y Tormentos, por mencionar algunos; todos de una fascinante belleza y pletóricos de abigarrada fauna marina.
Llegar a Cozumel es posible por medio de su aeropuerto internacional o desde Quintana Roo, en el "ferry" que cruza desde Playa del Carmen.
Sobra donde hospedarse y comer, desde muy barato hasta lugares de gran categoría, con la confianza de que en todos se puede disfrutar de esta isla llamada Acuzamil, lugar de golondrinas, a donde los mayas visitaban a la diosa Ixchél, patrona de la fertilidad, para pedir que sus mujeres fueran pródigas.
Te invitamos a visitar el museo de la Isla, antes Hotel Playa (el primero de Cozumel), así como los faros de Punta Celaráin y Punta Molas.
Algunos tips
Como en todo Quintana Roo, en Cozumel el IVA es de diez por ciento.
En la isla hay tiendas libres de impuestos.
Cancún está a veinte minutos en avión.
Playa del Carmen está a media hora por ferry.
Existen vuelos directos desde la Ciudad de México.
Cozumel es un Área Natural Protegida, respétala.
www.islacozumel.com.mx (http://www.islacozumel.com.mx/)
EL BUCEO EN COZUMEL
5244 5251
Pocos hemos tenido la suerte de vivir la experiencia única de bucear en Cozumel, parte del segundo arrecife coralino más grande e importante del mundo: el Sistema Arrecifal Mesoamericano, que se extiende desde el noreste de la península de Yucatán hasta Centroamérica, encontrando en la costa oeste de esta isla, el grupo de arrecifes más impresionante y diverso que haya en nuestros mares.
Cozumel tiene por sí misma un enorme atractivo, es un punto insular donde la historia creó leyendas de piratas; donde la diosa Ixchél recibió las procesiones que, atravesando desde la costa de la actual Riviera Maya, llegaban a pedir por la fertilidad de sus mujeres; lugar costeño que dejó en sus calles primitivas un sabor a piel salada, murmullos de soneros y algarabía de niños nacidos a la orilla de un mar turquesa como no hay otro, sobre todo porque éste, guarda bajo su manto cristalino formaciones que a través de miles de años han creado un espectáculo submarino singular.
Acuzamil, “lugar de golondrinas”, es el origen de su nombre mundialmente conocido, puerto primero de contacto con los hispanos, donde fue celebrada la primera misa católica en nuestro suelo. A él llegan ahora cientos de cruceros que nada tienen que ver con su anterior vida porteña, pero que son un gran detonador turístico que ha beneficiado a la comunidad que habita no sólo San Miguel de Cozumel sino toda la isla, desde punta Molas, al norte, hasta punta Celaráin, en el sur.
5245
El valor de sus arrecifes lo llevó a ser nombrado Parque Nacional en 1996 y es considerado como el quinto lugar de buceo más importante en el orbe.
Gran parte del turismo que llega a esta isla lo hace por este motivo, la práctica del buceo tanto en aguas someras como a nivel avanzado, y de hecho cuenta con un gran número de prestadores de servicios turísticos dedicados a instruir y certificar buzos PADI y NAUI, que tras su entrenamiento, al igual que los ya experimentados, disfrutan de arrecifes como Palancar, Chankanaab, Santa Rosa, San Francisco, Yucab, Punta Sur, Tormentos, Chiqueros, Paraíso, Maracaibo y El Cedral, entre otros.
Gran parte del atractivo de estos arrecifes es su diversidad en cuanto a formaciones, profundidad y dificultad; hay playones someros como en la parte baja de Tormentos (35 ft.), en Paraíso norte y en los bolones de Chankanaab, considerados como excelentes para quienes comienzan en este deporte; las paredes insulares de Santa Rosa y Paraíso (De 60 a 80 ft. la primera y de 100 hasta 120 ft. de profundidad la segunda), que son sin duda de los mayores atractivos para el buzo con cierta experiencia, sin olvidar mencionar arrecifes como punta Tunich y Tormentos, para buzos intermedios.
5246
Quizá un lugar menos buceado, pero que es en verdad un atractivo singular si se cuenta con suficiente práctica en el buceo y se sabe respetar la vida marina y sus riesgos, es Maracaibo, hasta la punta sur, donde la profundidad de buceo llega a ser en promedio hasta de 150 ft. pudiendo recorrer sus cuevas y túneles abismales, como la “garganta del diablo”, a la que se entra a una profundidad de 60 ft. y se sale ya en el cantil insular, aproximadamente a 160 ft. en la llamada “catedral”; todo un reto para el buzo aventurado y una experiencia inigualable por la biodiversidad de la zona, que lleva en su fuerte corriente nutrientes que ayudan a que la zona sea verdaderamente un acuario natural donde rayas, tiburones punta negra, barracudas y martillos son, rodeados de cirujanos, ángeles y otros peces multicolores, parte de la escenografía natural del sitio, quizá una de las más bellas, no sólo bajo el mar, sino alrededor del mundo.
5247
A todo esto se aúna, sobre todo en los arrecifes como Palancar y Chankanaab, que tienen zonas someras, una visibilidad que increíblemente alcanza los 40 m., lo que significa que es posible tener una panorámica bajo el caribe de la extensa variedad de corales suaves, como los “abanicos”, que crecen en formaciones enormes junto a corales duros, como los “cerebros”, los “cuernos de alce” y los llamados tubulares.
Bucear es en sí una maravillosa experiencia, pero hacerlo en Cozumel convierte a esta actividad en un hábito del que es difícil desprenderse; una vez que se ha estado bajo este mar, llevado por suaves corrientes de aguas tibias, acompañado por peces lora o meros, aún en breves inmersiones de 30 ó 40 minutos, el último lugar donde uno quiere encontrarse es en el tráfico de la ciudad o frente a un televisor.
Desde luego, algo tan especial no puede hacerse “de la noche a la mañana”, sino que requiere de todo un entrenamiento hasta certificarse; proceso no sólo práctico, sino teórico, y es necesario aprobar exámenes orales y escritos para garantizar que el día que uno se encuentre bajo el agua, donde depende sólo de un tanque de oxígeno, un regulador, un manómetro (medidor de la presión del oxígeno en el tanque), un profundimetro y su experiencia, pueda salir a flote de cualquier contingencia.
5248
Desde luego, llegado el momento de dejarse caer al mar envuelto en un traje de neopreno y sentirse sin peso, volátil y libre; voltear y hacia todos lados ver un mundo que va mucho más allá de nuestra imaginación; percibir el silencio acompañado tan sólo de tu respiración burbujeante; comenzar a avanzar y sentirte ajeno entre morenas y langostas hasta que el mismo ambiente te da la seguridad de estar en casa, hace que bien valga la pena cualquier preparación, y entonces lo único que quieres es volver a Cozumel, a sus arrecifes, a ver sus atardeceres en Chen Río o Playa Bonita, a caminar por el malecón y, haciendo a un lado la modernidad que ha alcanzado, recrear viejos andares de pescadores y corsarios, de mayas y españoles, de propios y extraños que forjaron su historia; y volteas hacia el mar, sabedor del tesoro que guarda y te sientes privilegiado, ¡de hecho lo eres!, como todos quienes hemos buceado ese mundo maravilloso que, desde su parte abismal parece retarnos a ir más allá… a aventurarnos hasta el límite y en cada inmersión lo hacemos, no en balde nos encontramos en uno de los arrecifes más bellos de un planeta formado, en su mayor parte, por mares.
Explorando Cozumel
Cozumel es la isla habitada más grande de México y un lugar verdaderamente paradisíaco, por su estupenda estructura de servicios turísticos y, sobre todo, por su gente amable, este lugar es enormemente atractivo.
Para conocer y explorar los hermosos rincones, arqueología y playas de Cozumel, es conveniente rentar un auto, un jeep o una motocicleta para poder salvar el monte y las brechas. Y para vivir el ambiente isleño es recomendable caminar por el pueblo, donde se combina lo moderno y lujoso con la serena tradición popular.
5250
San Miguel de Cozumel
5249
Laguna Chankanaab
Al norte de la isla se encuentran varias zonas arqueológicas, entre ellas Aguada Grande, junto al Faro de Punta Molas; San Gervasio, la más importante de la isla, con varias plazas y sacbés (caminos blancos).
Otros atractivos son la Laguna de Chankanaab, de origen natural y famosa por sus innumerables peces de colores; las playas Santa María y San Francisco, con una variedad de fauna marina y punto de escala para los botes con fondo de vidrio desde donde se aprecian los grandes bancos de coral.
No muy lejos de ahí, la Marina Norte sirve de refugio de yates de todas las latitudes. El Cedral, es un poblado donde se ubica uno de los 34 sitios arqueológicos existentes. Además, gran parte del Arrecife Palancar, el segundo lugar a nivel mundial, está siendo habilitado como Parque Nacional, para proteger las especies marinas en vías de extinción.
Otro aspecto importante es su Museo, donde se muestra una síntesis de la historia de la entidad, así como los sistemas ecológicos de tierra y mar y El Mirador, una hermosa barrera de coral sobre la playa y donde se escucha el estruendo del mar al chocar contra sus rocas.
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En esta isla, el visitante se topa con vegetación selvática junto a las banquetas como parte del paisaje urbano; se encuentra con iguanas, aves y otros animales como algo cotidiano.
Las islas tropicales tienen un ambiente particular, como si fueran un territorio aparte, con su propia cultura, historia y costumbres. Y de hecho lo son.
Al contrario de Cancún o la Riviera Maya -otros de los grandes destinos turísticos de Quintana Roo-, en Cozumel el pueblo es parte del atractivo, lo que habla de raíces y un pasado. Las decenas de motonetas que utiliza la gente y que se ven por todos lados; la carencia de edificios altos; la vegetación selvática que el visitante encuentra junto a las banquetas como parte del paisaje urbano; toparse con iguanas, aves y otros animales, con la naturalidad con la que un citadino a diario ve limpiaparabrisas en los semáforos; observar que por las tardes el mar cercano se convierte en un estacionamiento de agua y no de concreto, donde las embarcaciones, desde los arrogantes cruceros hasta las sencillas pangas de los pescadores, descansan del trajín del día, haciendo de esta isla un mundo diferente.
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Malecón de la Isla
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San Miguel de Cozumel, desde la playa del muelle
También las principales calles estrechas que corren siguiendo la línea de la playa, sin casas, solamente con comercios de todo tipo para los turistas: alquiler de motos, bicicletas, lanchas, equipo de buceo, algunos pequeños hoteles, clubes de playa con sus canchas de voleibol en la arena, bar y camastros; restaurantes y fondas, tiendas de recuerdos donde los colores vivos de los sarapes de Saltillo y los estampados tropicales de tucanes, guacamayas y exageradas flores de rojos, verdes y amarillos encendidos jalan irremediablemente la mirada de los turistas que caminan con la calma que sólo aquí se encuentra, con el lento ritmo que impone el perezoso reloj insular controlado por el calor vitalicio que todo lo envuelve y la exagerada humedad que flota, quizá porque es una tierra sitiada por el mar, sin protección alguna.
Las camionetas, que son fondas móviles donde se ofrecen mariscos y comida rápida yucateca, igualmente son parte de la postal y una opción para ahorrar y comer con sabor casero.
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El Museo de Cozumel, antes Hotel Playa
En Cozumel, sus habitantes todo el tiempo se encuentran a alguien conocido en la calle y se saludan como si la coincidencia fuera una gran casualidad que pocas veces sucede. Algo similar les pasa a los visitantes, que después de la primera caminata comienzan a toparse de nuevo con otros viajeros que ya habían visto horas antes y se saludan cuando sus ojos se encuentran con los del otro, como si ya se conocieran.
Todo esto hace a la isla -la más grande habitada de México-, muy distinta de cualquier otro destino de playa continental. Y más aún cuando vemos que Cozumel es la puerta de entrada del sol al país, que sin remordimiento alguno le roba los ocasos a Cancún, donde el sol se mete en la tierra.
Aquí los atardeceres terminan en el horizonte líquido. Aquí el sol se sumerge, no se entierra. Aquí el sol no duerme nunca. Simplemente, al acercarse la noche se zambulle en este mar Caribe para ir a irradiar a los peces y a los corales milenarios. Por eso en el día su agua es tan transparente y luminosa, no porque los rayos del cenit la penetren y enciendan, sino porque en el agua se guardan las luces que el sol les regala cuando cada tarde se hunde para bucear en libertad y gozar también él de este regalo de la naturaleza.
El cielo y las estrellas… de mar
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Faro de Punta Celaráin
Cozumel es la típica isla caribeña, con su mar sorprendentemente transparente de ese inverosímil color turquesa que lo caracteriza, y con gigantescos cruceros siempre estacionados en el muelle, ciudades itinerantes que se vacían al atracar, alimentando la economía de San Miguel de Cozumel, nombre oficial de la ciudad.
Su mayor fama radica en que es uno de los cinco mejores lugares del mundo para bucear y esnorquelear a través de sus arrecifes de coral, sus cuevas sumergidas y su fauna marina que, además de una gran variedad de especies multicolores, incluye tortugas y mantas, además de peces como el Ángel o el Mero y alguno endémico de la isla como el Pez sapo.
Por eso, una mañana zarpamos en "El Príncipe", la lancha que comanda Fernando y que nos recoge en el embarcadero privado del hotel Presidente InterContinental. Bordear la isla desde el mar es mirar una línea interminable de árboles, palmeras y manglares cortada, de vez en cuando, por los hoteles que están en la playa. La naturaleza aún predomina, ya que sólo siete por ciento de su superficie está urbanizada, según afirman las autoridades.
La vista es de mar y cielo, dividida por una franja verde. Desde una ínsula, la óptica es diferente: el horizonte no es una lejana línea recta que forman la unión del océano y el firmamento, sino un surco circular que parece envolver a la isla y siempre perseguirnos paralelamente, confirmando su definición de un pedazo de tierra rodeado por agua y convirtiendo al cosmos en una bóveda cóncava.
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Playa al sur de la isla
Una hora con quince minutos después llegamos a El Cielo, un trozo poco profundo del Caribe en cuyo lecho habita una colonia de estrellas de mar y de ahí su nombre. Hundirse para llegar a ellas y mirarlas de cerca, vivas y en su hábitat, es una diversión que convierte a los adultos en niños que emergen con el asombro en el rostro, como la tarde en que Aurelio Buendía conoció el hielo.
Después vendría más esnórquel en la zona conocida como Arrecife Colombia Bajo, de mayor profundidad y con colonias de corales, donde la gran sorpresa fue la aparición de una enorme tortuga solitaria y majestuosa. Contrario a lo que son en tierra, el quelonio dejó ver que en el agua pueden ser tan rápidas como cualquiera.
Para terminar, nos trasladamos al arrecife llamado Jardines de Palancar, otra área cuajada de corales.
Los principales arrecifes de la isla son Santa Rosa, Palancar, Chankanaab, Paraíso, Punta Sur y Tormentos, por mencionar algunos; todos de una fascinante belleza y pletóricos de abigarrada fauna marina.
Llegar a Cozumel es posible por medio de su aeropuerto internacional o desde Quintana Roo, en el "ferry" que cruza desde Playa del Carmen.
Sobra donde hospedarse y comer, desde muy barato hasta lugares de gran categoría, con la confianza de que en todos se puede disfrutar de esta isla llamada Acuzamil, lugar de golondrinas, a donde los mayas visitaban a la diosa Ixchél, patrona de la fertilidad, para pedir que sus mujeres fueran pródigas.
Te invitamos a visitar el museo de la Isla, antes Hotel Playa (el primero de Cozumel), así como los faros de Punta Celaráin y Punta Molas.
Algunos tips
Como en todo Quintana Roo, en Cozumel el IVA es de diez por ciento.
En la isla hay tiendas libres de impuestos.
Cancún está a veinte minutos en avión.
Playa del Carmen está a media hora por ferry.
Existen vuelos directos desde la Ciudad de México.
Cozumel es un Área Natural Protegida, respétala.
www.islacozumel.com.mx (http://www.islacozumel.com.mx/)
EL BUCEO EN COZUMEL
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Pocos hemos tenido la suerte de vivir la experiencia única de bucear en Cozumel, parte del segundo arrecife coralino más grande e importante del mundo: el Sistema Arrecifal Mesoamericano, que se extiende desde el noreste de la península de Yucatán hasta Centroamérica, encontrando en la costa oeste de esta isla, el grupo de arrecifes más impresionante y diverso que haya en nuestros mares.
Cozumel tiene por sí misma un enorme atractivo, es un punto insular donde la historia creó leyendas de piratas; donde la diosa Ixchél recibió las procesiones que, atravesando desde la costa de la actual Riviera Maya, llegaban a pedir por la fertilidad de sus mujeres; lugar costeño que dejó en sus calles primitivas un sabor a piel salada, murmullos de soneros y algarabía de niños nacidos a la orilla de un mar turquesa como no hay otro, sobre todo porque éste, guarda bajo su manto cristalino formaciones que a través de miles de años han creado un espectáculo submarino singular.
Acuzamil, “lugar de golondrinas”, es el origen de su nombre mundialmente conocido, puerto primero de contacto con los hispanos, donde fue celebrada la primera misa católica en nuestro suelo. A él llegan ahora cientos de cruceros que nada tienen que ver con su anterior vida porteña, pero que son un gran detonador turístico que ha beneficiado a la comunidad que habita no sólo San Miguel de Cozumel sino toda la isla, desde punta Molas, al norte, hasta punta Celaráin, en el sur.
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El valor de sus arrecifes lo llevó a ser nombrado Parque Nacional en 1996 y es considerado como el quinto lugar de buceo más importante en el orbe.
Gran parte del turismo que llega a esta isla lo hace por este motivo, la práctica del buceo tanto en aguas someras como a nivel avanzado, y de hecho cuenta con un gran número de prestadores de servicios turísticos dedicados a instruir y certificar buzos PADI y NAUI, que tras su entrenamiento, al igual que los ya experimentados, disfrutan de arrecifes como Palancar, Chankanaab, Santa Rosa, San Francisco, Yucab, Punta Sur, Tormentos, Chiqueros, Paraíso, Maracaibo y El Cedral, entre otros.
Gran parte del atractivo de estos arrecifes es su diversidad en cuanto a formaciones, profundidad y dificultad; hay playones someros como en la parte baja de Tormentos (35 ft.), en Paraíso norte y en los bolones de Chankanaab, considerados como excelentes para quienes comienzan en este deporte; las paredes insulares de Santa Rosa y Paraíso (De 60 a 80 ft. la primera y de 100 hasta 120 ft. de profundidad la segunda), que son sin duda de los mayores atractivos para el buzo con cierta experiencia, sin olvidar mencionar arrecifes como punta Tunich y Tormentos, para buzos intermedios.
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Quizá un lugar menos buceado, pero que es en verdad un atractivo singular si se cuenta con suficiente práctica en el buceo y se sabe respetar la vida marina y sus riesgos, es Maracaibo, hasta la punta sur, donde la profundidad de buceo llega a ser en promedio hasta de 150 ft. pudiendo recorrer sus cuevas y túneles abismales, como la “garganta del diablo”, a la que se entra a una profundidad de 60 ft. y se sale ya en el cantil insular, aproximadamente a 160 ft. en la llamada “catedral”; todo un reto para el buzo aventurado y una experiencia inigualable por la biodiversidad de la zona, que lleva en su fuerte corriente nutrientes que ayudan a que la zona sea verdaderamente un acuario natural donde rayas, tiburones punta negra, barracudas y martillos son, rodeados de cirujanos, ángeles y otros peces multicolores, parte de la escenografía natural del sitio, quizá una de las más bellas, no sólo bajo el mar, sino alrededor del mundo.
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A todo esto se aúna, sobre todo en los arrecifes como Palancar y Chankanaab, que tienen zonas someras, una visibilidad que increíblemente alcanza los 40 m., lo que significa que es posible tener una panorámica bajo el caribe de la extensa variedad de corales suaves, como los “abanicos”, que crecen en formaciones enormes junto a corales duros, como los “cerebros”, los “cuernos de alce” y los llamados tubulares.
Bucear es en sí una maravillosa experiencia, pero hacerlo en Cozumel convierte a esta actividad en un hábito del que es difícil desprenderse; una vez que se ha estado bajo este mar, llevado por suaves corrientes de aguas tibias, acompañado por peces lora o meros, aún en breves inmersiones de 30 ó 40 minutos, el último lugar donde uno quiere encontrarse es en el tráfico de la ciudad o frente a un televisor.
Desde luego, algo tan especial no puede hacerse “de la noche a la mañana”, sino que requiere de todo un entrenamiento hasta certificarse; proceso no sólo práctico, sino teórico, y es necesario aprobar exámenes orales y escritos para garantizar que el día que uno se encuentre bajo el agua, donde depende sólo de un tanque de oxígeno, un regulador, un manómetro (medidor de la presión del oxígeno en el tanque), un profundimetro y su experiencia, pueda salir a flote de cualquier contingencia.
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Desde luego, llegado el momento de dejarse caer al mar envuelto en un traje de neopreno y sentirse sin peso, volátil y libre; voltear y hacia todos lados ver un mundo que va mucho más allá de nuestra imaginación; percibir el silencio acompañado tan sólo de tu respiración burbujeante; comenzar a avanzar y sentirte ajeno entre morenas y langostas hasta que el mismo ambiente te da la seguridad de estar en casa, hace que bien valga la pena cualquier preparación, y entonces lo único que quieres es volver a Cozumel, a sus arrecifes, a ver sus atardeceres en Chen Río o Playa Bonita, a caminar por el malecón y, haciendo a un lado la modernidad que ha alcanzado, recrear viejos andares de pescadores y corsarios, de mayas y españoles, de propios y extraños que forjaron su historia; y volteas hacia el mar, sabedor del tesoro que guarda y te sientes privilegiado, ¡de hecho lo eres!, como todos quienes hemos buceado ese mundo maravilloso que, desde su parte abismal parece retarnos a ir más allá… a aventurarnos hasta el límite y en cada inmersión lo hacemos, no en balde nos encontramos en uno de los arrecifes más bellos de un planeta formado, en su mayor parte, por mares.
Explorando Cozumel
Cozumel es la isla habitada más grande de México y un lugar verdaderamente paradisíaco, por su estupenda estructura de servicios turísticos y, sobre todo, por su gente amable, este lugar es enormemente atractivo.
Para conocer y explorar los hermosos rincones, arqueología y playas de Cozumel, es conveniente rentar un auto, un jeep o una motocicleta para poder salvar el monte y las brechas. Y para vivir el ambiente isleño es recomendable caminar por el pueblo, donde se combina lo moderno y lujoso con la serena tradición popular.
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San Miguel de Cozumel
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Laguna Chankanaab
Al norte de la isla se encuentran varias zonas arqueológicas, entre ellas Aguada Grande, junto al Faro de Punta Molas; San Gervasio, la más importante de la isla, con varias plazas y sacbés (caminos blancos).
Otros atractivos son la Laguna de Chankanaab, de origen natural y famosa por sus innumerables peces de colores; las playas Santa María y San Francisco, con una variedad de fauna marina y punto de escala para los botes con fondo de vidrio desde donde se aprecian los grandes bancos de coral.
No muy lejos de ahí, la Marina Norte sirve de refugio de yates de todas las latitudes. El Cedral, es un poblado donde se ubica uno de los 34 sitios arqueológicos existentes. Además, gran parte del Arrecife Palancar, el segundo lugar a nivel mundial, está siendo habilitado como Parque Nacional, para proteger las especies marinas en vías de extinción.
Otro aspecto importante es su Museo, donde se muestra una síntesis de la historia de la entidad, así como los sistemas ecológicos de tierra y mar y El Mirador, una hermosa barrera de coral sobre la playa y donde se escucha el estruendo del mar al chocar contra sus rocas.