jaribas
3rd May 2007, 07:15
El Institut d’Ecologia Litoral recomienda proteger las cuevas y grutas.
Un total de 3.543 personas practicaron actividades subacuáticas en la reserva de Columbretes el año pasado, de las que 3.437 lo hicieron a través de entidades y 106 por libre. El verano fue la temporada de más actividad, con 2.660 buceadores.
La mayor demanda de autorizaciones para acceder a la reserva para la práctica de esta actividad ha llevado a la Subdirección General de Caladero Nacional a realizar una evaluación del buceo de recreo en las reservas marinas a fin de que la práctica de esta actividad sea compatible con el objeto de protección pesquera que tienen las reservas marinas y minimizar los impactos.
Un informe del Institut d’Ecologia Litoral revela que “el 87% de los buceadores analizados –47 en agosto– realizaron algún tipo de contacto (en el fondo marino) durante los 10 minutos en los que se llevó a cabo el seguimiento”.
Esta cifra “reflejaría una baja preparación técnica de muchos de los buceadores unido a una sensibilización por el medio escasa”.
Dentro de la porción de buceadores que han hecho algún tipo de contacto, “los más habituales fueron los realizados con las aletas, consecuencia de un bajo control de la flotabilidad, seguidos por el contacto con las manos”, según el estudio del Institut d’Ecologia Litoral sobre monitorización de puntos de buceo en la reserva marina de las Columbretes.
Otro dato destacado fue la afección a la cueva en la que se estableció el punto de muestreo. Así, el estudio advierte de la “aparición de una zona totalmente necrosada en el techo de la gruta, en la que el recubrimiento de especies era inexistente debido a la acumulación de burbujas de aire con alto contenido en CO2”.
El Institut d’Ecologia Natural recomienda “la adopción de medidas en los ambientes de las cuevas o grutas encaminadas a protegerlas, ya que se trata de lugares extremadamente frágiles y que, debido a su atractivo, tienden a concentrar a los buceadores. El estudio pide que vayan en grupos con guía.
Un total de 3.543 personas practicaron actividades subacuáticas en la reserva de Columbretes el año pasado, de las que 3.437 lo hicieron a través de entidades y 106 por libre. El verano fue la temporada de más actividad, con 2.660 buceadores.
La mayor demanda de autorizaciones para acceder a la reserva para la práctica de esta actividad ha llevado a la Subdirección General de Caladero Nacional a realizar una evaluación del buceo de recreo en las reservas marinas a fin de que la práctica de esta actividad sea compatible con el objeto de protección pesquera que tienen las reservas marinas y minimizar los impactos.
Un informe del Institut d’Ecologia Litoral revela que “el 87% de los buceadores analizados –47 en agosto– realizaron algún tipo de contacto (en el fondo marino) durante los 10 minutos en los que se llevó a cabo el seguimiento”.
Esta cifra “reflejaría una baja preparación técnica de muchos de los buceadores unido a una sensibilización por el medio escasa”.
Dentro de la porción de buceadores que han hecho algún tipo de contacto, “los más habituales fueron los realizados con las aletas, consecuencia de un bajo control de la flotabilidad, seguidos por el contacto con las manos”, según el estudio del Institut d’Ecologia Litoral sobre monitorización de puntos de buceo en la reserva marina de las Columbretes.
Otro dato destacado fue la afección a la cueva en la que se estableció el punto de muestreo. Así, el estudio advierte de la “aparición de una zona totalmente necrosada en el techo de la gruta, en la que el recubrimiento de especies era inexistente debido a la acumulación de burbujas de aire con alto contenido en CO2”.
El Institut d’Ecologia Natural recomienda “la adopción de medidas en los ambientes de las cuevas o grutas encaminadas a protegerlas, ya que se trata de lugares extremadamente frágiles y que, debido a su atractivo, tienden a concentrar a los buceadores. El estudio pide que vayan en grupos con guía.