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SENSACIONES
7th March 2010, 09:41
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Ligero –cuatro kilos y medio de peso–; pequeño –sus medidas son 32 centímetros de largo, 24 de ancho y 20 de alto–; versátil –puede desplazarse a distintas velocidades y en tres direcciones: avance/retroceso, inmersión/ascensión y girando sobre su propio eje vertical–; manejable –se controla por medio de un mando de tipo gamepad inalámbrico–; hidrodinámico –el diseño de su casco evita que se quede enganchado en obstáculos–; y polifacético –puede emplearse para la investigación científica, en seguridad portuaria o en náutica recreativa–.

Parece un juguete, pero se trata de un pequeño robot manejado por control remoto (MicroROV) destinado a la exploración subacuática, capaz de transmitir imágenes del fondo marino en tiempo real. El equipo completo consta de tres componentes: vehículo-robot submarino, unidad de control exterior y cable umbilical de transmisión de datos y energía. Todo incluido en una maleta que pesa menos de 16 kilos.

Por una parte, el vehículo-robot dispone de tres propulsores; una cámara móvil para observación; focos tipo LED de alta potencia que iluminan el fondo marino; brújula y sensor de profundidad. Así como un compartimento estanco en el que se ubica la electrónica. Puede trabajar a una profundidad de 50 metros. Otro elemento es la unidad de control, situada en el exterior, que cuenta con un mando inalámbrico y una salida de video RCA a la que se puede enchufar el sistema de visión deseado (monitor TFT, grabador de video digital, televisor o gafas multimedia).

Y finalmente el cable umbilical –de 10,4 milímetros de diámetro y 50 metros de largo– es el elemento que conecta el vehículo a la unidad de control y se encarga de transmitir la señal y la energía de funcionamiento en un sentido y los datos y señal de video en el otro. Este componente tiene flotación neutra en el agua del mar.

El sistema ofrece también la posibilidad de mantener la profundidad y la orientación automáticamente, una característica disponible sólo en los ROVs de gama alta. Estos ajustes son independientes, lo que permite mantener fijo uno de ellos y modificar el otro en tiempo real. De esta manera, por ejemplo, se puede mover el robot a distintas profundidades manteniendo la orientación. El usuario puede, en cualquier momento, activar y desactivar esta opción.

Este explorador subacuático de reducidas dimensiones ha sido desarrollado por la empresa Albatros Marine Technologies, una spin-off surgida del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA), que desde su creación, en el año 2005, se ha marcado entre sus objetivos fabricar instrumentos oceanográficos y náuticos innovadores a precios asequibles.

"Con este vehículo queremos cubrir el segmento del mercado de robots submarinos de bajo coste –comenta Daniel Roig, director gerente de la empresa– ofreciendo un producto que no sólo está pensado para los profesionales, sino también para cualquier aficionado al mar y a la náutica".

Las posibles aplicaciones del MicroROV Albatros son innumerables y van, por ejemplo, desde la inspección de obras y estructuras submarinas a la revisión de cascos y otros componentes de embarcaciones como hélices o anclas. Sirve para investigación científica, en labores de estudio como el seguimiento de las praderas de Posidonia o los censos de peces.

También puede emplearse para la vigilancia de puertos y piscifactorías, la búsqueda de objetos, como apoyo a buzos en tareas de inmersión o, simplemente, como un instrumento de entretenimiento que permite disfrutar a los amantes del mar de la visión de la flora y fauna.

Este sofisticado aparato tiene un precio bastante asequible, ya que dependiendo de los complementos su coste ronda los 8.000 euros. Además, la empresa tiene varios vehículos en alquiler.

Pero la primera versión del MicroROV ya está siendo mejorada. El equipo de Albatros está trabajando en un nuevo modelo que saldrá al mercado dentro de unos seis meses. Se trata de un robot que podrá descender hasta 150 metros y llevará sensores y actuadores. Es decir, a través de extensiones, el aparato puede tomar muestras del fondo marino.

Según explica Roig, la nueva versión incorporará, entre sus innovaciones, cuatro propulsores para incrementar la potencia y una cámara móvil que hará de servidor web.

Otro de los artículos desarrollados por esta empresa es la boya de deriva lagrangiana MD02 para trazado y seguimiento de corrientes marinas costeras, que transmite los datos de posicionamiento GPS a través de telefonía móvil GSM. Se emplea en Oceanografía Operacional para la investigación y también en caso seguimiento de catástrofes o accidentes marítimos, como puede ser el vertido de crudos. En este caso, la boya va siguiendo el desplazamiento de la mancha y con una frecuencia de muestreo ajustable –que puede ser de hasta cada cinco minutos– envía los datos.

De tamaño muy pequeño –17 centímetros de altura, 10 centímetros de diámetro y un kilogramo de peso– es muy resistente a golpes e impactos. Dispone de una protección de espuma flexible con un compartimiento estanco para la electrónica. Además, en un futuro, incorporará la posibilidad de añadir sensores, una memoria interna para almacenamiento de datos en caso de pérdida de cobertura y dos modos de funcionamiento para alargar la autonomía de la boya.

Aplicaciones

La empresa Albatros también ha colaborado en el desarrollo de diferentes proyectos (la mayoría, de aparatos y plataformas para la investigación científica), como el AUV-Cormoran, un minisubmarino completamente desarrollado en las instalaciones del IMEDEA que se desplaza en superficie, utilizando la propulsión de un motor y una hélice y controla su orientación mediante un timón.

Para realizar la inmersión modifica su flotabilidad capturando el agua mediante un pequeño pistón alojado en su interior. Las comunicaciones las realiza mediante un pequeño radio enlace y mediante un modem de telefonía móvil, con lo que se abaratan los costes de comunicaciones. Un pequeño ordenador, conectado a un conjunto de placas de electrónica, permite controlar por software todos los procesos de la misión. Un sensor de conductividad, temperatura y presión le permite capturar los datos científicos de calidad y características del agua mientras realiza la inmersión.

En este proyecto Albatros se ha encargado de la fabricación del casco y de la estructura y componentes internos.

Esta empresa de base tecnológica surgió por iniciativa de un grupo de científicos y técnicos como evolución del trabajo de varios años de investigación en el campo de la oceanografía. Desde su creación, la idea ha sido aprovechar comercialmente un nicho de mercado con mucho futuro: el de los productos oceanográficos y de tecnología naval innovadores, sencillos, fiables y de bajo coste. Y al mismo tiempo aplicar el conocimiento adquirido por los componentes del equipo durante muchos años de investigación científica en el sector ofreciendo soluciones a medida.